Servilismo: 1. m. Ciega y baja adhesión a la autoridad de alguien.
Ejemplo:
Fuente: nfb
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martes, 29 de junio de 2010
domingo, 27 de junio de 2010
JACQUE FRESCO (Más fresco que nunca)
Clarividencia: f. Facultad de comprender y discernir claramente las cosas, penetración, perspicacia.
Ejemplo:
Fuente: CristianKirk
Ejemplo:
Fuente: CristianKirk
viernes, 25 de junio de 2010
ÉRASE QUE SE ERA... (Una historia de burros)
Se dice que cierto día, un comerciante se dirigió a una aldea donde nunca había estado antes y ofreció a sus habitantes 100 euros por cada burro que le vendieran.
Buena parte de la población le vendió sus animales.
Al día siguiente, el desconocido volvió y ofreció mejor precio, 150 por cada burrito, y otro tanto de la población le vendió los suyos.
A continuación ofreció 300 euros y el resto de la gente vendió los últimos burros.
Al ver que no había más animales, ofreció 500 euros por cada burrito, dando a entender que los compraría a la semana siguiente, y con estas se marchó.
A los pocos días mandó a su ayudante con los burros que compró a la misma aldea para que ofreciera los animales a 400 euros cada uno.
Ante la posible ganancia a la semana siguiente, todos los aldeanos compraron sus burros a 400 euros, y quien no tenía el dinero lo pidió prestado. De hecho, compraron todos los burros de la comarca.
Como era de esperar, este ayudante desapareció, igual que el señor, y nunca más aparecieron.
Resultado: La aldea quedó llena de burros y endeudados.
Hasta aquí lo que contó el asesor. Veamos lo que pasó después:
Los que habían pedido prestado, al no vender los burros, no pudieron pagar el préstamo.
Quienes habían prestado dinero se quejaron al ayuntamiento diciendo que si no cobraban, se arruinarían ellos; entonces no podrían seguir prestando y se arruinaría todo el pueblo.
Para que los prestamistas no se arruinaran, el Alcalde, en vez de dar dinero a la gente del pueblo para pagar las deudas, se lo dio a los propios prestamistas. Pero estos, ya cobrada gran parte del dinero, sin embargo no perdonaron las deudas a los del pueblo, que siguió igual de endeudado.
El Alcalde dilapidó el presupuesto del Ayuntamiento, el cual quedó también endeudado. Entonces pide dinero a otros ayuntamientos; pero estos le dicen que no pueden ayudarle porque, como está en la ruina, no podrán cobrar después lo que le presten.
El resultado:
Los listos del principio, forrados.
Los prestamistas, con sus ganancias resueltas y un montón de gente a la que seguirán cobrando lo que les prestaron más los intereses, incluso adueñándose de los ya devaluados burros con los que nunca llegarán a cubrir toda la deuda.
Mucha gente arruinada y sin burro para toda la vida.
El Ayuntamiento igualmente arruinado.
Resultado¿ final?:
Para solucionar todo esto y salvar a todo el pueblo,
el Ayuntamiento BAJÓ EL SUELDO A SUS FUNCIONARIOS.
Y colorín colorado, échate a temblar... que este cuento aún no ha acabado.
Imagen: Galería de Catalan de la Mancha
Fuente: El imaginario popular de la red de la computadora
Buena parte de la población le vendió sus animales.
Al día siguiente, el desconocido volvió y ofreció mejor precio, 150 por cada burrito, y otro tanto de la población le vendió los suyos.
A continuación ofreció 300 euros y el resto de la gente vendió los últimos burros.
Al ver que no había más animales, ofreció 500 euros por cada burrito, dando a entender que los compraría a la semana siguiente, y con estas se marchó.
A los pocos días mandó a su ayudante con los burros que compró a la misma aldea para que ofreciera los animales a 400 euros cada uno.
Ante la posible ganancia a la semana siguiente, todos los aldeanos compraron sus burros a 400 euros, y quien no tenía el dinero lo pidió prestado. De hecho, compraron todos los burros de la comarca.
Como era de esperar, este ayudante desapareció, igual que el señor, y nunca más aparecieron.
Resultado: La aldea quedó llena de burros y endeudados.
Hasta aquí lo que contó el asesor. Veamos lo que pasó después:
Los que habían pedido prestado, al no vender los burros, no pudieron pagar el préstamo.
Quienes habían prestado dinero se quejaron al ayuntamiento diciendo que si no cobraban, se arruinarían ellos; entonces no podrían seguir prestando y se arruinaría todo el pueblo.
Para que los prestamistas no se arruinaran, el Alcalde, en vez de dar dinero a la gente del pueblo para pagar las deudas, se lo dio a los propios prestamistas. Pero estos, ya cobrada gran parte del dinero, sin embargo no perdonaron las deudas a los del pueblo, que siguió igual de endeudado.
El Alcalde dilapidó el presupuesto del Ayuntamiento, el cual quedó también endeudado. Entonces pide dinero a otros ayuntamientos; pero estos le dicen que no pueden ayudarle porque, como está en la ruina, no podrán cobrar después lo que le presten.
El resultado:
Los listos del principio, forrados.
Los prestamistas, con sus ganancias resueltas y un montón de gente a la que seguirán cobrando lo que les prestaron más los intereses, incluso adueñándose de los ya devaluados burros con los que nunca llegarán a cubrir toda la deuda.
Mucha gente arruinada y sin burro para toda la vida.
El Ayuntamiento igualmente arruinado.
Resultado¿ final?:
Para solucionar todo esto y salvar a todo el pueblo,
el Ayuntamiento BAJÓ EL SUELDO A SUS FUNCIONARIOS.
Y colorín colorado, échate a temblar... que este cuento aún no ha acabado.
Imagen: Galería de Catalan de la Mancha
Fuente: El imaginario popular de la red de la computadora
EN CORTO Y AL PIE
Así es como juega Navarro. Convirtiendo en sencillo lo que otros jugadores, ¿quién sabe si por torpeza o maldad? hacen que parezca tan complicado.
El retraso social de España. Por Vicenç Navarro
Publicado en el Diario PUBLICO, 26.03.2009
El artículo señala que el retraso social de España (que se refleja en el gasto público social por habitante más bajo de la UE-15) se debe, no sólo al enorme subdesarrollo social que la democracia heredó de la dictadura franquista, sino también al gran dominio de las fuerzas conservadoras (consecuencia de una transición "modélica" de la dictadura a la democracia) facilitado por un sistema electoral que les favorece.
