El cuento es una narración por lo general breve, una ficción protagonizada por un grupo reducido de personajes y con un argumento sencillo. Lo más habitual es que sea transmitido por vía oral o escrita, aunque hoy, gracias al cine o a la televisión, el cuento ya no conoce fronteras y llega tanto a niños como adultos, llega incluso hasta personas que no saben leer o que simplemente padecen algún tipo de limitación sensorial.
Los cuentos educan, los cuentos entretienen... ¿Qué sería de nosotros sin los cuentos? ¿Cómo podríamos vivir sin ese otro lado donde lo real es imaginado y lo imaginado real?
Un excelente ejemplo de cuento nacional es el paquete de medidas con las que se pretende ampliar la protección de los más necesitados. Es un cuento según el cual, se propone elevar la cantidad que no se puede embargar de un sueldo por impago hipotecario y subir el valor mínimo de subasta de una casa embargada. Además, se ha decidido aumentar el número de pujadores en las subastas hipotecarias a través de la disminución de la cuantía del depósito. Por otro lado, se incrementará del 50% al 60% el valor de partida en la subasta de una casa embargada. “Nadie podrá quedarse con la casa de nadie por menos del 60% de su valor”, ha señalado el vicepresidente.
Hasta ahí llega el cuento, la parte real es que una familia desahuciada seguirá malviviendo (si dispone de un sueldo) con trescientos euros más mientras carga con una deuda de por vida que la impedirá aspirar a otra cosa que no sea la marginalidad. Lo real es que en la práctica, cuando el dinero de una nómina o una pensión llega a una cuenta corriente ya es sólo dinero y no salario, y es entonces cuando el banco se lanza, ya sin impedimentos legales, sobre él. Lo real es que los que tasan los pisos son carne de la uña bancaria y valoran con un ojo puesto en sus compinches. Lo real es que el derecho a una vivienda digna que señala la constitución seguirá valiendo menos, muchísimo menos, que el papel en el que está escrito.
Esta es la realidad, la que no cuenta el telediario.
Otro cuento no menos imaginativo es el de combatir el endeudamiento de los ayuntamientos haciendo que se endeuden más aún con la participación del Instituto de Crédito Oficial (ICO) en el pago a los proveedores de los ayuntamientos. Dichos ayuntamientos tendrán "tres años" de plazo para hacer frente a la deuda. Eso permitirá tapar momentaneamente el agujero municipal (casi 30.000 millones de euros, según el Banco de España). Lo que no explica el cuentista es como se saldrá del próximo cuello de botella cuando a la deuda presente se sumen los intereses que tal aplazamiento generarán. ¿Una nueva ley sacada de la chistera? ¿Nuevos créditos hasta el colapso total? ¿Nuevos ICOS? ¿Nuevos políticos? Algo será, la imaginación del que cuenta cuentos no conoce límites, y si los conoce... pues se improvisa.
Pero la penúltima novedad en el mundo del cuento es la investigación sobre la hasta ahora “sufrida, y nunca suficientemente ponderada” SGAE.
El mensaje de fondo es claro: El sistema funciona, nadie esta fuera del alcance de la ley, el que la hace la paga, caña a los malos malosos de Teddy Bautista, mira que son majos estos chicos del 15-M...
La realidad de piedra y palo es el asalto a la libertad individual que continuará suponiendo la imposición de un canon corsario que a todos nos declara culpables de antemano por copiar los ruidos de Bisbal y Bustamante.
La indignidad del rodillo parlamentario con el PSOE al frente, que ciscándose en todos sus programas electorales, diseña una justicia de alta velocidad para sus amigos más íntimos y artisticos, los que a no tardar abandonarán el barco que se hunde sin esperar a las damas. (Luego la mala fama es para las ratas)
Algo después, cuando las aguas vuelvan a su cauce, y con la cara ya lavada, la SGAE volverá por sus fueros y a por los nuestros, los imputados serán condenados a terribles y dolorosos arrestos domiciliarios, sus antiguos trapicheos declarados como prescritos, los nuevos como indemostrables... y vuelta a empezar. A proseguir con el acopio (que es lo suyo) de más de 365 millones de euros al año, y a continuar convenientemente libres del ojo inspector. Siempre insaciables, y siempre bajo el amparo de una ley que no les permite obtener beneficios por su gestión, pero sí desviarlos a traves de un complejo entramado societario que presuntamente, y al menos desde 2003, ejercía un incontenible y despiadado ánimo de lucro.
El maravilloso mundo del cuento no conoce tiempo ni frontera, es infinito y nunca morirá porque no es uno sólo.
El cuento hispano, el cuento nacionalista, el cuento autonómico, el cuento religioso, el cuento de sus majestades, el cuento de las medidas necesarias, el cuento de la gran banca, el cuento chino, y en los últimos días, el cuento de la gran Europa, un cuento viejo y nuevo, el cuento por excelencia, el que nunca pasará de moda.
Y otra vez eso de que hay que proteger a los más débiles de esta crisis...
Y otra vez corremos a 120...
Y otra vez la Pantoja y el Bautista entrando y saliendo por la puerta del juzgado...
Y otra vez, quizá en Noviembre, volveremos a fumar en el bar... puede que en Octubre.
Y colorín colorado... que un nuevo cuento ya nos tienen preparado.
Tiene cara de guasa el Nigel este, los demás no.
ResponderEliminarLo que pasa es que no te ponen a ti a redactar cuentos; ¡con lo bonitos y embrigadores que te quedarían! Y, además, buen sueldo y mejores condiciones (ya sabes. vuelo en preferente, cochecito oficial, tarjeta gratis total...)
ResponderEliminarBuenas tardes, hemos encontrado su Web en Google y nos gustaría proponerles un intercambio de enlace (texto). Nos beneficiaría a ambos, mejorando nuestra posición en todos los motores de búsqueda.
ResponderEliminarAprovechamos para ofrecerle nuestros servicios como estudio creativo (diseño web, gráfico, impresión y vídeo).
Agradecemos su tiempo y disculpen las molestias.
Miguel Ángel R.C.
Responsable de marketing.
info@websmultimedia.com
Websmultimedia.com