Translate

lunes, 3 de septiembre de 2012

FELECHOSA


Aquél fue sólo un desahucio más, otro de tantos entre los muchos que se perpetraron en Asturias a princípios de verano, uno como los más de 159 que se llevan a cabo en España cada día, uno entre los más de 400.000 que se han ejecutado desde 2008, uno más con gritos, lágrimas de impotencia, manos aferradas a los bordes de una puerta, niños asustados que miran a todas partes a la vez sin entender qué está pasando, el inevitable tumulto entre los que sacan a rastras a una familia de su casa y los que tratan de impedirlo, y los golpes, y las detenciones... una atrocidad legalizada que de nuevo, deja tras de sí el tufo agrio y caliente de una injusticia... el llanto de ese niño que no termina de callar.

Todo fue tan habitual... hoy todo es tan como siempre... que ya pocos se sorprenden.

Jorge, Patricia, y su pequeña eran otra de tantas familias, con una vivienda hipotecada en Cajastur, con una pequeña empresa de transportes apoyada sobre la hipoteca de la vivienda, con facturas por pagar y más aún por cobrar. Un mala racha, varios clientes que se retrasan, y el banco que no perdona...

Y en ese momento, los sueños de Jorge y Patricia de tener una vida digna que ofrecer a su hija, comenzaron a convertirse en pesadilla.

Hace ya tres meses que Cajastur desahució a Jorge, a Patricia, y a su niña de un año, tres largos meses en los que lo han intentado todo.

El procedimiento del banco ha sido el de costumbre en estos casos. Se ha negado ha pactar un alquiler, ha lanzado sus garras sobre la vivienda por una tercera parte de lo que costaba, han cargado a Jorge, a Patricia y a su bebé con una deuda de más de cien mil euros, y asunto cerrado.

Desde entonces, Jorge ha peleado cuanto ha podido, solo pide que le libren de una deuda que les convierte en mendigos de por vida, y por eso ha estado más de dos meses en huelga de hambre en una plaza de Oviedo, junto a la puerta del banco. Ha intentado hacerse oír, ha enviado docenas de cartas... todas le han sido devueltas... todas sin abrir.

El estado físico de Jorge ha llegado a ser tan penoso que hace unos días fue ingresado en un hospital, un certificado médico asegura que se encuentra al límite de lo irreversible. Jorge va a volver a la sede de Cajastur, va a seguir llamando a esa puerta, con su silla, con los comprobantes de haber pagado más de un 75% del precio de la que fue su casa, con las facturas impagadas de sus clientes... pero sobre todo con una de ellas.




Esta factura no es una simple factura, es la demostración palpable de existencia del monstruo, es sólo un pedacito de la factura pendiente... el resumen de todo el dolor y todo el sufrimiento que alguien habrá de pagar un día.

...

José Suárez Arias-Cachero, más conocido por el nombre del pueblo en que lo parieron, es "Felechosa".

Empresario de mal, político de cojera nacionalista, y consejero de banco, ¿hay quien dé más... por menos?

"Felechosa"  fue concejal del Ayuntamiento de Oviedo por el Partido Popular desde las elecciones de 2007 hasta 2011, sin encontrar madriguera que fuera de su gusto, se pasó al Foro Asturias de Francisco Álvarez Cascos, y de ahí saltó a un acogedor sillón de consejero general en Cajastur.

Hombre hecho a sí mismo que nunca encontró a quien parecerse, tuvo desde sus años mozos, la peregrina idea de convertirse en una especie de "Sabino Arana del bollo preñau". Abrazado a tal memez, comenzó allá por los ochenta a tocar el "panderu" del asturianismo, fue fundador del C.E.N. (Concejo de Estudiantes Nacionalistas), más tarde trepó hasta un puesto de concejal el el municipio de Aller, llegó incluso a ser el máximo dirigente de la Xunta Nacionalista Asturiana y de la Unidá Nacionalista Asturiana... pero ni por esas logró ese ansiado escaño en el Parlamento Asturiano. 

Hasta que un día de primavera del 2007, una bandada de gaviotas populares sobrevolaron su maltrecho nido, y a sus patas se aferró... y fueron aquellos tiempos felices, muy felices... pero breves.

En 2011 le llamaron los de arriba y le acusaron de haber sido un chico malo, de no ocuparse de su trabajo como concejal de cultura en el ayuntamiento de Oviedo y de distraerse en asuntos sin importancia... como el de "facilitar" el teléfono de la empresa de su cuñado para que se contrataran ciertos servicios de transporte.

Felechosa siempre dijo que todo aquello era un ajuste de cuentas, que su apoyo a Álvarez Cascos como candidato le costó la enemistad de la cúpula del partido, que lo de su cuñado era una insignificante tontería de unos cuantos miles de euros... y salió despedido (no muy lejos)... y en brazos de su adorado amigo cayó rendido... 

A mediados de 2011 ya anidaba en el Foro Asturias de Francisco Álvarez Cascos... y del amor surgió un huevo... y del huevo... un puesto de consejero general en Cajastur.

Lo que queda tras una carrera política tan azarosa, tan entregada al interés de los demás, es esto, esta repugnancia que todo lo copa y que no se detiene... lo que todos los "Felechosas" de España han dejado a su paso.