Una de las características del estado del bienestar en España es su subdesarrollo. Según Eurostat, España en el año 2006 (el último año con datos comparables) era el país, después de Portugal, que tenía el gasto social por habitante más bajo de la Unión Europea de los Quince (UE-15), el grupo de países de desarrollo económico semejante al nuestro. En aquel año, el PIB per capita de España había alcanzado ya a ser el 93% del promedio de la UE-15, y sin embargo, el gasto público social per capita era sólo el 70% del promedio de la UE-15.
¿A qué se debe este retraso social? Una de las mayores causas es el enorme subdesarrollo social que la España democrática heredó del sistema dictatorial anterior. Cuando el dictador murió, el gasto público social en España era sólo un 14% del PIB, muy inferior al promedio (22%) de los países que más tarde constituirían la UE-15. Ni que decir tiene que mucho se ha hecho durante los 32 años de democracia. Pero, el hecho es que en 2006, veintinueve años en democracia, continuábamos a la cola de la Europa (EU-15) Social. Y es probable que en 2009 continuemos a la cola y ello a pesar de los avances considerables que se han hecho durante el periodo 2004-2009.
De ahí que debamos considerar que existen otras causas, además de la insensibilidad social de la dictadura, que determinan el retraso social de España. Y una de ellas es el enorme poder que las fuerzas conservadoras (la Monarquía, la nomenclatura del estado franquista, el Ejército, la Iglesia, la Banca, la Patronal, y los medios Conservadores) tuvieron en el proceso (erróneamente definido como modélico) de Transición de la dictadura a la democracia, liderando aquel proceso y dominando la vida económica y política del periodo democrático. Las enormes movilizaciones populares en el periodo 1975-1978 (España fue el país con mayor número de huelgas en Europa durante aquellos años) fueron determinantes en forzar la terminación de la dictadura (el dictador murió en la cama, pero la dictadura murió en la calle), pero no fueron suficientemente fuertes para provocar una ruptura, cambiando las condiciones que permitieron la continuación del dominio político de aquel enorme bloque de poder. Y una de estas condiciones fue la Ley Electoral cuyos primeros borradores surgieron de la nomenclatura del estado dictatorial, y que tras ser modificado fue adoptado por el gobierno Suárez en 1978, dando gran dominio a las fuerzas conservadoras, discriminando a las zonas urbanas, a la clase trabajadora y a los partidos de izquierda (tal como autores de aquel proyecto como Herrero de Miñón y Calvo Sotelo reconocieron).
Una consecuencia de ello es que el sistema electoral español es uno de los menos proporcionales y menos representativos de los existentes. Ello explica que aún cuando en todas las elecciones legislativas al Parlamento Español (excepto en 1977, 1979 y 2000), el electorado español ha dado muchos más votos a los partidos de izquierdas que a los partidos de derechas, España no ha tenido un gobierno mayoritario de izquierdas (o apoyado por una mayoría de izquierdas) durante la mayor parte del periodo democrático. Sólo durante el periodo 1982-1993 ocurrió ello; en los otros periodos el partido mayoritario de las izquierdas, el PSOE, se alió con las derechas nacionalistas más que con los partidos a su izquierda, resultado en parte de la enorme discriminación que el sistema electoral ejerce hacia estos partidos, y también consecuencia de la enorme presión ejercida por aquel bloque de poder que lideró la Transición. Y es ahí donde hay que buscar las causas del subdesarrollo social de España. Es bien conocido que, en general, a mayor fuerza de las izquierdas, mayor desarrollo de los derechos sociales y laborales en un país, y de su estado del bienestar. El mejor indicador de ello es Suecia donde las izquierdas gobernaron por más tiempo desde la II Guerra Mundial. En aquel país, treinta y dos años (1945-1977) fueron un periodo suficiente para convertirse en el país con mayor sensibilidad social del mundo. No así en España. La debilidad de las izquierdas es causa de ello.
El bipartidismo refrendado en la ley electoral continuista del año 1985 ha favorecido al aparato del partido mayoritario dentro de las izquierdas, el PSOE, permitiéndole tener más escaños, pero ha dificultado la implementación de su programa, pues éste no se ha podido desarrollar en su totalidad por falta del apoyo parlamentario de las otras izquierdas, apoyo que podría haber tenido si hubiera existido en España un sistema auténticamente proporcional. Por cierto, tal falta de proporcionalidad aparece también en las CC.AA. como lo muestran las últimas elecciones gallegas, en las que los votos a los partidos de izquierda (PSOE, BNG y EU-IV) fueron 811.641, más que los votos a los partidos de derecha (PP y TEGA), que sumaron 808.153. A pesar de ello el PP ganó la mayoría de escaños, permitiéndole gobernar.
Pero queda por responder cómo es que este subdesarrollo del estado del bienestar no ha tenido mayor visibilidad política y mediática en España. La razón es que los establishments políticos y mediáticos, constituidos en su mayoría por individuos que pertenecen al 30% de la renta superior del país, no quedan afectados por las grandes insuficiencias de los servicios públicos del estado del bienestar. Envían sus hijos a las escuelas privadas concertadas (que tienen un gasto por alumno superior a las públicas) y cuando caen enfermos, van a la medicina privada (cuyo tiempo promedio de visita es de 18 minutos; el promedio en la pública es de 8 minutos), o reciben trato preferencial en la pública. De ahí que no sean plenamente conscientes del retraso social en España. Y su poder político y mediático es enorme. Y así estamos.
Fuente: http://www.vnavarro.org/?p=929
Imagen: Galería de silva.alex54
LAS PALABRAS QUE CONDENARON A UN PRESIDENTE
Dadme cien palabras escritas por el hombre más honrado y encontraré diez motivos para que sea ejecutado, dijo Richelieu. En estas hay sólo uno.
Fuente: http://www.youtube.com/watch?v=ru71aSygXOk&feature=related
Fuente: http://www.youtube.com/watch?v=ru71aSygXOk&feature=related
martes, 22 de junio de 2010
domingo, 20 de junio de 2010
UNA NOTICIA SIN IMPORTANCIA
O eso deben de pensar la totalidad de los medios. Al fin y al cabo ¿a quién le importa que un banquero corrupto pague por sus pecados? ¿O será tal vez que, difundiendo la noticia, se corre el peligro de que cunda el ejemplo? ¿O será que esos u otros banqueros financian nuestra prensa y nuestra cajatonta?
Cuántas preguntas... y yo sin merendar.
CÁRCEL PARA LOS CAUSANTES DE LA CRISIS EN ISLANDIA
Islandia demanda a los banqueros y los mete en la cárcel, tras la búsqueda de responsables por el colapso financiero.
