Fue nada más llegar, cuando Don Juan Carlos visitaba la Dirección General de Tráfico (sin el cinturón de seguridad). Allí, a pie de pista, le esperaba nuestro ínclito ministro del interior, Jorge Fernández Díaz, y como no podía ser de otro modo, fue acercarse... y empezar a entrarle unas ganas de darle una hostia a alguien...
El rey del derechazo... vale... lo admito... no tiene ya la potencia de sus años mozos, anda un poco corto de reflejos, pero teniendo en cuenta su avanzada edad habremos de reconocer que no está nada mal.
Toda una vida al servicio... ¿pero qué digo? toda una dinastía entregada al sacrificio que supone ser la salvaguarda de nuestros desatinos.
Tentativas de golpes y tropezones aparte, ya es un hecho absolutamente contrastado que su majestad siempre se ha valido de la derecha...
Tentativas de golpes y tropezones aparte, ya es un hecho absolutamente contrastado que su majestad siempre se ha valido de la derecha...
Con la derecha juró cumplir, y hacer cumplir los principios del movimiento nacional franquista, consagró su vida y su absoluta lealtad a la fiel observancia de las leyes fundamentales del régimen... y vaya si lo ha cumplido. Sin embargo, la Constitución prefiere manejarla sin preferencias, tanto con la izquierda como con la derecha, tal vez porque no pudo jurarla... tal vez porque no pensaba cumplirla...
Con la derecha saludaba al generalísimo cuando siendo mocito, era invitado al Pardo para estrechar lazos... esos mismos que años más tarde lo dejarían todo "atado y bien atado".
Con la derecha saludaba al generalísimo cuando siendo mocito, era invitado al Pardo para estrechar lazos... esos mismos que años más tarde lo dejarían todo "atado y bien atado".
Con la derecha empuñaba el arma que disparó contra su hermano menor... con la misma golpea a su chófer porque no le deja sobre la jodida alfombra roja.
Con la derecha se las ha ingeniado para que en periódicos como "El País" o "El Mundo" recorten de las imágenes ese impagable segundo en el que suelta su regia mano sobre el conductor de nuestro coche oficial... cosas que sólo un diestro soberano es capaz de conseguir sin apenas romper a sudar.
He descubierto algo nuevo. He descubierto que el el estrés es el mayor enemigo de los reyes... les hace hacer y decir cosas raras. He descubierto que los monarcas son personas habituadas a la vida plácida y tranquila, y que cuando algo les perturba se convierten en uno, en el mismo, en el de siempre... en el que está por encima de ley y sobre sus súbditos el que trama y compone a espaldas de la justicia, contra la libertad, contra el derecho y la igualdad... contra todo lo que hace hombre al hombre.
Por eso Don Juan Carlos reaccionó de esa manera, abroncando en público al conductor desde su lado más natural, porque no obedeció sus indicaciones de aparcar un poco más a la derecha.
Mientras, a pocos metros la plebe, esos seres ruidosos y bullangueros que apenas saben lo afortunados que son por mantener la cabeza en su sitio, esos que le increpan con saña, le abuchean y le ridiculizan con sus gritos y sus pancartas.
"Basta ya de recortes, no más robos"
Yo, plebeyo donde los haya aunque lleve nombre de rey, me permitiría aconsejar a su majestad que cuide esa mano que le pierde... esa derecha con la que tanto ha ganado. Sea consciente Señor, de que los tiempos están cambiando, que ni los vasallos, ni los osos, ni los elefantes, son ya los que eran, que los unos y los otros han perdido toda consideración por su divina persona... hasta los niños lo dicen... que los reyes son mentira.
Y yo que hubiese dicho que últimamente no hace una a derechas!...
ResponderEliminarTú fíate de la virgen y no corras... que hasta el más Borbón te hace un reloj...
EliminarEes un impresentable y siempre lo fue ese delfin de franco
ResponderEliminarNo se lo tomes a mal... él sólo mantiene la tradición familiar...
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