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viernes, 18 de diciembre de 2015

VOTA O MUERE







Siempre he creído que esta era una guerra perdida, que no existía forma alguna (por tímida que fuera) de eso que llamamos "soberanía popular". Yo pensaba que tal cosa estaba muerta y enterrada... que ningún Parlamento nacional volvería jamás a representar una amenaza real frente a ese entramado de fondos de inversión y grandes corporaciones que hoy dominan el mundo... cuanto menos en España.

Estaba equivocado... ahora lo sé, no porque haya recibido información confidencial, no porque haya llegado a una sesuda conclusión tras analizar mil claves semiocultas en mil cuartos oscuros... sé que estaba equivocado porque los amos me lo han contado a gritos... y me lo repiten cada día.

"Muchos gobiernos todavía deben darse cuenta de que perdieron su soberanía nacional hace mucho tiempo. Debido a que en el pasado han permitido que su deuda se acumule, ahora dependen de la buena voluntad de los mercados financieros" Afirmó el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi.

Ante el flagrante e inminente peligro de que Congresos como el español terminen perdiendo su sempiterna estabilidad y entren en una imprevisible fase de incertidumbre política, han previsto nuestros señores (mientras piensan en otras soluciones) una rápida y efectiva solución... nosotros la conocemos por unas simples siglas... TTIP.

12 de febrero de 2013, Obama anuncia al mundo el comienzo de unas negociaciones entre Estados Unidos y la UE destinadas a lograr una histórica "Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión". Nadie antes la había nombrado en público. Un año más tarde, el 25 de febrero de 2014, Mariano Rajoy afirmaba durante el debate del Estado de la Nación que España sería la punta de lanza europea del futuro acuerdo. Durante ese año de diferencia entre ambas declaraciones los círculos se han cerrado y el monstruo ha gestado un nuevo huevo de serpiente... el VI Reich que ha de arrasar definitivamente toda forma de democracia, ya camina entre nosotros.

Y aunque sabemos que existe, nadie conoce su rostro... la mayor parte de los textos del TTIP son secretos y no serán sacados a la luz hasta el mismo momento en que deban ser ratificados por votación. Ni siquiera los propios parlamentarios europeos han tenido libre acceso a un documento guardado en una cámara de seguridad donde nadie puede permanecer más de treinta minutos, sin ningún tipo de aparato electrónico, y sin un simple bolígrafo. Aún así algunas partes de ciertos borradores se han filtrado a determinados medios y las conclusiones no podrían ser más tenebrosas.

No es otro nuevo ataque a la ciudadanía y al medio ambiente... eso ya ha ocurrido muchas veces durante estos años, más bien se trata de convertir a toda la población de Europa y EEUU en esclavos, y cuando utilizo la palabra "esclavos" lo hago en el sentido más literal. Toda ley conocida, toda Constitución promulgada, todo derecho adquirido quedará sometido a la autoridad de un tribunal superior de arbitraje formado por personas ajenas a toda soberanía nacional, personas que serán elegidas no por los ciudadanos, sino por los propietarios de las corporaciones transnacionales y los grandes fondos de inversión. Ningún tribunal del mundo podrá rebatir sus sentencias, ningún Parlamento estará capacitado legalmente para contravenir lo que ese supertribunal decida sobre nuestras condiciones de vida, sobre nuestros sueldos, pensiones, derechos laborales, estándares ambientales, educación, alimentación, sanidad, información... sobre absolutamente todo lo que compone nuestras vidas.

Esto no es un escalón más en el afán neoliberal de someter a la "mal acostumbrada sociedad del bienestar", es el arma definitiva y más demoledora de la historia moderna, es el golpe de estado por excelencia, es la desregulación absoluta y la instauración radical de la ley del más fuerte... el sueño de cualquier tirano.

Si un gran inversor o un político influyente cometiera un delito por el que debiera ser juzgado, nada podrá impedir que sea el nuevo tribunal de arbitraje y no la justicia ordinaria, el que le juzgue. Tribunal de arbitraje que estará convenientemente formado por los abogados de su propia multinacional, o de su propio partido. Por eso poco nos ha de extrañar que tanto PP como PSOE (o recientemente Ciudadanos) se declaren abiertamente favorables al acuerdo y se nieguen a cualquier consulta popular sobre su puesta en marcha.