Más de un año y medio después de la bancarrota de los principales bancos de Islandia, que casi hundió la economía del país, la policía ha empezado a detener a algunos de los principales banqueros, mientras otros antiguos cargos ejecutivos y propietarios se enfrentan a pleitos de dos mil millones de dólares.
Desde el hundimiento de los tres bancos más grandes de Islandia: Kaupthing, Landsbanki and Glitnir, a finales de 2008, sus antiguos directivos y propietarios han vivido prácticamente sin problemas en el extranjero.
Sin embargo, la publicación de una investigación parlamentaria sobre la profunda crisis financiera y económica de la isla-nación, del pasado mes de mayo, dio un giro a la situación, al culpar principalmente de la caída a los ex directores y líderes de los bancos, por tomar ¨préstamos inapropiados de los bancos¨ para los que trabajaban.
Los administradores de la liquidación del banco Glitnir han anunciado la presentación de una querella de 2,000 millones de dólares (1,600 millones de euros), ante un tribunal de Nueva York, contra sus anteriores principales accionistas y directores, imputados por fraude.
Según Glitnir, la querella es ¨contra Jon Asgeir Johannesson, que fue su accionista principal, Larus Welding, el ex director de Glitnir, Thorstein Jonsson, su ex presidente, y otros directores, accionistas y socios de Johannesson, acusados de apropiación fraudulenta e ilegal de más de 2,000 millones de dólares del banco¨.
El banco dijo también que ¨estaba actuando contra PricewaterhouseCoopers (PwC), sus anteriores auditores, por haber facilitado y ayudado a encubrir las transacciones fraudulentas planificadas por Johannesson y sus socios, lo que llevó al banco a la quiebra en octubre de 2008¨.
Según la demanda de Glitnir, presentada en la Corte Suprema del estado de Nueva York, la mayor parte de los problemas del banco se debieron a ¨Johannesson y sus socios, que se confabularon para saquear sistemáticamente al banco Glitnir con el propósito de salvar sus propias empresas en dificultades¨.
Johannesson, el ex propietario del desaparecido grupo de inversión Baugur, con participaciones en varias cadenas de comercios como Hamleys, Debenhams y House of Fraser, dijo estar estupefacto por la querella.
¨Las distorsiones y el disparate de la demanda son increibles¨, dijo al sitio de noticias Pressan.
En este caso, los administradores de Glitnir ¨pueden ser condenados a 10 años de cárcel por hacer un mal uso de los tribunales americanos¨, insistió.
Además de presentar la demanda en Nueva York, Glitnir dijo que había ¨conseguido la congelación de los activos de Johannsson en todo el mundo, incluyendo dos selectos apartamentos en el barrio exclusivo de Gramercy Park, en Manhattan, por los que pagó 25 millones de dólares aproximadamente¨.
Cuatro ex directores de Kaupthing, residentes en Luxemburgo, han sido arrestados en Islandia y la INTERPOL ha dictado una orden de arresto internacional para su ex presidente Sigurdur Einarsson, de 49 años de edad, quien dijo desde Londres que ¨no tiene intenciones de viajar a Islandia para que lo arresten, y que pondrá a prueba sus derechos en Gran Bretaña y no regresará voluntariamente¨.
Fuente: MULTIBANCOS.ES
Image: VNUSPA
Cuántas preguntas... y yo sin merendar.
CÁRCEL PARA LOS CAUSANTES DE LA CRISIS EN ISLANDIA
Islandia demanda a los banqueros y los mete en la cárcel, tras la búsqueda de responsables por el colapso financiero.
Más de un año y medio después de la bancarrota de los principales bancos de Islandia, que casi hundió la economía del país, la policía ha empezado a detener a algunos de los principales banqueros, mientras otros antiguos cargos ejecutivos y propietarios se enfrentan a pleitos de dos mil millones de dólares.
Desde el hundimiento de los tres bancos más grandes de Islandia: Kaupthing, Landsbanki and Glitnir, a finales de 2008, sus antiguos directivos y propietarios han vivido prácticamente sin problemas en el extranjero.
Sin embargo, la publicación de una investigación parlamentaria sobre la profunda crisis financiera y económica de la isla-nación, del pasado mes de mayo, dio un giro a la situación, al culpar principalmente de la caída a los ex directores y líderes de los bancos, por tomar ¨préstamos inapropiados de los bancos¨ para los que trabajaban.
Los administradores de la liquidación del banco Glitnir han anunciado la presentación de una querella de 2,000 millones de dólares (1,600 millones de euros), ante un tribunal de Nueva York, contra sus anteriores principales accionistas y directores, imputados por fraude.
Según Glitnir, la querella es ¨contra Jon Asgeir Johannesson, que fue su accionista principal, Larus Welding, el ex director de Glitnir, Thorstein Jonsson, su ex presidente, y otros directores, accionistas y socios de Johannesson, acusados de apropiación fraudulenta e ilegal de más de 2,000 millones de dólares del banco¨.
El banco dijo también que ¨estaba actuando contra PricewaterhouseCoopers (PwC), sus anteriores auditores, por haber facilitado y ayudado a encubrir las transacciones fraudulentas planificadas por Johannesson y sus socios, lo que llevó al banco a la quiebra en octubre de 2008¨.
Según la demanda de Glitnir, presentada en la Corte Suprema del estado de Nueva York, la mayor parte de los problemas del banco se debieron a ¨Johannesson y sus socios, que se confabularon para saquear sistemáticamente al banco Glitnir con el propósito de salvar sus propias empresas en dificultades¨.
Johannesson, el ex propietario del desaparecido grupo de inversión Baugur, con participaciones en varias cadenas de comercios como Hamleys, Debenhams y House of Fraser, dijo estar estupefacto por la querella.
¨Las distorsiones y el disparate de la demanda son increibles¨, dijo al sitio de noticias Pressan.
En este caso, los administradores de Glitnir ¨pueden ser condenados a 10 años de cárcel por hacer un mal uso de los tribunales americanos¨, insistió.
Además de presentar la demanda en Nueva York, Glitnir dijo que había ¨conseguido la congelación de los activos de Johannsson en todo el mundo, incluyendo dos selectos apartamentos en el barrio exclusivo de Gramercy Park, en Manhattan, por los que pagó 25 millones de dólares aproximadamente¨.
