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domingo, 1 de julio de 2012

LA PESTE


"La peste" es una novela.

"La peste" (Albert Camus - 1947) es el título de una obra clave en la literatura del siglo XX, y cuenta la historia de una ciudad azotada por una terrible plaga. También es la historia de los que luchan contra ella, de los que observan impávidos sus terribles efectos, de los que toman partido aún a costa de sí mismos, de los que arrastrados por la corriente, cierran los ojos ante la desgracia ajena... incluso ante la propia.

Memorables y estremecedoras son las imágenes de como las ratas, gordas y brillantes,  emergen desde lo profundo, abriéndose paso, escarbando trabajosamente a través de la tierra, hasta llegar a la superficie para morir y cubrir las calles, para sembrar la muerte entre los que hasta entonces, disfrutaban de sus felices y despreocupadas vidas. Entre sus líneas se puede percibir la sensación de angustia, la soledad y la desesperanza... la amenaza de ese enemigo invisible que sin ser visto, casi puede ser palpado.

En casi todas sus páginas hay al menos una pregunta, una de esas que siempre creemos poder responder, pero cuya respuesta siempre olvidamos.

¿Es "lo necesario" el señor de todas las cosas? ¿"Lo necesario" debe predominar ante lo "lo intolerable"? ¿Nada está por encima del fin último, y así pues, el medio no importa? ¿Y si huyendo del desastre, la consecución de ese fin implica la destrucción misma de lo que somos?

"La peste" es toda una muestra de lo que nos compone, de cómo los hombres se enfrentan al absurdo, al mal que toma las riendas cuando los ciudadanos de bien quedan dormidos, a la evidencia de que la vida no responde a regla alguna, ya que para bien o para mal, la única esperanza está en nosotros mismos. Pocos autores han conseguido lo que Camus, pero son menos aún los que han hecho de una simple novela, una clara advertencia: "Todo esto ocurre por nosotros... porque nuestra falta de voluntad así lo quiere"


La peste es una enfermedad.

Es una afección infectocontagiosa causada por la bacteria Yersinia  pestis, que afecta tanto a animales como a humanos. Es tal vez la más antigua, agresiva, y potencialmente letal de las enfermedades bacterianas.

Las primeras referencias sobre la peste corresponden casi a la más pura leyenda, varios miles de años antes de nuestra era, siempre en forma de terribles maldiciones, dioses vengativos, plagas bíblicas...

No deja de ser curioso que el brote de peste mejor documentado de la historia esté relacionado con lo que fue el primer intento de guerra biológica… Primera mitad del siglo XIV, en la península de Crimea (ribera norte del mar Negro), durante el asedio de la ciudad Caffa, año 1340.

Varias tribus mongoles (tártaros), junto a sus aliados venecianos, se enfrentan  a los todopoderosos genoveses, y estos, ante el empuje enemigo, se ven obligados a refugiarse en el interior de la vecina ciudadela. Entre los que cercan Caffa, se produce entonces un severo brote de peste, y al poco, comienzan a morir los primeros hombres. Los cuerpos son desmembrados, y sus restos, catapultados por encima de los muros. Los efectos de tal estrategia resultan devastadores entre los asediados, y apenas una semana después, la ciudad se rinde.

La mayor parte de los genoveses son ejecutados, los supervivientes expulsados y despojados de todo, tan sólo conservan los barcos que les llevan hasta Constantinopla, Sicilia... pero los portadores de la enfermedad no fueron los hombres... fueron las ratas.

La noticia de que aquellos genoveses llevaban la “negra” consigo corrió más rápido que el propio viento. En la mayor parte de los puertos ni siquiera se les permitía poner pie en tierra, más aún, cuando se descubría que incluso las cubiertas de las naves estaban repletas de cadáveres y hombres enfermos.
Pero todo fue inútil, nada podía evitar que al aproximarse a los muelles, algunas ratas alcanzaran tierra firme, que las pulgas cargadas con sangre de esas ratas transmitieran la enfermedad por toda Europa, reduciendo la población del viejo continente a casi un 50%, y produciendo así,  la mayor crisis demográfica de la historia.

