Dos medallas con distintivo rojo (rojo sangre) para los mandos policiales que el pasado 25 de septiembre, coordinaron una de las más vergonzosas escenas de esta dictadura 2.0.
Son el reconocimiento a un trabajo bien hecho, la recompensa a varias docenas de heridos, a unas imágenes deplorables que han dado la vuelta al mundo para contar a los cuatro vientos una verdad palmaria, una realidad que ningún reportaje fotográfico norteamericano podría dibujar con tanta crudeza.
Y tan seguros estaban todos de todos... que la concesión de las medallas se firmó un par de días antes.
Los afortunados condecorados son el Comisario Jefe de Seguridad Ciudadana de Madrid y el jefe de la primera unidad de antidisturbios de Madrid (éste último ya es triple medallista). Dos servidores públicos que un día juraron servir y proteger... lo que ocurre es que aquello debió de ocurrir hace muchos, muchos años... y ya olvidaron a quién.
Los desmemoriados funcionarios por fin tienen algo brillante que colgar de sus uniformes de gala, además de una suculenta mejora salarial del 10% de por vida... eso, y haber pasado a la historia del sinsentido con categoría "cum laude".
Cabe recordar, que la concesión de este tipo de condecoraciones está regulada por una "estricta" normativa según la cual, el agente en cuestión ha de cumplir ciertos requisitos como son: Haber sido herido en acto de servicio, participar en tres o más operaciones en los que fuera atacado con armas, o realizar un acto abnegado en el que su integridad personal se haya visto seriamente comprometida.
En mi humilde opinión queda claro que quien da orden de arrastrar a ancianos... de emplear a fornidos agentes para arrojar contra el suelo a una señora de 68 años con el único afán de quitarle el móvil... de retorcer el cuello a chiquillas de apenas 40 kilos... queda claro digo... que muy íntegro no debe de ser.
Es curioso... (casi todo es tan curioso en estos tiempos) que se dejen oír voces policiales asegurando que estas medallas (reglamentadas por una vieja ley franquista) siempre han sido una obscena forma de pagar favores políticos, de acallar conciencias y recompensar a "los más abnegados colaboradores" con una importante subida de sueldo.
Más curioso es aun que el agente que detuvo al asesino de una policía municipal en Madrid, o los agentes que salvaron a dos niños de un incendio en Jaén, o el que salvó a una niña de morir ahogada... se hayan quedado sin condecoración... y hasta sin paga extraordinaria.
Ya no es curioso, sino de traca, que este gobierno a través del director general de la policía, Ignacio Cosidó, haya encargado medallas para otros muchos campeones de la integridad, como empresarios, jefes de seguridad de compañías privadas, y arzobispos.
Entre dichas personalidades podemos destacar a prohombres... como Miguel Ángel Gil Marin, el que fuera nombrado mejor gestor deportivo del 2010 y al tiempo, condenado por estafa contra su propio club, el Atlético de Madrid... como Juan Villar-Mir de Fuentes, hijo del empresario de postín, y reciente Marqués por la gracia de un Rey que bien sabe agradecer los favores del padre... como también un par de asesores del Ministro de Interior... el presidente de la plaza de toros de Santander... una hija del Comisario General de Extranjería... el propietario de una pulpería-arrocería... el responsable de la oficina antifraude de la Caixabank...
Héroes todos ellos, abnegados salvadores de la patria...
¿Raro? Pero si aquí se condecora hasta a la Virgen del Pilar...
Veremos cuantas medallas se reparten esta tarde, durante la manifestación que hoy 29 de septiembre, rodeará de nuevo al congreso de los diputados.
Veremos si alguno de los policías infiltrados que encabezan a los violentos hace los méritos suficientes como para ganar medalla.
Veremos si Cristina Cifuentes vuelve a meter la pata y de nuevo le chafa a Mariano su campaña de lavado de imagen ante la prensa internacional.
Veremos si la desconfianza en su capacidad sube cual espuma.
Veremos si los mercados le inflan aún más la prima de riesgo.
Veremos si la figura del Presidente no se parte en pedazos mientras que alguien llamado Soraya se frota las manos...
Es que a Mariano ya no le sale una ni a derechas...
Es que a este gobierno ya le crece hasta la vicepresidenta...