Cuatro ex directores de Kaupthing, residentes en Luxemburgo, han sido arrestados en Islandia y la INTERPOL ha dictado una orden de arresto internacional para su ex presidente Sigurdur Einarsson, de 49 años de edad, quien dijo desde Londres que ¨no tiene intenciones de viajar a Islandia para que lo arresten, y que pondrá a prueba sus derechos en Gran Bretaña y no regresará voluntariamente¨.
Fuente: MULTIBANCOS.ES
Image: VNUSPA
jueves, 17 de junio de 2010
COSAS QUE YA SABEMOS (Pero que han de ser repetidas muchas veces)
Este era George Carlin. Un genial recordador de ese tipo de cuestiones que de puro obvias, olvidamos sin querer.
"Es la vieja doble moral americana. Decir una cosa y hacer otra diferente. Y por supuesto este país (Estados Unidos de América) fue fundado bajo una doble moral. Es parte de nuestra historia, es una doble moral muy básica: Un grupo dueño de esclavos que querían ser libres. ¿Estoy en lo cierto? Qué absurdo. Lo que hicieron fue matar a un montón de ingleses blancos, para seguir poseyendo a sus esclavos negros, para luego exterminar a los indios rojos, ir hacia el oeste para robarle territorio a los mexicanos marrones y finalmente tener un lugar de donde despegar, volar y lanzar bombas nucleares sobre los japoneses amarillos. ¿Saben cuál debería ser el lema de este país? '¡Danos un color y nosotros nos deshacemos de él!'"
Vía: http://es.wikipedia.org/wiki/George_Carlin
Vía: elaveriguador2008
"Es la vieja doble moral americana. Decir una cosa y hacer otra diferente. Y por supuesto este país (Estados Unidos de América) fue fundado bajo una doble moral. Es parte de nuestra historia, es una doble moral muy básica: Un grupo dueño de esclavos que querían ser libres. ¿Estoy en lo cierto? Qué absurdo. Lo que hicieron fue matar a un montón de ingleses blancos, para seguir poseyendo a sus esclavos negros, para luego exterminar a los indios rojos, ir hacia el oeste para robarle territorio a los mexicanos marrones y finalmente tener un lugar de donde despegar, volar y lanzar bombas nucleares sobre los japoneses amarillos. ¿Saben cuál debería ser el lema de este país? '¡Danos un color y nosotros nos deshacemos de él!'"
Vía: http://es.wikipedia.org/wiki/George_Carlin
Vía: elaveriguador2008
domingo, 13 de junio de 2010
Ruido y furia...
La vida es una sombra que camina, un pobre actor
que se pavonea y parlotea su papel en el escenario.
Nada más, es un cuento
contado por un idiota, lleno de ruido y furia,
que no significa nada.
Vía: http://www.openfilm.com/videos/ark/
que se pavonea y parlotea su papel en el escenario.
Nada más, es un cuento
contado por un idiota, lleno de ruido y furia,
que no significa nada.
Vía: http://www.openfilm.com/videos/ark/
GOLDEN GATE
Lo había dejado todo atrás, más concretamente, en el asiento trasero de su viejo coche. Los restos de una vida anterior.
Un revuelto de facturas pendientes, botellas vacías, cartas de desahucio, sobras de hamburguesas y demandas de divorcio, mezclado con algo de ropa sucia.
Por encima de tanto resto, el reportaje de su vida, o al menos gran parte de él. Los datos, las fotos, las estadísticas, los informes de las autopsias, videos, planos, atestados policiales...
Gracias a una minuciosa investigación, sabía que entre los años 1937 y 2008, habían muerto 1218 personas al arrojarse desde aquel puente. Ninguna otra edificación en el mundo registraba un número de suicidios tan grande como el Golden Gate de San Francisco
A lo largo de ambas barandillas, hay ciento veintiocho postes de luz, una mitad de ellos orientados a Este y la otra al Oeste. No encontró diferencias significativas entre los sexos o edades de los suicidas, ni siquiera sobre los horarios elegidos. Sólo había un dato que destacaba, lo hizo desde el principio. El poste 69.
Se sintió desafiado por aquel misterio. Necesitaba averiguar la razón por la que más del noventa por ciento de los que se lanzaban a las aguas, elegían precisamente ese poste y no otro. La causa de tan extraño fenómeno parecía estar fuera de toda lógica, podía ser material o inmaterial, provocada o casual, real o imaginaria, tanto daba lo uno cómo lo otro... debía ser desvelada.
Un psicópata que por alguna extraña razón obligaba a sus víctimas a suicidarse cerca de ese poste, una secta asesina que celebrase allí sus ritos de sacrificio, alguna antigua maldición, una especie de mortífero agujero negro... con el tiempo y la misma facilidad, cualquier absurda explicación, cobraba y perdía sentido en su atribulada cabeza.
Aquella obsesión no le atrapó de repente, sino que como todas las obsesiones, fue extendiendo sus muros muy poco a poco, hasta apresarle por completo, hasta no dejarle ver más.
Tras días y días de trabajar sobre el asunto, llegaron las noches en vela. Pasó más de un año desenredando pistas falsas y estrafalarias teorías que nunca le llevaron a ninguna parte. Todo lo demás se convirtió en prescindible.
Por encima de aquella barandilla arrojó sin darse cuenta su trabajo, su familia y a sus pocos amigos. En su delirio particular, llegó a instalar una cámara oculta que grabara durante las veinticuatro horas del día todo lo que ocurriera en ese preciso lugar. Sin el menor remordimiento de conciencia, esperó durante meses al golpe de suerte le permitiera desvelar el gran misterio... y llegó.
En un lapso de cuarenta días, y gracias a su enfermiza perseverancia, consiguió captar a dos suicidas arrojándose al vacío, un hombre y una mujer. Comprobó minuciosamente aquellas imágenes, cada detalle, segundo a segundo, desmenuzando sus sombras, amplificando sus sonidos, pero nada sacó en claro.
Los dos llegaron caminando. Él a media mañana desde el Norte, ella a media tarde desde el Sur. Sin que aparentemente ninguno tuviera decidido el lugar desde el que saltar, se detuvieron a la altura del poste y miraron abajo. Con escasos minutos de diferencia, ambos se encaramaron a la barandilla, la salvaron quedando de pie sobre el borde exterior, y después simplemente, desaparecieron al caer.
Todo era demasiado similar, demasiado mecánico, demasiado irreal, y nada parecía indicar que estos fueran distintos al resto de los casos. Por eso tenía que haber algo. Un elemento que insistía en mantenerse oculto, aquello que representaba la clave de todo el enigma.
