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martes, 24 de septiembre de 2013

EL TERROR DE TUS TIRANOS



Hay un pequeño agujero en el muro... una grieta en la que apenas caben los dedos. Tal vez podamos ensancharla... puede que  no tanto como pasar al otro lado, pero sí como para asomar la cabeza y respirar después de todo... y esperar que otros la hagan ventana.


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Cuenta Jorge Urdánoz Ganuza en su artículo de EL PAÍS que somos materia prima, pedazos de una sustancia en bruto que en su origen y sin tratamiento de fábrica no resulta especialmente dañina... cuenta también de lo que ocurre con esa benéfica materia prima, cuando se somete al adecuado proceso de transformación por el que una persona "normal" pasa a convertirse en "político".

Asegura Urdánov que nadie entrado en políticas escapa a los efectos perversos de la cadena de montaje, esa en que todo ciudadano bienintencionado cae con solo pisar la moqueta roja del sistema... afirma que aún sin prisa, los hilos del poder y la complacencia enredan al más pintado, al más noble, y al menos interesado, y que por tanto, toda auto-vacuna del sistema ha de proceder de la parte más alejada del tumor principal, léase electores y militantes.

Si esto es así, y las pruebas de que disponemos lo confirman, podemos llegar a la funesta conclusión de que esa carrera que comienza a la entrada de un partido político y termina al ser coronado por su ejecutiva, no es más que un proceso de perfectísimo diseño... una cinta transportadora en la que todo individuo queda contaminado por el mismo mal que pretende combatir.

El único "pero" que añado al citado artículo es la confusión de autor a la hora de escribir "elector" donde debería figurar la palabra "ciudadano", porque como él mismo declara, "Ni los militantes tienen autoridad frente al aparato ni los electores entera libertad para acabar con el bipartidismo, blindado por el sistema electoral"

Alguien nos ha repetido hasta la saciedad que nuestro modo de convivencia solo es posible si es con partidos políticos, que no hay otro instrumento fiable sobre el que construir una democracia digna de ser así llamada... lo han repetido tantas veces que solamente con dudar de ello nos sentimos culpables, perjuros de cuanto creemos... y así, con tan poca cosa, convertimos toda posibilidad de cambio en miedo.

¿Pero y si alguien se atreviera a despojarse del miedo? Y aún peor... ¿Y si alguno, en un descuido, cometiera el error de imitarlo?

Hace aproximadamente dos años que el ayuntamiento de Torrelodones fue vaciado de eso que algunos llamamos "La casta"... ya son algo más de 24 meses sin restos de ejecutivas convertidos en alcaldes, sin cargos de confianza ni asesores, sin coches oficiales, sin guardaespaldas, sin cuentas de aperitivos y comidas, sin alfombras alquiladas, sin contratos adjudicados a dedo, sin sueldos pornográficos, sin ninguna de esas cosas "tan imprescindibles" para que esta democracia siga su camino.

Personas de carne y hueso ocupando un espacio sagrado que antes solo estaba reservado para los "elegidos"... mujeres y hombres ajenos al sempiterno mecanismo del bipartidismo y sus correspondientes bisagras... ciudadanos sin deudas ni agradecimientos pendientes... y un superávit de más de cinco millones de euros en el último presupuesto.

Hoy es Algete.

Hoy son otro puñado de valientes los que dan el paso cuando los demás nos quedamos mirando... absortos ante tamaña muestra de locura... (quizá de terrorismo)

Vecinos uno a uno, ciudadanos que ya no se preguntan entre sí de dónde vienen pero sí a dónde van, individuos sin aspiraciones políticas a los que únicamente preocupa el terminar de una vez por todas con el desgobierno de una clase política irrecuperable y homicida. Enanos contra los gigantes de las millonarias campañas electorales... pero enanos sabedores de que en las elecciones municipales (y a diferencia de las generales) la distancia entre las urnas y los electores es mucho más corta, y que en esas condiciones resulta algo más complicado retorcer la democracia para hacer que un voto de calle arriba valga siete veces más que un voto de calle abajo.

Va por vosotros, atajo de valientes, cuerdos entre los cuerdos... por que eso que os empuja no se apague y se haga incendio.

Al fin... un espejo en el que mirarnos.





6 comentarios:

  1. Pelayo... Qué decir, me dejas sin palabras. Soy una de esas locas, terroristas, incendiarias a la que se le ha metido entre ceja y ceja gestionar el gobierno municipal de otra manera. Si no lo conseguimos, al menos nos van a escuchar, van a sentirse vigilados... Y desde luego con este pedazo de artículo que nos has dedicado, tenemos que intentarlo con más ahínco. Es un honorazo ser tu lectora y tu amiga. Y juro que no es mera palabrería de política neonata.

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    1. Palabras, palabras, palabras... lo único que ahora cuenta son los que como tú, pasan a los hechos... los demás solo miramos, y en el mejor de los casos, nos avergonzamos de no ponernos a tu altura.

      Todos los besos.

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  2. Muchas gracias por estas palabras. Es un impulso para continuar con el objetivo de mejorar nuestro municipio.

    Muy agradecida,

    Cecilia

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    1. Muy orgullosa de ti misma... así debes sentirte.

      Beso grande.

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