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En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejercito de Controladores, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La huelga ha terminado.
El Generalísimo.

Madrid. 5º de Noviembre de 2010
Año de la Victoria


Somos un país digno de estudio, ahora puedo decirlo.
Si nos quitan el chusco y el caldo de fideos nos quedamos como si tal cosa, pero si nos arrebatan el Vega Sicilia de la mesa montamos la revolución.
Olvidamos con suma facilidad la importancia de las formas. Si tenemos un problema exigimos una solución, sin que nos importen los medios, sin pensar que esos medios tan eficaces, puedes pasarnos por encima el día menos pensado.
Contemplemos impávidos hoy y mañana seremos contemplados.

¿Son los controladores unos trabajadores privilegiados? Pues mire usted, como que sí.
Pero que nadie se olvide de que también son trabajadores, y que acertando o no, defienden sus derechos-privilegios haciendo el mayor ruido posible y sin detenerse a la hora de perjudicar a terceros. Lo de siempre.
Se dice que los nuestros cobran por encima de la media europea, y que por lo tanto sus retribuciones han de ser ajustadas a dicha media. No suena mal.

La cuestión es:
¿Se tomará este PPOE que me gobierna tantas molestias para adaptar el sueldo de los demás trabajadores a la media europea?
¿Militarizará los bancos que han rellenado sus cajas fuertes con nuestro dinero?
¿Enviará sus fuerzas de asalto a los consejos de administración donde se aprueban ventajosas fusiones de las que cuelgan miles y miles de despidos?
¿Se decretaría estado de emergencia nacional si los cientos de miles de parados que se van a quedar sin subsidio el próximo 14 de febrero ocupasen todas las salas de espera de los aeropuertos españoles?
¿Pondrían un guardia civil detrás de cada político y cada gran empresario, amenazándoles con penas de cárcel de hasta 12 años, si en un plazo no superior a 48 horas esos parados no tuviesen un trabajo digno que les permita sobrevivir?

Lo suyo es que este bendito país se quede sin educación, sin sanidad, sin sector publico, sin trabajo digno, pero sin semanita de nieve... ¡Antes la muerte!
Porque eso del turismo navideño es importante, es parte de la “Marca España”
Y no se puede consentir que algo así se vea mancillado por esas cosas tan antiguas y desfasadas de las huelgas.
Y continuo preguntándome:
Si ese “maltratado” turismo navideño, es parte de la “Marca España” ¿de qué marca es mi vecina María, esa que cobra una pensión de 300 €?
¡Calla tonto! ¡Que ya lo sé! Doña María es de la “Marca África”
Es como eso de las marcas blancas del super. Se supone que son iguales, lo que pasa es que una siempre sale bastante más barata.

Ya lo dijo la ex vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega no hace mucho, “La única forma legítima de violencia es la violencia del estado” y hace bien poco lo corroboró el ex presidente Felipe González en una escalofriante entrevista. Mi ex ídolo Juan José Millás, le sacudía la caspa de los hombros mientras González le hablaba de sus chicos malos, esos que le llamaban para ver si asesinaban o lo dejaban para otro día.
Ahora Zapatero nos trae a Rubalcaba para que marque territorio ante un invierno que se anuncia calentito. ¡Al que se ponga chulo lo militarizas! ¡Que ya está bien de tanto miramiento! ¡Y todo el mundo al suelo!



Y ahora, niños y niñas, os voy a leer un cuento, y luego nos vamos a la camita. Pero sólo una vez, que ya es tarde y luego nos desvelamos.

Primero vinieron en busca de los que cobraban 200.000, pero como yo no llego a tanto pensé: ¡Anda y que se jodan!
Después vinieron a por los que ganaban 100.000, y como yo ni me acercaba pensé: ¡Anda y que se jodan!
Más tarde les tocó a los 50.000.
Hace poco a los 20.000.
Yo seguí pensando lo mismo. ¡Privilegiados de mierda! ¿De qué coño os quejáis? ¡Que os jodan a todos!
Hoy me ha tocado a mí. Me quitan los 426 y en casa ya no entra un duro.

Esta mañana, un mendigo que dormía entre cartones, se ha despertado al pasar junto a él. Se despereza y me dice:
-¡Eh tú!
Me vuelvo y le pregunto -¿Quién, yo?
¡Sí tú! –me contesta.
Le miro un momento y me dispara claro y alto:
-¡Que te jodan!



Imagen: Ernesto Rodera