En poco más de un año, muchas ciudades quedaron desiertas, sus campos desolados, los mercados vacíos, infinidad de cadáveres se pudrían en las calles… y como describe Camus en su novela, la peste no sólo mata los cuerpos, mata también lo que nos hace hombres.

Se produjo entonces la mayor catástrofe de todas las posibles, la corrupción interior, la cara más oscura de aquella pandemia, la perdida de toda humanidad, de toda conciencia…
El miedo al contagio se convirtió así en algo mucho peor que la enfermedad, y muy pronto tomó cuerpo en sus más variadas formas: especulación, superstición, egoísmo, desconfianza, fanatismo religioso, odio, desesperación… Las víctimas pasaron a formar parte de la terrible amenaza, y los más castigados, los que todo lo habían perdido se convirtieron de pronto en los culpables de aquel horror.


Pero la peste es esto también.

La infección arraigada en lo más profundo del sistema político y social de un país donde nada es ya lo que parece, un país donde la anemia ético-congénita ha favorecido la muerte de todas y cada una de las instituciones del estado, un país donde incluso los más altos órganos de la justicia arden, un día sí y otro también, a manos de perfectos pirómanos y delincuentes.

El escándalo que supone que Carlos Dívar, presidente del Consejo General del Poder Judicial, utilice dinero público para sufragar sus lujosos viajes personales, bastaría para que en cualquier otro país se produjera un terremoto de magnitudes inimaginables.

En el resto de Europa un vicepresidente de gobierno dimite porque su hija consigue un crédito a un interés algo más bajo de lo habitual...

En el resto de Europa se dimite porque alguien paga con la tarjeta del partido una bolsa de comida para el perro...

En el resto de Europa de dimite por haber copiado en un examen de la universidad...

En España, cuando una mancha afea el escenario, se cubre con otra mancha más grande, incluso más oscura...

Fernando de Rosa ha sido nombrado recientemente presidente en funciones del ya denostado Consejo General del Poder Judicial, y cuando ni siquiera se ha enfriado las ascuas dejadas por el anterior presidente, aparecen las cantidades que los vocales de dicho organismo han gastado en sus exclusivas vacaciones con cargo al erario público, y se descubre algo realmente curioso… todas esas cantidades doblan cuando menos, a las que arrancaron a Dívar de su puesto.

Esta vez no son las ratas… esta vez es la peste, esa infección sistémica que permite que un hombre como Fernando de Rosa haya tomado  en el 2011 un par de aviones a la Patagonia (cuyos billetes cuestan 3.500 euros) para participar en una sola conferencia sobre “modernización del sistema judicial”… la misma patología que autoriza al propio Dívar a gastar 40.000 euros en un esplendido viaje de 15 días a tres países de Latinoamérica (Colombia, Panamá y República Dominicana) acompañado por cinco asesores. (Todos ellos fueron en preferente a cambio de 5.500 euros por cada billete de avión)

…Y esto dentro de la más escrupulosa legalidad, con absoluta naturalidad, tal y como una bacteria ejerce su función y corrompe todo cuanto toca. Es la ética del insecto, o lo que viene a ser lo mismo, la falta absoluta de toda ética que pudiera cuestionar la satisfacción de las propias necesidades.

Si has llegado hasta esta coma, si no has quedado estragado con tanta inmundicia, y aunque sólo sea por curiosidad, he aquí sólo una pequeña muestra de uno de esos “genoveses” que sin el menor escrúpulo, pasea y transmite la  enfermedad.