Se prohibió pensarlo una sola vez más. Salió del coche y caminó muy despacio hasta el poste número 69. No le quedaban muchas más opciones. En realidad sólo le quedaba esa.
Apoyó las manos sobre la fría superficie de la farola y respiró hondo aquél aire salado. Había estado en ese mismo lugar un centenar de veces, había examinado con pulcritud cada centímetro del suelo, del pasamanos, del entramado de vigas y cables más cercano... y entonces cayó en la cuenta.
Debajo. Lo que fuera, tenía que estar debajo de sus pies, en la parte inferior de la plataforma colgante. Tenía que ser así.
Ya con el cuerpo sobre la baranda, miró hacía atrás para comprobar que su coche continuaba con las luces de emergencia conectadas. Aunque sabía que no bastaría para librarle de la enésima multa de tráfico por aparcar en zona prohibida, había tomado la precaución de dejar un papel en el parabrisas con la palabra “averiado”. Después miró hacia abajo, setenta metros más allá, las aguas plateadas le cegaron con su resplandor. Sin apenas dificultad, sobrepasó la barandilla, y agarrado a los barrotes buscó el mejor acomodo para sus pies. Lo encontró en un grueso tubo y en él se afianzó. Era mucho más fácil y seguro de lo que imaginaba. Podía incluso soltarse de una mano para, en una postura más cómoda, echar un vistazo a la parte inferior de la estructura. Entonces sus pies resbalaron.
Antes incluso de comenzar a caer, lo supo al fin. Ocultos bajo el entramado inferior, había una infinidad de cables y conducciones. La insignificante fuga de fluido negro llegaba desde alguna parte hasta ese punto, y allí, pacientemente, formaba un pequeño y escurridizo charco apenas visible desde detrás de la barandilla.
Al final, resultaba todo tan decepcionante y tan trivial que ni siquiera gritó. Sólo prestó atención al hombre que espantado, le observaba desde muy arriba, justo al lado del poste 69. Habría apostado la vida que ya no tenía, a que bajo los ojos de aquél desconocido se dibujaban ya las profundas ojeras que dejan las primeras noches sin dormir.
Imagen: photofanman
Un revuelto de facturas pendientes, botellas vacías, cartas de desahucio, sobras de hamburguesas y demandas de divorcio, mezclado con algo de ropa sucia.
Por encima de tanto resto, el reportaje de su vida, o al menos gran parte de él. Los datos, las fotos, las estadísticas, los informes de las autopsias, videos, planos, atestados policiales...
Gracias a una minuciosa investigación, sabía que entre los años 1937 y 2008, habían muerto 1218 personas al arrojarse desde aquel puente. Ninguna otra edificación en el mundo registraba un número de suicidios tan grande como el Golden Gate de San Francisco
A lo largo de ambas barandillas, hay ciento veintiocho postes de luz, una mitad de ellos orientados a Este y la otra al Oeste. No encontró diferencias significativas entre los sexos o edades de los suicidas, ni siquiera sobre los horarios elegidos. Sólo había un dato que destacaba, lo hizo desde el principio. El poste 69.
Se sintió desafiado por aquel misterio. Necesitaba averiguar la razón por la que más del noventa por ciento de los que se lanzaban a las aguas, elegían precisamente ese poste y no otro. La causa de tan extraño fenómeno parecía estar fuera de toda lógica, podía ser material o inmaterial, provocada o casual, real o imaginaria, tanto daba lo uno cómo lo otro... debía ser desvelada.
Un psicópata que por alguna extraña razón obligaba a sus víctimas a suicidarse cerca de ese poste, una secta asesina que celebrase allí sus ritos de sacrificio, alguna antigua maldición, una especie de mortífero agujero negro... con el tiempo y la misma facilidad, cualquier absurda explicación, cobraba y perdía sentido en su atribulada cabeza.
Aquella obsesión no le atrapó de repente, sino que como todas las obsesiones, fue extendiendo sus muros muy poco a poco, hasta apresarle por completo, hasta no dejarle ver más.
Tras días y días de trabajar sobre el asunto, llegaron las noches en vela. Pasó más de un año desenredando pistas falsas y estrafalarias teorías que nunca le llevaron a ninguna parte. Todo lo demás se convirtió en prescindible.
Por encima de aquella barandilla arrojó sin darse cuenta su trabajo, su familia y a sus pocos amigos. En su delirio particular, llegó a instalar una cámara oculta que grabara durante las veinticuatro horas del día todo lo que ocurriera en ese preciso lugar. Sin el menor remordimiento de conciencia, esperó durante meses al golpe de suerte le permitiera desvelar el gran misterio... y llegó.
En un lapso de cuarenta días, y gracias a su enfermiza perseverancia, consiguió captar a dos suicidas arrojándose al vacío, un hombre y una mujer. Comprobó minuciosamente aquellas imágenes, cada detalle, segundo a segundo, desmenuzando sus sombras, amplificando sus sonidos, pero nada sacó en claro.
Los dos llegaron caminando. Él a media mañana desde el Norte, ella a media tarde desde el Sur. Sin que aparentemente ninguno tuviera decidido el lugar desde el que saltar, se detuvieron a la altura del poste y miraron abajo. Con escasos minutos de diferencia, ambos se encaramaron a la barandilla, la salvaron quedando de pie sobre el borde exterior, y después simplemente, desaparecieron al caer.
Todo era demasiado similar, demasiado mecánico, demasiado irreal, y nada parecía indicar que estos fueran distintos al resto de los casos. Por eso tenía que haber algo. Un elemento que insistía en mantenerse oculto, aquello que representaba la clave de todo el enigma.
Se prohibió pensarlo una sola vez más. Salió del coche y caminó muy despacio hasta el poste número 69. No le quedaban muchas más opciones. En realidad sólo le quedaba esa.
Apoyó las manos sobre la fría superficie de la farola y respiró hondo aquél aire salado. Había estado en ese mismo lugar un centenar de veces, había examinado con pulcritud cada centímetro del suelo, del pasamanos, del entramado de vigas y cables más cercano... y entonces cayó en la cuenta.
Debajo. Lo que fuera, tenía que estar debajo de sus pies, en la parte inferior de la plataforma colgante. Tenía que ser así.
