UNA MINA LLAMADA SENADO

El Senado es la Cámara alta de las Cortes Generales y un órgano constitucional que representa al pueblo español. Es también una mina, un pozo sin fondo donde la casta política entierra los restos de sus viejas glorias hasta el final de sus vidas… hasta su total descomposición.

El Senado es en realidad, lo que siempre fue, la mano izquierda de ese monstruo que nos desgobierna desde hace siglos, la prolongación del estamento fundado por Isabel II con el nombre de “Próceres del Reino”. Una jauría que estaba compuesta por miembros cuyo derecho residía en el simple hecho de haber nacido, tales como los hijos del Rey, los Grandes de España, notables por nombramiento real… todo limitado a individuos de clase, otra precisa representación de lo que fue y es este pobre país.

Pero como decía al principio, hoy el Senado es otra cosa, hoy para algunos, es una mina... para la mayoría de nosotros, un agujero negro que nunca fue productivo y al que nunca alcanza eso que llaman “reconversión”

La calidad de los sátrapas que lo componen no ha cambiado sin embargo, restos inútiles, polvorientos recortes de partidos amontonados en un lujoso trastero donde guardar lo que nadie quiere tener en casa…

Tenemos (o dejamos de tener) cincuenta y cinco millones de razones al año para cerrar ese pozo negro que nadie echaría de menos… nadie excepto la reata de innombrables que lo habitan.

Será cosa de haber respirado esa peste que emana… habrá sido al asomarme… falla mi memoria y por eso no recuerdo ninguna de esas barométricas encuestas elaboradas por los partidos y medios de comunicación… ni una sola pregunta a la ciudadanía acerca de su opinión sobre el Senado y sus senadores… sobre la escandalosa financiación que para los partidos supone el que más de doscientas de sus nóminas sean sufragadas a costa de nuestros riñones… y a cosa de nuestra sanidad… y a costa de nuestra educación… y a costa de las pensiones de nuestros mayores… y a costa de nuestras vidas.

Tal vez no sea yo el único si memoria… ¿recuerda alguien los nombres de los candidatos al Senado en las recién pasadas elecciones? ¿recuerda alguien algún servicio relevante de esta institución a la sociedad? ¿recuerda alguien alguna propuesta seria para su eliminación? ¿siquiera para su reforma? Un momento… algo si recuerdo… recuerdo que ERC dijo algo en su programa acerca de abolir el Senado… también creo recordar que a pesar de ello, tuvo la intención de presentar a un candidato de ciento tres años… es lógico… ningún otro puesto sería más adecuado… ni menos exigente…

El Senado… una mina sin mineros… hasta que alguien puso remedio a ese sin sentido, alguien con la razón por bandera, alguien con los redaños suficientes como para venir desde muy lejos y cantar sólo una de las cuarenta formas de robar el futuro de toda una región… sin miedo ni contemplaciones… con la rabia del que se siente atropellado… una vez más.

“Muyeres” tenían que ser.

¿Quién mejor que ellas para reclamar por sus hijos? Nadie. 

Nadie como ellas para contar que donde más ruge la indignación no es en la boca de la mina, es en los hogares, en la mesa del comedor cuando a la hora de la cena se hace un silencio que ni la telebasura puede romper, cuando los hijos levantan la mirada del plato para ver a sus padres con los labios apretados y los ojos clavados en la pared. Todo con tal de no gritar y matar de una puta vez a ese maldito silencio, todo con tal de no dejarse llevar y cubrir de antorchas la puerta de los que, contentando a los mercados, eligen la ruina de miles de familias antes que presentar la dimisión, antes que contravenir los sagrados designios impuestos por los amos de todo.

Nos mienten. No es imprescindible elegir entre "nosotros" y "economía", no hay que descartar necesariamente una de las dos porque hay una tercera alternativa... prescindir de ellos, de todos ellos... dejar paso a los que distinguen claramente entre personas y todo lo demás.

 
El grito silenciado de las mineras en el Senado from Céline Gesret on Vimeo.