Fernando de Rosa Torner, actual presidente del CGPJ, (todo un ejemplo de lo que significa la división de poderes), magistrado y político del Partido Popular, Secretario Autonómico de Justicia en la Generalidad Valenciana, Conseller de Justicia y Administraciones Públicas en el Gobierno de Francisco Camps entre 2007 y 2008, año en el que muta a vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial… siempre a propuesta del PP. 

Fernando de Rosa fue quien acusó al juez Baltasar Garzón de haber traspasado “la línea roja” de la prevaricación por haber investigado a Camps dentro del caso Gürtel.

Fernando de Rosa es uno de esos que se han hecho a sí mismos, hombre de talla, amigo de sus amigos…

Esta es la carta que en 2003 de Rosa, durante su etapa como secretario de Justicia e Interior en Valencia, envió al director general de Integración del Discapacitado… en la que pedía que se colocara a una persona “amiga” de su mujer y “miembro del PP”.






Fernando de Rosa Torner, presidente del Consejo General del Poder Judicial, es quien firma esta vergüenza, y aún así, no podríamos decir que es el asesino de la democracia, ni del estado de derecho, ni de nuestro sistema de libertades siquiera… pero sí uno de sus más abyectos cómplices. Porque quien firma esta carta, se preparó como juez al lado del ex presidente del Tribunal Superior de Justicia de Valencia, Juan Luis de la Rúa, juez conservador que fue convenientemente sacado del caso Gürtel y de quien Camps dijo ser "más que amigo".

Quien firma esta carta fue propuesto en el 2008 por el entonces presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y el entonces líder de la oposición Mariano Rajoy. Juntos acordaron colocar a Dívar como presidente y a De Rosa como vicepresidente en el CGPJ, y eso le costó a Zapatero una verdadera revuelta por parte de los vocales progresistas por la escandalosa “derechización” que suponía el nombramiento de Fernando de Rosa.

Quien firma esta carta clamó públicamente y propuso someter a una comisión a Ricardo Cabedo, fiscal jefe de Valencia, por acosar injustamente a varios alcaldes valencianos del PP supuestamente vinculados a presuntos delitos urbanísticos.

Quien firma esta carta no fue uno de los vocales que solicitaron la dimisión de Dívar tras la denuncia de José Manuel López Benítez por malversación de fondos públicos. Quien firma esta carta fue más allá y solicitó la dimisión del denunciante por “deslealtad”.

Quien firma esta carta apuesta firmemente por la rebaja de la edad penal a los 12 años…

Quien firma esta carta es el substituto elegido para reemplazar al señor Carlos Dívar, primer presidente de Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo que dimite por…  “por sufrir una campaña cruel e injusta contra su persona”

Quien firma esta carta es una nueva dosis de peste  administrada por vía intravenosa en el organismo judicial… zumo de rata (sin azúcar) para este sistema moribundo.

¿Qué día del santoral pudo haber nacido alguien así? Vaya usted a saber… pero seguro que es cáncer.

Somos esa magnífica novela de Albert Camus, somos sus personajes, pero nuestras páginas parece que nunca acabarán.

En esta ciudadela, los más ricos sólo hablan de austeridad, los culpables de justicia, los reyes de igualdad, la iglesia de sexo… mientras los demás callamos.





Imagen: Losgenoveses
Imagen: Forocoches
Imagen: Elplural
Imagen: artefactos

10 comentarios:

  1. Son ratas que suben de las alcantarillas, muerden a la gente de bien, e inoculan el virus de la rabia. El miedo les ha dejado paralizados, no saben o no quieren defenderse, su miedo ha sido engrandecido por unos medios de comunicación al servicio de las ratas y estas campean por sus respetos, ¿que hacer?, ¿existe algún pequeño grupo capaz de enfrentarse?, hasta ahora se matan una pocas y salen miles, ¡¡tendrá que renacer otra tipo de hombre nuevo!!.