Ya con el cuerpo sobre la baranda, miró hacía atrás para comprobar que su coche continuaba con las luces de emergencia conectadas. Aunque sabía que no bastaría para librarle de la enésima multa de tráfico por aparcar en zona prohibida, había tomado la precaución de dejar un papel en el parabrisas con la palabra “averiado”. Después miró hacia abajo, setenta metros más allá, las aguas plateadas le cegaron con su resplandor. Sin apenas dificultad, sobrepasó la barandilla, y agarrado a los barrotes buscó el mejor acomodo para sus pies. Lo encontró en un grueso tubo y en él se afianzó. Era mucho más fácil y seguro de lo que imaginaba. Podía incluso soltarse de una mano para, en una postura más cómoda, echar un vistazo a la parte inferior de la estructura. Entonces sus pies resbalaron.
Antes incluso de comenzar a caer, lo supo al fin. Ocultos bajo el entramado inferior, había una infinidad de cables y conducciones. La insignificante fuga de fluido negro llegaba desde alguna parte hasta ese punto, y allí, pacientemente, formaba un pequeño y escurridizo charco apenas visible desde detrás de la barandilla.
Al final, resultaba todo tan decepcionante y tan trivial que ni siquiera gritó. Sólo prestó atención al hombre que espantado, le observaba desde muy arriba, justo al lado del poste 69. Habría apostado la vida que ya no tenía, a que bajo los ojos de aquél desconocido se dibujaban ya las profundas ojeras que dejan las primeras noches sin dormir.
Imagen: photofanman
miércoles, 9 de junio de 2010
CERTERO
Certero, ra: Diestro y seguro al tirar, acertado, sabedor, bien informado.
Ejemplo:
Vía: http://www.vimeo.com/12358703
Ejemplo:
La crisis: origen, consecuencias y soluciones. Attac TV entrevista a Vicenç Navarro from AttacTV on Vimeo.
Vía: http://www.vimeo.com/12358703
martes, 8 de junio de 2010
FUNDIDO EN NEGRO
No podía describirlo de otro modo, un repentino e indoloro fundido en negro.
Hasta ese instante todo había sido normal, como en cualquier otro sueño, agradable a veces, inquietante otras, pero siempre impregnado de sólidos colores. Manuel siempre soñó en colores. Ahora lo hacía en negro.
Pensó en ello durante un momento y se extrañó. Llegó a la inquietante conclusión de que ya no dormía. Con un brusco movimiento abrió los ojos, separó los párpados cuanto pudo, y persistió el fondo negro.
La oscuridad era tan absoluta, que ya desde un principio, descartó que aquello se debiera a la simple ausencia de luz en la habitación, siempre habría tenido que encontrar un minúsculo resto de claridad en alguna parte, y allí no había ninguno. Se obligó a parpadear con fuerza, una y otra vez, se pellizcó las mejillas con la punta de los dedos, y entonces sintió miedo.
Contuvo la respiración, su miedo crecía y comenzaba a transformarse en pánico, lo hacía como lo haría una ola, acumulándose, creciendo y a una distancia cada vez menor, prometiendo una embestida brutal e innegociable. Quiso pararla, alejarse de ella al menos, pero fue inútil. La ola lo atrapó, le inundó por dentro, ni la más pequeña partícula de su ser consiguió escapar de aquél terror.
-¡Estoy ciego! –gritó una sola vez.
Pronunció aquellas palabras y tuvo la sensación de que no eran suyas. Rezó por que todo fuera un mal sueño.
Cuando ya no hubo más lágrimas, tomó la decisión de intentar levantarse. Al sentir el suelo bajo las plantas de sus pies ganó en fuerzas, las suficientes para al menos para mantenerse erguido. Se sintió solo. Tanteo la nada que le rodeaba con las manos abiertas, buscó algo a lo que aferrarse. No lo encontró. ¿Dónde están todos? Avanzó entonces a tientas, tambaleante, arrastrando los pies, quizá para no perder el único contacto con lo que antes era el mundo.
Al fin encontró la pared. Se agarró a ella con desesperación, con ambas manos, con todo el cuerpo. Tras un momento de duda, comenzó a golpear aquella superficie fría y extrañamente sólida. Se detuvo para poder escuchar una posible respuesta. No hubo ninguna. Regresó el pánico. Se sentía cada vez más solo, tanto que dolía.
Sus puños embistieron sin cesar, hasta estar seguro de sangrar por los nudillos heridos, también gritaba, hasta sentir rota la garganta, pero mientras lo hacía, no escuchó ni el más ligero sonido. La sensación de soledad le aplastaba, le impedía hasta respirar, por eso dejó de gritar y de llorar. Entonces pudo pensar. Estaba ciego y sordo.
¿Y ahora qué? Se preguntó. ¿Qué le quedaba por intentar? ¿Vivir el resto de sus días agarrado a aquella pared? Solo y en aquél horrible silencio ¿Y si estaba muerto? ¿Sería aquello el infierno? Si lo era, no podía ser peor, no había modo más cruel de pagar por los pecados.
Lo que quedaba del hombre que fue se rebeló contra esa idea. Nunca creyó en cielos ni en diablos, y tampoco creía ahora. Estaba vivo, tenía que estarlo, era lo único que sentía y debía aferrarse a ello. Tal vez por eso, Manuel pensó en matarse.
Durante un tiempo se concentró en el cómo. No había encontrado nada en su largo viaje desde la cama. Tenía que hacerse con algún objeto punzante. ¿Estaba dispuesto a ir en su busca? ¿Y si todo se había convertido en un infinito espacio vacío? Vagaría sin rumbo eternamente... no podía arriesgar su pared. Su pared era el límite del infierno, el punto más cercano al otro lado.
Volvió a pensar en el suicidio. Probó a dejar de respirar. Pocos segundos después se maldijo por tan estúpida idea. Intentó estrangularse a sí mismo, lo intentó con todas sus fuerzas. Golpeó con la cabeza en la pared, sin descanso, con rabia, hasta no sentir siquiera dolor, con la cara empapada de algo húmedo y caliente... entonces fue cuando percibió la señal desde el otro lado.
Sólo era una ligera vibración que llegaba desde alguna parte de la pared hasta las yemas de sus dedos. Aguantó la respiración para estar seguro de que no la imaginaba. La señal era real. Se desplazó un paso hacia la derecha en su busca, rastreando con las manos y los brazos extendidos, como lo haría una araña en su tela. La señal se debilitó hasta casi desaparecer. El pánico regresó raudo y veloz. No podía perderla, era lo único que tenía. Tropezando consigo mismo, más pegado a la pared que nunca, dio varios pasos más a la izquierda, y la señal volvió. Esta vez con más fuerza, dejándose sentir ya no solo en sus dedos, sino en su cara, en su pecho.
