Ya en frío, parece cada vez más evidente que una central nuclear no es esa cosa indestructible y segura que nos han querido vender durante estos últimos años. ¿Cuántas trágicas demostraciones de ello serán necesarias?
Insistir en la energía nuclear es jugar a una ruleta macabra, en la que de seguir apostando, terminaremos por acertar.
La lista de premiados es larga, esta es sólo la de los más famosos:
1957, Mayak (Rusia) magnitud 6 según la escala INES.
1957, Windscale (Gran Bretaña) magnitud 5 según la escala INES.
1979, Three Mile Island (EE. UU.) magnitud 5 según la escala INES.
1986, Chernóbil (Ucrania) magnitud 7 según la escala INES.
1987, Accidente radiológico de Goiania (Brasil) magnitud 5 según la escala INES.
1999, Tokaimura (Japón), magnitud 4 según la escala INES.
2011, Fukushima (Japón), magnitud 5 según la escala INES.
Las consecuencias del accidente en la central japonesa están aún por definirse, si es que alguna vez se definen antes de ser enterradas bajo toneladas de "actualidad".
De que todo pase al reino del olvido se encargarán los mismos que recogen los suculentos beneficios que toda central produce, poniendo a trabajar a toda máquina sus periódicos, sus emisoras de radio, y sus televisiones. Los que sufrirán las consecuencias del desastre serán otros. Los de siempre.
Beneficios privados, perjuicios públicos... qué bonito título para para una de esas películas de Almodovar (siempre tan comprometidas).
Nosotros los españoles somos de otra pasta, no necesitamos de ningún tsunami... mejor dicho, nosotros somos el tsunami, nosotros y la corrupción sistémica que emponzoña nuestro país en lo político y en lo administrativo.
Y para prueba, un mojón:
El director y varios altos cargos de Ascó I fueron llamados a declarar ante el juez hace sólo unos días por la fuga de una cantidad indeterminada de partículas radioctivas durante 2007. Una fuga que se prolongó durante meses gracias a que se manipularon los detectores encargados de medir los niveles de radiación en el exterior y en el interior de la central. De ese modo todo pareció funcionar correctamente, tan correctamente que ni siquiera se interrumpieron las habituales visitas de cientos de niños a las instalaciones.
La central de Ascó I, gestionada por la Asociación Nuclear Ascó Vandellòs (ANAV), decidió destituir al director poco tiempo después de conocerse el escape, pero lo mantuvo en otro puesto de trabajo en la mismas instalaciones nucleares. El jefe de explotación y el inspector residente del CSN siguieron desempeñando sus mismos cargos. Una purga en toda regla.
NOTA: (Impresionante la cobertura mediática del asunto, y no menos impresionante la celeridad de nuestra justicia, deben de respetar algún tipo de limitación de velocidad impuesta por el PPOE... porque si no, no se entiende)
Ascó I, Vandellós I y II, Trillo y Cofrentes son sólo algunos ejemplos de nuestros pequeños Fukushimas. Pero que no cunda el desánimo, con el tiempo y un par de legislaturas más bajo el yugo del PPOE, todo es posible.
En los próximos días les veremos recitando, tras repetir por enésima vez el importante papel de nuestro ejército en tierras libias, un guión escrito por otros:
"Tenéis que comprenderlo. Las circunstancias nos obligan.
La energía nuclear quizás sea incómoda por los improbables peligros y sus insignificantes residuos, pero es necesaria.
La prueba indiscutible de nuestro déficit energético es que necesitamos comprar energía a otros países (normalmente Francia).
Lo repetirán tantas veces como sea necesario, mentira tras mentira y hasta que suene a verdad.
Pero la realidad es muy distinta.
El veinte por ciento de nuestro consumo se ve cubierto por las centrales nucleares, un porcentaje que gracias a los avances del resto de energías parece ir a la baja. No parece por tanto que sea, ni vaya a ser, nuestro principal soporte energético.
En cuanto a la compra de electricidad...
Informe de Red Eléctrica Española (REE) año 2010
"Por séptimo año consecutivo, el saldo de los intercambios internacionales ha resultado exportador con 8.490 GWh, un 4,8% superior al del 2009. Este aumento proviene principalmente del cambio de signo del saldo neto de intercambio con Francia, que pasa a ser exportador como consecuencia tanto de un aumento del 45% de las exportaciones, como de un descenso del 49% de las importaciones.
Saldo de intercambios internacionales del 2010
Francia -1.387 GWh
Portugal - 2.931 GWh
Andorra - 270 GWh
Marruecos - 3.902 GWh
Total - 8.490 GWh
Aviso: Las cifras negativas representan un saldo exportador."
Viendo estos datos me pregunto: ¿Qué parte de ese excedente energético es una necesidad, un buen negocio, o un simple fallo de cálculo?
¿Son las centrales nucleares las productoras de ese excedente?
Y lo que es más importante... ¿a quién pertenecen esas centrales?
Esto empieza a dar miedo, mucho miedo.
A día de hoy, nadie ha conseguido desenmarañar el complejo entramado que se esconde tras las sociedades de bienes que gestionan las centrales nucleares españolas. Sus propietarios permanecen a salvo del Ministerio de Hacienda y recibiendo enormes subvenciones por ser tan limpios
Pero tranquilos, el gobierno del PPOE está en ello. (Sobre ello, detrás de ello, y a su lado)
Yo, como soy un conspiranoico empedernido ya he elegido a mis sospechosos en esta ruleta de la muerte.
¡Hagan juego señores!
...
¡La banca gana!
...
Como siempre.
PDATA:
Tengo un plan.
Alrededor de cada central nuclear, casi pared con pared, una exclusica urbanización de acogedoras viviendas sociales que deberán ser ocupadas por nuestra querida clase política y sus familias. Siempre acompañados y en buena vecindad, por su majestad, por los más destacados empresarios del sector, por nuestros periodistas y tertulianos apasionados por la energía más limpia, barata y segura... (añade tu propio candidato a la lista)
Todos ellos disfrutarían de lo lindo haciendo un remedo de lo que fueron los calzonazos de Fraga en Palomares. ¡Qué bonito! Se me ponen los pelos radioactivos de sólo pensarlo.
Qué mejor manera que esta para convencer a un pájaro de mal agüero como yo de que la nuclear es la energía del futuro.
Imagen: Ecologistas en acción
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