    Un abrazo

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    1. La verdad es que casi me arrepiento de haber faltado el respeto a las pobres ratas... no lo merecen... no son culpables del daño que puedan causar. Sin embargo esas otras alimañas de dos patas... esos sí que son la verdadera plaga, la más dañina.

      Saludo

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  2. Seguir con la difusión, acrecentar la cultura política e intentar que está gente de con sus huesos donde deben estar. Esas son nuestras armas, muy lejos de las de fuego, por eso son más débiles, pero de hondo calado.

    salute

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    1. En esas andamos, pasito a pasito, sin pausa y hasta que abramos brecha en el muro... a pesar de que a veces nos tiente dar tres pasos en uno...

      Abrazo

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  3. BUENO, bueno Pelayo..
    Ya veo que lo que llamabas mundo rata, daba para rato..
    Así es el sino de los tiempos, por fin averguenza un poco cuando sale ala luz los desmanaes de la brecha social, y si los privilegios de los unos, son tan des`proporcionados como el saqueo que s eesta produciendo por todo el tejido social.
    Y lo peor es que seguimos en le suma y sigue, ya la justicia que no sufrio ninguna modernizacion luego del cabron de Paquito, lo de robar al cambio no tieme nada de nuevo, y si en Europa le dan mas al guante blanco, aquí como no sigue la barra libre.
    Aun cuando les surgen algunas vias de agua, Espero que se valla haciendo mas palpable la necesidad del cambio, no es tiempo para las reformas, solo nos queda una evolucion, quizas rapida, quizas al paso que este mundo viejuno caiga y mientras se desmorona algo nuevo y mas entero nazca, mas cercano a lo humano, que del primitivo hombre que arrastramos, como el barco pestoso´ no encontraba puerto mas expandía su negra suerte

    Gil

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    1. Bien dices compañero, una vez avistado el barco infectado, ya sólo nos queda echarles de nuestros puertos... a pedradas si es preciso... con piedras que sean denuncia, que comprobado está, son las que más duelen.

      Abrazo

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  4. Sería bueno que el Consejo General del Poder Judicial fuera elegido directamente, al menos parcialmente, por los ciudadanos.
    También sería bueno tener una buena ley de transparencia; la redefinición legal de "Parte Interesada" para que cualquier ciudadano pudiera denunciar o sumarse a una causa judicial por corrupción; las modificaciones legales necesarias para asegurar la independencia de los fiscales, etc..
    Miguel.

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    1. Sería bueno sí... pero Miguel, no cuentes con ello, eso supondría introducir ramalazos democráticos en este sistema... y no sería gratis.
      El sistema está diseñado para perpetuarse, no admite piezas de otras marcas ni software desconocido, así fue dispuesto y decidido el día que los padres de la patria parieron esta democracia de cartón piedra.
      Esto, que hace diez años yo mismo calificaría de discurso radical, es hoy una realidad palmaria que sólo niegan unos pocos, tan pocos como antes lo gritaban.


      Abrazo

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  5. No cuento con ello Pelayo, pero la negación contumaz a propuestas concretas para dar contenido democrático a nuestra organización política y social, es una prueba contundente de que lo que le interesa a la casta política es mantenernos a los ciudadanos como convidados de piedra en nuestra propia casa.
    La negación a propuestas concretas tiene mas capacidad de arrastre que denuncias generales - lo que no las excluye - y además ofrece objetivos concretos a conquistar.
    Miguel.

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    1. Propuestas concretas... pocas, trascendentes, y concretas... ese ha sido el punto flaco de las protestas en la calle. Solamente se han coseguido resultados materiales en las pocas que se han centrado en puntos muy determinados. Los desahucios por ejemplo, hoy hay muchas familias que aún conservan un techo gracias a las plataformas que se han centrado en esa cuestión, gente que no han pedido la llegada del paraiso a la tierra, sino que han aplicado todas sus energías en un punto pequeño y determnado... así es como se rompen muros... con la punta de un pico... nunca a sartenazos.

      Abrazo

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