La emoción borró por completo de su mente cualquier otra idea. Dar con el origen de aquella vibración, nada había más importante, nunca lo hubo. Estaba muy cerca, por eso crecía su intensidad a cada paso, un poco más, y estaría justo al otro lado.
Entonces sus dedos tropezaron con algo. Un obstáculo, el perfil de algo que sobresalía de la pared, grande y con una textura completamente diferente. Sus manos le dijeron mucho más. Le dijeron que aquello era incluso más alto que él, que se prolongaba hasta más allá de su alcance, y que allí estaba el punto de donde procedía la señal.
Manuel no lo dudó ni un instante, lo arriesgaría todo, dejaría la pared y se lanzaría sobre lo desconocido. Nada más hacerlo se reprochó tanta estupidez. Por primera vez desde que despertara, algo parecido a la alegría se abrió paso en su corazón. Era una puerta. Una simple y maravillosa puerta.
No pudo abrirla, pero enseguida encontró el punto exacto de donde procedía la vibración, alguien o algo golpeaba desde el otro lado, a veces solamente la rozaba. Su ritmo se hacía más y más lento, sus pausas se alargaban a medida que pasaba el tiempo. Quiso responder y no pudo. Gritó y gritó aún sabiendo que era inútil. Tenía las manos destrozadas, su cabeza no soportaría un solo golpe más antes de desmayarse, la necesitaba despejada si quería pensar qué hacer, lo intentó con los pies y a punto estuvo de perder el equilibrio y caer de espaldas ¿sería capaz entonces de encontrar de nuevo la puerta antes de que callara la señal? Pero podía arañarla, quizás eso se pudiera escuchar desde el otro lado.
Al intentarlo se maldijo de nuevo. Su mano más dolorida había tropezado con algo duro y firme. Aquella puerta, como casi todas las puertas, tenía un pomo. Se agarró a él con todas sus fuerzas, siendo plenamente consciente de que todo dependía de que aquella pieza girase y poder al fin escapar. El infierno quedaría atrás para siempre, la oscuridad que le atormentaba quedaría allí atrapada y la soledad... Manuel no encontró un pensamiento para definir la angustia que le causaban las palabras “eternamente solo”
...
Con una concentración infinita, el dedo de la joven enfermera dibujó el trazo de una nueva letra en el dorso de aquella mano.
-Despierte Manuel, haga lo posible por volver. Las pruebas no dicen nada nuevo, las lesiones son graves, pero eso no es lo más importante. Ha de luchar un poco más, no se rinda, resista y viva Manuel.
-¡Déjenlo ya por dios! Se lo suplico doctor... ¡Es que no ven que es inútil! No le torturen más a él y no nos torturen más a nosotros, ustedes mismos lo dijeron, aunque despertara, ha quedado sordo y ciego, posiblemente no vuelva a hablar, ni a moverse, nada va a poder...
-Me acaba de apretar la mano –dijo la enfermera sin dejar de trazar líneas con su dedo.
-¿Está segura? Pero eso no puede ser... los resultados de las pruebas no dejan lugar a dudas... y aún así... ¡Continúe enfermera! No deje de hablar con él, que no se marche de nuevo. Siga escribiéndole en la mano, dígale que no está solo, que su familia está aquí –gritó el médico acercándose al cabecero de la cama.
Muy lentamente, una sonrisa se asomó a los labios de Manuel, tanto como las primeras lágrimas a los ojos.
-¡Llora! Llora y sonríe... está llorando de felicidad. Es porque no sabe que ha quedado sordo y ciego... ¿Cómo se lo diremos? –dijo la mujer sin dejar de llorar.
-Ya lo sabe. Yo se lo he dicho –añadió la enfermera mientras dibujaba una nueva letra en la mano de Manuel.
-¿Y cómo se puede ser feliz así? –preguntó la mujer.
-No creo que se pueda –respondió el médico.
Imagen: __M o r g a n F u s e 's D e a d .__
Hasta ese instante todo había sido normal, como en cualquier otro sueño, agradable a veces, inquietante otras, pero siempre impregnado de sólidos colores. Manuel siempre soñó en colores. Ahora lo hacía en negro.
Pensó en ello durante un momento y se extrañó. Llegó a la inquietante conclusión de que ya no dormía. Con un brusco movimiento abrió los ojos, separó los párpados cuanto pudo, y persistió el fondo negro.
La oscuridad era tan absoluta, que ya desde un principio, descartó que aquello se debiera a la simple ausencia de luz en la habitación, siempre habría tenido que encontrar un minúsculo resto de claridad en alguna parte, y allí no había ninguno. Se obligó a parpadear con fuerza, una y otra vez, se pellizcó las mejillas con la punta de los dedos, y entonces sintió miedo.
Contuvo la respiración, su miedo crecía y comenzaba a transformarse en pánico, lo hacía como lo haría una ola, acumulándose, creciendo y a una distancia cada vez menor, prometiendo una embestida brutal e innegociable. Quiso pararla, alejarse de ella al menos, pero fue inútil. La ola lo atrapó, le inundó por dentro, ni la más pequeña partícula de su ser consiguió escapar de aquél terror.
-¡Estoy ciego! –gritó una sola vez.
Pronunció aquellas palabras y tuvo la sensación de que no eran suyas. Rezó por que todo fuera un mal sueño.
Cuando ya no hubo más lágrimas, tomó la decisión de intentar levantarse. Al sentir el suelo bajo las plantas de sus pies ganó en fuerzas, las suficientes para al menos para mantenerse erguido. Se sintió solo. Tanteo la nada que le rodeaba con las manos abiertas, buscó algo a lo que aferrarse. No lo encontró. ¿Dónde están todos? Avanzó entonces a tientas, tambaleante, arrastrando los pies, quizá para no perder el único contacto con lo que antes era el mundo.
Al fin encontró la pared. Se agarró a ella con desesperación, con ambas manos, con todo el cuerpo. Tras un momento de duda, comenzó a golpear aquella superficie fría y extrañamente sólida. Se detuvo para poder escuchar una posible respuesta. No hubo ninguna. Regresó el pánico. Se sentía cada vez más solo, tanto que dolía.
Sus puños embistieron sin cesar, hasta estar seguro de sangrar por los nudillos heridos, también gritaba, hasta sentir rota la garganta, pero mientras lo hacía, no escuchó ni el más ligero sonido. La sensación de soledad le aplastaba, le impedía hasta respirar, por eso dejó de gritar y de llorar. Entonces pudo pensar. Estaba ciego y sordo.
