MALA IDEA BUENAFUENTE

Hola Buenafuente...
Verás, sólo quería decirte que me pareció muy interesante tu reflexión sobre el nacionalismo.
Está bien que alguien tan importante y tan famoso como tú opine en público sobre estas cosas que parecen tan complicadas, pero que bien explicadas, son bastante fáciles de entender.
Por eso aprovecho este ratito para recordarte un par de asuntos sin importancia.

Ponte de pie Andreu.
¿Estás ya?
Ahora mira para abajo.
¿Qué ves Andreu?
¿Ves tus pies?
¿Ves raíces?
No lo creo, seguro que te ves los pies.

Ahora Andreu, mira el suelo que pisan tus pies.
Observalo detenidamente por favor.
¿Ves algo raro? ¿Algún brillo especial?
No, seguro que no.
Seguro que ves lo mismo que yo.
Bueno vale... a lo mejor tu ves moqueta de angora y yo sintasol gastado, pero en definitiva es lo mismo, sólo suelo.

Ahora piensa en un vecino.
Uno importante, uno de esos que han hecho algo de provecho con su vida (y no como nosotros) Un médico... un cirujano de renombre... un investigador de esos que diseñan una vacuna... un genio de las letras... piensa en uno de esos, y dime que sientes al saber que vive en la casa de enfrente.
Lo normal es sentirse muy orgulloso ¿a que sí?
Pues eso Andreu, pues eso.

Ahora repite conmigo y no temas, que a estas horas el gran jefe Roures está durmiendo.

-No somos de ninguna parte, no tenemos raíces, eso ha sido siempre un mal sueño.

-Lo que sí tenemos son pies, pies que nos sacaron de una selva africana para esparcirnos por el mundo.

-La tierra que pisamos no nos pertenece, no tenemos ningún derecho sobre ella, no es materia sagrada ni distinta, es la misma que al otro lado de la montaña.

-La historia de todas las patrias no es sino un compendio de mentiras y exageraciones, una versión distorsionada de héroes de opereta, guerras sin sentido, odios absurdos, y codicias sin freno.

-La identidad de un pueblo no descansa en la espada del abuelo, sino en su libertad de pensamiento, en su igualdad, en su justicia social, en el trato que da a los más desfavorecidos, en su falta de prejuicios, en su capacidad de apartar diferencias y buscar afinidades... en todo aquello que desdibuja las fronteras y abraza a las personas.

Dices no ser nacionalista, pero comprendes que otros lo sean.
Dices que no hay nada malo en serlo, que es algo natural y digno de toda consideración.
Que el nacionalismo no desea mal alguno al que vive al otro lado del la frontera.
Que el nacionalismo es de izquierdas.
Que el nacionalista es un ser incomprendido y perseguido que contempla impávido como le roban "los de Madrid" o "los de la vieja Europa" o cualquiera que no "armonice" con sus sentimientos patrios.
Y repites que no eres nacionalista...

Es curioso, querido Andreu, que seas tan comprensivo con los que se sienten orgullosos del acto más irresponsable y menos meritorio en la vida de todo ser humano, que es el nacer.
Un tio de mundo como tú debería saber que todo nacionalismo produce monstruos, que si el nacionalismo de Franco era malo, no era peor porque se enfrentara a otros nacionalismos buenos, sino porque todo régimen autoritario empieza en nacionalista, y todo nacionalismo termina en autoritario.

Sólo una cosa más. Un consejo para el futuro.
Para convertirte en el gran comunicador que deseas ser, habrás de aclarar esas turbias ideas que te rondan por la cabeza.
Deberás también mejorar esos balbuceos y partes de frases inconexas que nunca encuentran final.
Pero sobre todo, tendrás que abandonar definitivamente ese tono de sabio tonto al que tanto recurres para ganarte al espectador.
A veces da la impresión de que hablas para idiotas, puede que incluso creas que todos los que te escuchan lo son, aunque en realidad, y siendo sinceros, lo más probable es que el idiota seas tú.

PDTA

Y para que la cosa no vaya a peor, en cuanto te sientas tentado de regalarnos otra patochada parecida, te recomendaría copiar míl veces antes y después del desayuno:

"No hay hombre más necio que aquél que se siente orgulloso de vivir sobre el techo de un genio"

Verás como mejoras.

Imagen: Ernesto Rodera