Felechosa el político, respalda la aplicación de la ley que permite sacar a rastras de su casa a la familia de Jorge... Felechosa el empresario, no paga una factura de 7.540 euros a Jorge... Jorge no puede pagar la hipoteca que le ha concedido Felechosa... Felechosa, desde su sillón en Cajastur, desahucia a Jorge y cierra su pequeña empresa... Jorge carga con una deuda imposible de pagar, pierde su casa, y a las puertas de Cajastur se declara en huelga de hambre... meses después, Jorge es ingresado en el hospital en un estado físico y mental que podrían costarle la vida...

En los últimos días de su huelga de hambre, Jorge ya no pedía más que un piso de alquiler para que su hija durmiera bajo un techo. Su antigua casa (tasada en 162.000 €) ha pasado a ser propiedad del banco por sólo 49.000 €, sus facturas impagadas son ya menos que papel mojado, y la deuda que arrastrará durante los restos no le permitirá volver a reconstruir su vida.

El presidente de Cajastur, Manuel Menendez (PSOE), se niega a abrir las cartas de Jorge... las devuelve sin abrir... Santiago Martínez Argüelles, vicepresidente de la entidad (PSOE) le respalda... mientras que en el programa electoral de su partido figura la dación en pago...

Y Felechosa se ríe... y todos los "Felechosas" aplauden a rabiar... porque Felechosa es de los suyos... porque es el mejor... porque siendo tan poco, hace tanto como el que más.

Pero pronto habrán de parar, porque a veces ocurre que "siempre" es "hasta finales de mes"... y "nunca" es pasado mañana... y las canalladas y las facturas pendientes se pagan... vaya que si se pagan.



6 comentarios:

  1. Uno de los miles de casos, unos mas penosos que otros pero todos injustos y vergonzosos.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Todos los desahucios son tan trágicos y tan injustos como este, pero la verdad es que no sabía de ningún caso en que esos tres jinetes de nuestro apocalipsis (empresario sin conciencia, político sin verguenza, y banco sin escrúpulos)se personificaran en un solo villano, en un trepador al que unicamente preocupa continuar la escalada... y si es a costa de la desgracia ajena... mejor que mejor.
      Luego está eso que tanto me enciende... la fingida indignación del que es pillado con las manos en la pasta, dando el telefono de su cuñado a los chicos de contrataciones... eso me mata.

      Saludo

      Eliminar
  2. Este y todos los que son como este,que son muchos,son los culpable de la
    situación en que nos encontramos en este país.Mientras no acabemos con todos estos mafiosos,chorizos,arribistas, no levantaremos cabeza.Yo,por mi parte,no vuelvo a votar a ninguno de estos sinvergüenzas en lo que me queda de vida.

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hace tiempo que debimos de dejar de engordar esta paticoja democracia, no era lo que merecíamos, pero creímos que alguien honesto se ocuparía de poner las cosas en orden... lo creímos a pies juntillas... algunos todavía lo creen... y así nos ha ido. Ahora es el momento de tomar las riendas de nuestras vidas y limpiar a fondo los rincones... que no nos cueste más de la cuenta... que no olvidemos lo que pasa cuando nos desentendemos de lo que nadie debe hacer por nosotros.

      Eliminar
  3. Supongo que debe haber algo en la naturaleza de la gente honrrada, que llegado el momento nos hace reflexionar y ser buenos, porque cuando uno lee esto, por más honrrado que sea, siente que si le pasara en carne propia agarraría la recortada y... supongo que también tiene que ver con lo que uno aún tiene que perder y los que dependen de uno, sobre todo los hijos y su futuro. Ahora bien, si siguen quitándonoslo todo, cuando no nos quede nada, ni ese futuro para nuestros hijos... La cuestión es si les vamos a dejar llegar a eso, si es que aún es posible pararlo.

    un abrazo.

    PD.: Me acabo de terminar tu último libro. Mis más sinceras felicitaciones, avisa cuando salga el siguiente...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. He pensado mucho en eso... siempre me he dicho que si una terrible injusticia me destrozara la vida, yo, como la inmensa mayoría, no me iba a conformar con llorar... me entregaría en cuerpo y alma a conseguir justicia, y si eso no fuera posible, me conformaría con la venganza...
      Pero los hechos y la psicología parecen decir lo contrario, la perdida absoluta, el tocar fondo, deja al ser humano sumido en una especie de parálisis entumecedora tanto física como mental. Lo que antes parecía evidente ya no lo es tanto porque surge la falta de autoestima, el miedo, la culpabilidad... ya no se es el mismo y por lo tanto todos los valores se alteran.
      Pero aún así estoy de acuerdo contigo... la desgracia parece cebarse con las buenas personas, con las más pacíficas al menos. Sólo es cuestión de tiempo que la bolsa de desesperación se colme y estalle, me temo que entonces la rabia y la violencia transformen un día cualquiera a los corderos en lobos... y eso no me asusta menos que lo anterior...
      Por eso es tan importante detener toda esta locura ahora que tenemos cierto control sobre nosotros mismos, antes de que la extrema necesidad nos ciegue y tal vez terminemos convertidos en eso que tanto despreciamos.
      En cuanto al libro, te agradezco muchísimo que lo hayas leído y tus felicitaciones... es para mi una enorme alegría... y no lo digo por decir.

      Gracias... gracias... gracias... mil veces.

      Eliminar