Interesantísimo discurso sobre los que maman. Un asunto que no conoce fronteras, y del que España, habiéndose investigado bien poco, es toda una potencia mundial.
Habría dado medio PPOE por haber estado allí, para ver a los aludidos hociquear en sus escaños, buscando una salida que les libre del bochornoso papelón.
Obsérvese cómo ríen, con el descaro de quien sintiéndose señalado pero a salvo, se burla de las acusaciones. Pero el peso de una verdad dicha en público es casi insoportable. Poco a poco se hace el silencio, un silencio de vergüenza, el silencio del que está a punto de confesar su crimen.
Diez minutos más y hubieran caído de rodillas (para señalar al compañero).
Vía: elabulaui
Gracias Montse
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