El 25-S, por suerte, ha servido para mucho más de lo que parece:
ResponderEliminarhttp://sagara1977.wordpress.com/2012/09/26/lo-importante-del-25s-no-es-el-aspecto-represivo/
Recomiendo a todo el mundo este artículo de un señor que seguro haría buenas migas con Pelayo ;)
Te agradezco la recomendación Roberto... y tienes razón... yo también creo que haríamos buenas migas.
EliminarSaludo
La leche con los mamporreros ¡¡¡
ResponderEliminarEs que a veces uno se queda al borde mismo de la depresión... toques donde toques, sea lo que sea, la capa de mierda que lo cubre todo te lleva casi a mandar el mundo al carajo y borrarse definitivamente de cualquier intento de comprenderlo. Pero también produce un efecto que a veces resulta hasta estimulante, piensas: "Es que esta panda de canallas se va salir con la suya... es que todo les pertenece... es que las personas honestas no pueden intentar nada mientras la jauría siga allí" Y entonces me rebelo y pienso que antes de caer es mucho mejor tocarles las narices, en la medida de mis pobres posibilidades, pero joder en lo que pueda... y si solo consigo que una persona se escandalice tanto como yo, daré todo este tiempo por bien empleado... hay que morir mordiendo... con un buen pedazo de su carne putrefacta entre los dientes.
EliminarAbrazo
Lo de premiar a los sinvergüenzas es algo que en este país se ha tenido muy presente siempre, desde la dictadura, a los gobiernos del PSOE y que vamos a decir del PP, aquí nadie da su brazo a torcer, ni dimite por cometer la mayor "barrabazá", muy al contrario se premia con medalla al canto, ¿que se puede pensar de un país que le pone medallas a sus santos de escayola o madera?.
ResponderEliminarUn saludo
Un amigo me dijo hace poco que la España de Franco no era una dictadura, que era un cuartel. Creo que en realidad no le faltaba razón, aquella España se regía con las mismas normas que un puesto militar, con la misma arbitrariedad, la misma libertad, la misma doble moral, el mismo abuso de poder, con la misma ley del más fuerte, con la misma impunidad...
EliminarTodo eso es lo que aflora cada día en este país que creíamos otro, este país del que alguien dijo que dejaba atrás la dictadura para sr democrático.
¿Cómo puede decirse tamaña insensated cuando un matón disfrazado de policía puede sacarme a rastras de un bar para apalerame en plena calle sin la más mínima justificación? ¿Cómo puede un partido incumplir el contrato tácito que se supone es su programa electoral, y seguir gobernando sin mayor problema?
Lo dicho, España es un cuartel, porque en un cuartel se abofetea al que no se come todo el plato, se encarcela al fusíl que se disparó solo y se condecora al palo de una escoba.
Abrazo
leo tus post y veo los vídeos que has compartido y de verdad me cuesta creer (me niego a pensar) que todo esté tan generalizado, prefiero creer que en el futuro podremos volver a mirar nuestro país sin esta sensación de desamparo y vergüenza que ahora sentimos (además de ira, decepción, incredulidad...)
ResponderEliminarÁnimo a todos, hay que seguir adelante!
los que de verdad hacen las cosas bien porque creen en ello no necesitan condecoraciones, ellos son quienes deben servir de ejemplo...
No digo que la podredumbre esté generalizada Elena, sino que ocupa casi por completo los puestos en donde se decide y regula la vida de todos nosotros. Por supuesto que hay personas honestas y capaces, diría que las hay a raudales... pero este sistema se ocupa muy eficientemente de mantenerla bien alejadas de los puestos clave.
EliminarCuando alguien honrado consigue hacer un hueco entre los carroñeros, estos lo identifican al primer vistazo, lo catalogan como una amenaza porque no es sobornable, y por lo tanto tiene el poder de señalar a los indignos... no hay mierda que se pueda utilizar para acallarle si les denuncia.
Es entonces cuando la máquinaria se pone en marcha, cuando busca y rebusca la manera de sacarle de la pista, o cuando menos, relegarle a una posición desde la que no suponga un peligro.
Hablo del parlamento, del senado, de las ejecutivas de los partidos, de los ayuntamientos, de los consejos de dirección, de los sindicatos... No quiero resultar pesimista, todo lo contrario, lo que pretendo es hacer ver la pestilencia que nos ahoga y proponer la necesidad de abrir la ventana, de limpiar los rincones, de desparasitar los armarios...
España es un cenagal, por más que nos duela... pero los españoles (un gran número de ellos) son básicamente, personas de bien, que quieren solamente una vida, un trabajo, y lo mejor para sus hijos.
No son monstruos.