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sábado, 4 de enero de 2014

CUENTO DE NAVIDAD



Y cuando parecía que el tiempo se había atascado en un permanente día de la marmota... y cuando todo consistía en un diario motivo para rebanar parlamentarios pescuezos... resulta que ya es navidad... ya las panderetas... ya el olor a mazapán... ya la puta navidad.

Salgo a la calle en busca de eso que todos hablan... de eso que a todos hace mejores, más felices, más amables, menos malos...

Camino con la cabeza gacha, aprieto los dientes y abro los ojos... los abro hasta que me duelen... pero por más que miro solo veo culos... culos en manada, en estampida, culos a salvo junto a otros culos... culos grandes y pequeños, culos circunspectos y culos en animada conversación,  culos caros y baratos, culos con y sin rumbo, culos corazón y culos cerebro, culos felices que se mienten a sí mismos... ya no por creerse afortunados, sino porque así pueden engañar de una manera mucho más eficiente a otros culos que también aspiran a ser dichosos.

Me paro en medio de la calle para verles yendo de acá para allá, tropezando unos con otros, sumidos en sus asuntos de culo, en sus asuntos de mierda... Y no sin rastro de envidia, me pregunto qué demonios han comprado para no parecer cabreados, para no tener este aspecto de loco furioso, para no gritar y romper y rasgar... para no caer en este perpetuo estado de ignición que me consume y que me da la vida... que cada vez deja menos espacio para nada más.

Levanto la mirada, cambio el punto de vista.

Luces... todo lleno de luces... como cada año, el lado oscuro e incomprensible está de vuelta... y con todo su esplendor, con sus diabólicos villancicos, con el discurso del Borbón, con los apestosos perfumes, con los Reyes Magos, con Papá Noel, con su lotería, con las tiras de espumillón dorado, con el "feliz entrada y salida", y el turrón duro, el más duro de los últimos cien años... y las buenas caras, y las mejores intenciones... qué poco han de durar todas esas intenciones...

Y yo, como supongo que otros tantos, harto de estar harto de tanta monserga, descubro que todo tiene que ver con todo... descubro lo inútil de las buenas palabras con quien no quiere palabras... y descubro el origen de nuestros males... descubro al monstruo

A las puertas del Corte Inglés distingo un grupo de personas vestidas con idénticas camisetas... "Vengo a visitar a mi madre, la empresa la ha esclavizado" dice la leyenda. Gentes de todas las edades que protestan por las insoportables condiciones de trabajo de sus hijos, esposas, madres y padres... manifestándose por los que ya viven permanentemente amenazados con el inmediato despido... entran y salen para dejarse ver, mientras llega la policía...

¡Un tumulto! Gritos al fondo de la calle... por fin señales de vida, vida que al menos no parece tan terriblemente feliz... una muchedumbre dividida en dos bandos enfrentados, podría ser el principio de algo... pero no... sólo es el final. La cola de quienes esperan a que Belén Esteban les firme su libro ha entrado en colisión con los que aguardan su turno y su décimo de Doña Manolita.

Y algo más allá un individuo golpeando una biblia con el puño mientras grita que estamos todos condenados... y algo más acá un amago de reyerta por hacerse una foto junto a esa torre de hierro que llaman "árbol de navidad"... y Bob Esponja contra la Gallina Caponata, ambos en evidente estado de embriaguez.

Lo dejo... otro día más... que tampoco soy tan valiente... que con un rato soportando la respiración del monstruo ya tengo bastante.

No ha sido tiempo perdido, pienso volver... a pesar de todo he descubierto algo importante... algo práctico... que a partir de ahora, cuando quiera estar solo, sentirme solo... ya no necesito de ningún desierto.








6 comentarios:

  1. Vaya, no te sabíamos adepto del Gran Chutluh...

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    1. Las leyendas creen en nosotros... a pesar de que a veces no existamos.

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  2. eso, más caca de la vaca...

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    1. Hay quien con eso levanta ciudades... hagamos nosotros cañones...

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  3. ...eso te pasa por tomarte la píldora roja de Morfeo, si hubieras elegido la azul ahora estarías tan contento con tu autógrafo de Belén Esteban... quien te manda...

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