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lunes, 1 de septiembre de 2014

POSESIÓN SOTÁNICA




Cuentan quienes allí estuvieron, que nada más poner pie en tierra del sector 6 de la Cañada Real (infierno donde los haya), Antonio María Rouco Varela se encaminó hacia unos niños que jugaban desnudos entre el barro y las ratas... que al llegar a su lado y señalarles con el brazo extendido preguntó:

Hola chicos... respondedme a una pregunta... ¿sabéis quién es el niño Jesús?

A lo que todos, cómo un sólo marginado, respondieron a la vez:

Sí... el hijo de la Lucía.

¡Por el amos de Dios! ¡Estos niños no tienen catequesis! Sentenció su excelencia elevando su grito al cielo.

El bueno de Antonio María no quedó muy satisfecho de su visita al averno, el cardenal no había avisado a tiempo al padre Agustín (encargado de la zona) y apenas pudo prepararse una breve y deslucida misa de campaña... ni siquiera pudieron ser retiradas las montañas de chatarra y basura que delimitan las calles de la barriada, ni los montones de excrementos acumulados desde que el ayuntamiento se llevó los retretes portátiles.

Es sólo un detalle... así ha discurrido la vida de Rouco. Con este tipo de anécdotas ha trufado el arzobispo de Madrid sus casi tres décadas de alcaldía celestial... un remanso de paz... un servir sin vivir... hasta recibir la fatal llamada.

Fue durante el viaje de Lugo a Madrid tras los actos en honor al nuevo rey... dicen que durante el regreso se reconcomió en el asiento, que no dejó de darle vueltas a la intempestiva llamada del Nuncio Fratini. ¿De qué demonios se trataría? ¿Para qué tanta urgencia? A buen seguro que repasó las posibilidades... tenía que ser algo grave... un caso más de pederastia a punto de estallar... otro pleito abierto por la apropiación de inmuebles públicos... un improbable recorte sobre los once mil millones de euros con que el estado financia a la iglesia... la definitiva y vaticana reprimenda sobre el calamitoso estado de las cuentas del arzobispado de Madrid...

Era el retiro...

Para Rouco, este mes de septiembre será el último al frente de su satrapía madrileña, le substituirá Carlos Osoro, actual arzobispo de Valencia, que a su vez cederá su puesto a otro prelado "cinco estrellas"... el cardenal Antonio Cañizares, nuevo arzobispo de Valencia y posiblemente el prelado más siniestro del episcopado español.

Tanto es así que en 2009, en plena posesión sotánica llegó a afirmar que "no es comparable lo que haya podido pasar en unos cuantos colegios, con los millones de vidas destruidas por el aborto" todo por la secta... todo con tal de justificar los abusos a menores en el seno de la Iglesia católica.

No fue un episodio aislado. Dos años antes, durante la ordenación de dos sacerdotes y a pesar de las recomendaciones en contra de su papa, decidió Cañizares dar fiel muestra de toda su psicopatía. Eligió portar una "capa magna" de más de cinco metros de longitud, una prenda que exige la ayuda de al menos un asistente que le sujete la cola. (Sí, has leído bien, la cola)

No dejan de sorprenderme... por mucho que insistan... por más que me repita que no todos pueden ser iguales... no dejo de preguntarme:

¿Es la iglesia como institución un remedo de los partidos políticos a la vieja usanza? Es decir... ¿Una perfecta y eficientísima máquina de producir hombres sin alma ni seso? ¿Cómo si no se explica este abrumador porcentaje de malévolos tarados entre sus clases dirigentes? ¿Cómo se entiende que tras tan espectaculares exhibiciones de vanidad y estulticia no huyan despavoridos sus fieles devotos?
La imagen de Cañizares con capa magna, futuro arzobispo de Valencia (tierra de trajes), es la imagen de una comunidad autónoma y de todo un país, es la perfecta síntesis de eso que hoy nos atormenta, el retroceso de varios siglos hacia el oscuro imperio de la indignidad, de lo ridículo, de la chabacanería, de la injusticia y la sin razón... ese lugar del que creíamos haber escapado viene en nuestra busca... o que tal vez, nunca abandonamos.





NOTA: El arzobipo Antonio Cañizares (Cañete para los amigos) no es lo que parece, lo de Cañete no es tan exagerado, lo suyo es puro arte. En Cañete prevalece siempre el gusto por la proporción, las colas le gustan largas y anchas (aunque yo creo que se conformaría con una grande y libre)... y sus curas por detrás... como manda la tradición.










4 comentarios:

  1. Estoy convencido de que viven en otra época,de que se han trasladado a esta para jodernos la vida que es lo que ha hecho siempre la iglesia con los ciudadanos de a pie.
    Este Cañete es un tipo ridículo, sacado de los incunables de la Edad Media.

    Saludos.

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    1. Cañete ya no existe... murió engullido por su capa roja... una oración por su alma negra.

      Abrazo

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  2. Fue la proporción aúrea, que no pudo soportar la vergüenza y lo engulló por preservar algún recuerdo de armonía natural...

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