Siendo este tal vez el más trascendente, son muchos más y no menos letales, los tentáculos de este monstruo llamado TTIP, ya que la nueva regulación (cuando no la completa desregulación) va a igualar normativas laborales y garantías sanitarias por lo más bajo. Seremos literalmente alimentados con los más variados y rentables venenos, seremos asesinados con medicamentos en fase de prueba y convertidos en un inmenso laboratorio experimental para mayor beneficio de la grandes farmacéuticas... y sin embargo seremos privados de los medicamentos que siendo necesarios ya no representen un buen negocio para los fabricantes. Seremos severamente pobres aún teniendo un trabajo (si es que somos tan afortunados), seremos fantasmas en una pesadilla, seremos piezas de recambio en esa gran máquina que no se detendrá hasta destruir el planeta.
El próximo domingo... el 20 de Diciembre de 2015... se celebran elecciones generales en este país... y contra lo que pudiera parecer, la decisión de votar y a quién votar no acarrea únicamente la responsabilidad habitual de elegir entre este o aquél partido, candidato o programa... esta vez la apuesta es a todo o nada... a vivir o a morir... a continuar bregando en esta cuerda de galeotes, o ahogarnos (junto con nuestros hijos) en la más terrible inmundicia.

No seamos los de siempre, no dejemos que las ideas nos tengan a nosotros. Aunque solo sea por esta vez, no votemos a un logotipo al que adorar, ni a un candidato del que enamorarnos, ni mucho menos a un partido en el que descargar nuestra responsabilidad como ciudadanos... hagamos algo nuevo... votemos a ese partido contra el que preferimos manifestarnos cuando incumpla un solo renglón de lo prometido.

Seamos mejores de lo que fuimos, salgamos de nosotros mismos y de nuestra privilegiada clarividencia, contemos a nuestros vecinos lo que los tertulianos no van a contarles, digamosles con palabras sencillas que nada está perdido y que aún se puede luchar, que el TTIP necesita el voto favorable del Parlamento Europeo y el de cada uno de los estados miembros para poder ser ratificado... que por eso, y por la posibilidad de hacer cambiar el paso a quienes ansían destruir nuestras vidas, hemos de votar a partidos que no estén por aprobar un tratado, que más que tratado, es nuestra condena a muerte.

Miremos a nuestro alrededor y digamos a nuestro obtuso conductor de autobús, inveterado votante del PP, que si el TTIP se aprueba, los servicios públicos quedarán reducidos a lo testimonial, que perderá su trabajo y su jubilación, y aún estará a tiempo de ver como su nieto cambia de postura... porque pasará de jugar a la Playstation... a trabajar (a la americana) para SONY en una cadena de montaje, sin asegurar y por un euro a la hora.

Hablemos con nuestro desinformado panadero de siempre, secular afiliado al PSOE y fiel admirador de Felipe González, para decirle que los barones de su partido ya han decidido que el futuro de su nieta ha de parecerse mucho más al pasado de su abuelo que a este triste presente.

Conversemos con nuestra insoportable cuñada, la que nunca se ha interesado por la política y ahora le hace ojitos al Ciudadanos de Albert Rivera, para hacerla saber que la seguridad de su puesto de funcionaria en el ayuntamiento se va a transformar muy pronto en el principal objetivo del TTIP... y que más pronto que tarde, su contrato, su nómina, y sus trienios valdrán menos que el papel en que están escritos.

No podemos dejar de contar a quien nos quiera escuchar, que nuestros pequeños universos se vienen abajo, que nadie está a salvo y nadie nos va a advertir de ello... no podemos seguir creyendo que el pedestal de los informados, de los lúcidos, nos va a mantener por encima de la riada oscura que llega... porque curiosamente, el TTIP es justo en su absoluta injusticia... y si este domingo no votamos en su contra, nos va a matar a todos.











2 comentarios:

  1. Es "increíble" (en realidad es creíble porque sé cómo funciona el mundo actual) que en los medios y en la calle no se esté debatiendo abierta e intensisímamente sobre este tema. Como nos cuelen el TTIP este... jaque mate.

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    1. Los ladrones nunca entran encendiendo las luces y tocando los platillos... y ahora tampoco.

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