"Y todo por culpa de una trompa, de una como tantas otras..." pensará Don Juan Carlos.
En un país donde la prensa libre es sólo un recuerdo, en un país donde se informa con un ojo cerrado, a veces por propia voluntad, a veces por la hinchazón del penúltimo golpe... En un país así, es perfectamente posible que el Rey de España se dedique a esforzadas cacerías de lujo mientras sus súbditos sufren la mayor crisis económica desde la guerra civil. Pero ocurrió que su majestad sufrió un desafortunado accidente...
Digan conmigo que ya basta, díganlo muy alto, tanto como sea posible.
¿Hablan los peces desde detrás del cristal de la pecera? Nadie lo sabe, ellos solo abren y cierran la boca... y si hablan... ¿qué coño importa? ¿Clamarán por sus derechos? ¿Exigirán justicia? ¿Querrán poder participar en la elección de su tipo de comida? ¿Nos reprocharán el absoluto desinterés que sentimos por sus necesidades?
¿A dónde hemos llegado? ¿De dónde creemos haber salido? Algunos dicen que ya no vivimos dentro de la pecera...
Observo con atención al rey de España desde detrás del cristal y no reconozco a un hombre. Un hombre jamás volvería a tocar un arma de fuego después de haber matado a su propio hermano de un disparo. Un hombre no se aprovecha de su posición de esta indecente manera mientras los que pagan sus caprichos carecen de todo... y si no es hombre... ¿cómo puede ser Rey?
Termino estas líneas conteniendo la rabia, escribiendo a gritos... pero seguimos dentro... en una aparentemente democrática sociedad, abriendo y cerrando la boca, en la parte correcta del mundo, en un país civilizado y altamente desarrollado... donde sólo sobreviven los que pueden pagar por su vida. Los demás perecen... y si son niños también.
Y para muestra un tapón.
Una niña de once años llamada Aitana necesita ser operada de una rara enfermedad. Su corazón depende de 135.000 euros. El estado, el gobierno, las comunidades autónomas, y este sistema de mierda, asegura no disponer de esa ridícula cantidad. Parece ser que solo hay dinero para sueldos indecentes, para aeropuertos desiertos y por supuesto, para cacerías de lujo... vivimos por encima de nuestras posibilidades.
Aitana no es la niña de Rajoy, no es una infanta, no es ni siquiera sobrina segunda de un miembro de la casta... y por eso no tiene derecho a vivir.
Si yo tuviera una hija, si su vida dependiera de un dinero que no me fuera posible conseguir por ningún medio, ni siquiera mendigando... si perdiera a mi hija mientras que con mis impuestos, otros se permiten la inmoralidad de viajar hasta el otro extremo del mundo para disparar contra un elefante... yo, pacifista convencido, defensor a ultranza de la no violencia, recompondría a duras penas mis pedazos, me bebería las lágrimas... y libre ya de remordimientos... saldría a la caza.
Estas son las palabras del Felipe de Borbón tras visitar al rey en el hospital donde ha sido sometido a una operación de cadera producida durante la cacería. A la salida del hospital USP San José, ha asegurado que su padre está "muy bien, muy animado, con hambre y deseando enseguida levantarse y volver a la actividad. Ya le conocéis, es imparable, así que pronto le veremos renovado y contento".
No hombre no.... el Rey no es imparable Felipe. Lo que sí que es imparable es el tiempo, y el vuestro, a pesar tuyo, ya empieza a ser pasado.
Imagen: elmundo
Oportuna comparación, como tú, en esa situación, me iría también de caza.
ResponderEliminarSaludos
De caza mayor Emilio, sin pedir permiso y sin preocuparme de si la veda está o no abierta... el ministro Bermejo lo hizo en su día y estos lo hacen hoy... ¿No dijo el mismo rey hace bien poco que todos somos iguales?
ResponderEliminarUn abrazo
¿Un monarca majadero, cazando elefantes...? ¿Qué quería, un bocadillo?
ResponderEliminarEsta gente, no tiene vergüenza, porque no la ha conocido, ni lo que es la decencia, el sentido común... tienen el gen de la estupidez (y la arrogancia o desfachatez), en su cadena de ADN.
Siento nauseas y ganas de vomitar, con noticias de este tipo. Mira que el tema de la pequeña Aitana que necesita los 135.000 euros, lo conozco y no alcanzo a comprender (en mi cabeza no cabe tal despropósito), cómo es posible que cosas así sucedan en este país que se dice democrático, en una sociedad que se dice avanzada, mientras un rey realiza estas tropelías.... (y nos hemos enterado por que se lesionó; que si no, no se entera nadie de las "cacerías" de este sujeto que mantenemos todos los españoles con nuestros impuestos). Mientras su nieto se pega un tiro porque está "jugando" con una escopeta; que recordemos, según la abuela y reina, "son cosas que les pasa a todos los niños..."
No salgo de mi asombro y me pregunto dónde está la inteligencia humana, que permite situaciones tan dispares como el tema del elefante y Aitana...
Yo, como tú y como Emilio, también me iría de cacería si mi hijo estuviese en una situación similar a la de Aitana... ojalá reine el sentido común, y Aitana se salve "gracias" a las trompas y marfil del monarca... ¡Es sonrojante...!
Un cordial saludo.
Todo es mucho más fácil de entender cuando comprendemos que esta gente no son reales, ni en el sentido monarquico ni en el físico... son fantasmas del pasado que se niegan a desaparecer, aunque saben que ya no hay marcha atrás, que ya no son de este mundo.
EliminarUn saludo
Esa es precisamente la cuestión, cuanta miseria somos capaces de soportar a nuestro alrededro considernadonos todavía una sociedad abanzada.
ResponderEliminarSaludos
PD el Roto simpre genial, y además valiente.
La nevera... esa es la última frontera. Si se empieza a quedar vacía todo cambiará... hasta entonces, todo irá bien... más o menos.
EliminarUn abrazo