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jueves, 23 de junio de 2011

MILK OF THE HUMAN KINDNESS

"Yet do I fear thy nature;
It is too full o’ the milk of human kindness
to catch the nearest way"

"Sin embargo, temo a tu naturaleza;
Demasiado llena de esa leche de la bondad humana
como para coger el camino más corto"


Palabra de William Shakespeare. Le alabamos señor.

Macbeth, Thane (barón) de Glamis ve cumplida parte de las profecías que le sitúan como rey, escribe una carta a su esposa, y en ella da cuenta de las predicciones de las brujas.
Lady Macbeth, al leer el mensaje, comienza a planear el asesinato del buen rey Duncan para así lograr que su marido llegue a ser rey de Escocia.
De improviso, llega Macbeth al castillo, casi al tiempo que la noticia de que Duncan va a pasar allí esa noche. Lady Macbeth le expone sus planes. Pero Macbeth duda...
Lady Macbeth no está segura de que su marido sea capaz de matar al rey, sospecha que está demasiado "empapado de leche de bondad" (milk of human kindness), y para cumplir con su plan habrá de amamantarlo de pura maldad. Para ello invoca a los espíritus maléficos, para que "vengan a sus pechos de mujer y cambien su leche por hiel".

Es tal vez la manera más hermosa y precisa que existe de definir esas dos substancias que todo ser humano posee.
Incluso los más viles y honestos de nosotros guardamos siquiera una gotas de ambas en nuestro interior, leche y hiel, es su proporción lo que nos distingue.

Sus niveles son los que nos empujan a tomar esas decisiones que a menudo convertimos en complejas, a separar lo correcto de lo conveniente, la venganza de la justa reparación, el daño ajeno del bien propio, el camino del atajo.

Pero a mi la que más me interesa es la bondad, ese líquido blanco y cálido que según Shakespeare nos hace ser humanos, humanos en el mejor sentido de la palabra.

¿Existe realmente esa leche de bondad? Por supuesto que sí. Sólo hay que saber mirar.
¿Dónde podemos encontrar esa substancia? Por todas partes, pero sobre todo donde haya un niño... o donde haya un salvaje.

Seres con voluntad de bien, que no tienen tiempo para intentar hacer lo correcto porque ya son buenos, seres que solamente contienen esa leche que hace abrir los ojos de par en par al contemplar una simple cuchara, una cinta de colores, una mano amiga y desconocida.

Niños, mujeres, y hombres sin rastro de hiel.

Si Shakespeare hubiera contemplado estas imagenes habría asentido satisfecho. Nada hace más feliz a quien ejerce el perverso hábito de escrir, que descubrir la realidad de todo lo imaginado, de lo bueno también.

1975 - Miembros de la tribu Toulambi, Nueva Guinea, en su primer (y fatal) contacto con un hombre blanco.

3 comentarios:

  1. El inevitable y estúpido hombre blanco, escribía Jack London. No obstante, un reportaje es un reportaje, no un hecho, y este ni lo disimula con tanta musiquita. Tribus machacadas por los blancos como los famosos massai estaban muy lejos de ser unos santos antes, hasta el punto de que entre las costumbres que les caracterizaban estaba la de matar sistemáticamente a sus vecinos. Ahora, en efecto, no saben ni quienes son...

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  2. Pues yo no les veo pinta de estar fingiendo... te lo dice un maestro del cuento.
    En cuanto a la musiquita, sí es un poco moña, pero eso se arregla con un portátil roto como el mio.
    En cuanto a lo de la santidad te diré que ahí pecas de meapilas. ¿Desde cuando es la violencia un grado de maldad?
    La violencia es un instrumento, ni bueno ni malo, su uso correcto es lo que separa el bisturí de jack el destripador y el de un cirujano que te salva la vida.
    Si un Massai mata a un vecino es un cafre... no lo veo.
    Circunstancias de vida distintas, puntos de vista distintos. Imagina un pozo de agua que se seca, la tribu puede sobrevivir hasta las lluvias con lo poco que queda, pero si la tribu vecina mete el morro en él, todos mueren de sed.
    ¿Es bueno o malo recurrir a la violencia para sobrevivir?
    Estos que vemos no son buenos por no ejercer jamás la violencia, es más, tengo la impresión de que si el rubio del vídeo llega a hacer algún gesto amenazador con el cazamariposas, le clavan todas la flechas en el mismo ojo y reciclan su cráneo como orinal. Y aún así no lo harían por maldad, sólo por miedo o instinto de supervivencia.
    La maldad está en el consejo del banco de Satander, no en la familia Bantú.

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  3. Hombre, en último termino el banco de Santander manda porque puede sacar el ejercito a las calles, pero entiendo la teoría -y no debido a que me puedas pegar en la práctica. Yo los encuentro muy fotogénicos y hábiles con cucharillas y demás, pero tienen cierto músculo hipertrofiado al lado del codo que le da un aire de verosimilitud, pero quién sabe.

    Y actualizame, que vuelvo a la carga -acuérdate: el meapilas...

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