¿Y ahora qué? Se preguntó. ¿Qué le quedaba por intentar? ¿Vivir el resto de sus días agarrado a aquella pared? Solo y en aquél horrible silencio ¿Y si estaba muerto? ¿Sería aquello el infierno? Si lo era, no podía ser peor, no había modo más cruel de pagar por los pecados.
Lo que quedaba del hombre que fue se rebeló contra esa idea. Nunca creyó en cielos ni en diablos, y tampoco creía ahora. Estaba vivo, tenía que estarlo, era lo único que sentía y debía aferrarse a ello. Tal vez por eso, Manuel pensó en matarse.
Durante un tiempo se concentró en el cómo. No había encontrado nada en su largo viaje desde la cama. Tenía que hacerse con algún objeto punzante. ¿Estaba dispuesto a ir en su busca? ¿Y si todo se había convertido en un infinito espacio vacío? Vagaría sin rumbo eternamente... no podía arriesgar su pared. Su pared era el límite del infierno, el punto más cercano al otro lado.
Volvió a pensar en el suicidio. Probó a dejar de respirar. Pocos segundos después se maldijo por tan estúpida idea. Intentó estrangularse a sí mismo, lo intentó con todas sus fuerzas. Golpeó con la cabeza en la pared, sin descanso, con rabia, hasta no sentir siquiera dolor, con la cara empapada de algo húmedo y caliente... entonces fue cuando percibió la señal desde el otro lado.
Sólo era una ligera vibración que llegaba desde alguna parte de la pared hasta las yemas de sus dedos. Aguantó la respiración para estar seguro de que no la imaginaba. La señal era real. Se desplazó un paso hacia la derecha en su busca, rastreando con las manos y los brazos extendidos, como lo haría una araña en su tela. La señal se debilitó hasta casi desaparecer. El pánico regresó raudo y veloz. No podía perderla, era lo único que tenía. Tropezando consigo mismo, más pegado a la pared que nunca, dio varios pasos más a la izquierda, y la señal volvió. Esta vez con más fuerza, dejándose sentir ya no solo en sus dedos, sino en su cara, en su pecho.
La emoción borró por completo de su mente cualquier otra idea. Dar con el origen de aquella vibración, nada había más importante, nunca lo hubo. Estaba muy cerca, por eso crecía su intensidad a cada paso, un poco más, y estaría justo al otro lado.
Entonces sus dedos tropezaron con algo. Un obstáculo, el perfil de algo que sobresalía de la pared, grande y con una textura completamente diferente. Sus manos le dijeron mucho más. Le dijeron que aquello era incluso más alto que él, que se prolongaba hasta más allá de su alcance, y que allí estaba el punto de donde procedía la señal.
Manuel no lo dudó ni un instante, lo arriesgaría todo, dejaría la pared y se lanzaría sobre lo desconocido. Nada más hacerlo se reprochó tanta estupidez. Por primera vez desde que despertara, algo parecido a la alegría se abrió paso en su corazón. Era una puerta. Una simple y maravillosa puerta.
No pudo abrirla, pero enseguida encontró el punto exacto de donde procedía la vibración, alguien o algo golpeaba desde el otro lado, a veces solamente la rozaba. Su ritmo se hacía más y más lento, sus pausas se alargaban a medida que pasaba el tiempo. Quiso responder y no pudo. Gritó y gritó aún sabiendo que era inútil. Tenía las manos destrozadas, su cabeza no soportaría un solo golpe más antes de desmayarse, la necesitaba despejada si quería pensar qué hacer, lo intentó con los pies y a punto estuvo de perder el equilibrio y caer de espaldas ¿sería capaz entonces de encontrar de nuevo la puerta antes de que callara la señal? Pero podía arañarla, quizás eso se pudiera escuchar desde el otro lado.
Al intentarlo se maldijo de nuevo. Su mano más dolorida había tropezado con algo duro y firme. Aquella puerta, como casi todas las puertas, tenía un pomo. Se agarró a él con todas sus fuerzas, siendo plenamente consciente de que todo dependía de que aquella pieza girase y poder al fin escapar. El infierno quedaría atrás para siempre, la oscuridad que le atormentaba quedaría allí atrapada y la soledad... Manuel no encontró un pensamiento para definir la angustia que le causaban las palabras “eternamente solo”
...
Con una concentración infinita, el dedo de la joven enfermera dibujó el trazo de una nueva letra en el dorso de aquella mano.
-Despierte Manuel, haga lo posible por volver. Las pruebas no dicen nada nuevo, las lesiones son graves, pero eso no es lo más importante. Ha de luchar un poco más, no se rinda, resista y viva Manuel.
-¡Déjenlo ya por dios! Se lo suplico doctor... ¡Es que no ven que es inútil! No le torturen más a él y no nos torturen más a nosotros, ustedes mismos lo dijeron, aunque despertara, ha quedado sordo y ciego, posiblemente no vuelva a hablar, ni a moverse, nada va a poder...
-Me acaba de apretar la mano –dijo la enfermera sin dejar de trazar líneas con su dedo.
-¿Está segura? Pero eso no puede ser... los resultados de las pruebas no dejan lugar a dudas... y aún así... ¡Continúe enfermera! No deje de hablar con él, que no se marche de nuevo. Siga escribiéndole en la mano, dígale que no está solo, que su familia está aquí –gritó el médico acercándose al cabecero de la cama.
Muy lentamente, una sonrisa se asomó a los labios de Manuel, tanto como las primeras lágrimas a los ojos.
-¡Llora! Llora y sonríe... está llorando de felicidad. Es porque no sabe que ha quedado sordo y ciego... ¿Cómo se lo diremos? –dijo la mujer sin dejar de llorar.
-Ya lo sabe. Yo se lo he dicho –añadió la enfermera mientras dibujaba una nueva letra en la mano de Manuel.
-¿Y cómo se puede ser feliz así? –preguntó la mujer.
-No creo que se pueda –respondió el médico.
Imagen: __M o r g a n F u s e 's D e a d .__
sábado, 5 de junio de 2010
POR MÍ Y POR TODOS MIS COMPAÑEROS...
¿Es posible utilizar los medios para algo más que ganar y hacer ganar millones a discográficas? Los de Radiohead, opinan que sí.
Vía: http://www.youtube.com/watch?v=ZaYMaX1tCU8
Vía: http://www.youtube.com/watch?v=ZaYMaX1tCU8
EL LOCO DE LA TELE
... este de que van dos por la calle y uno pregunta:
-Oye tú, ¿sabes qué coño es eso de la utopía?
El otro contesta:
-La utopía es una cosa que está en horizonte y que cuando das dos pasos, ella se aleja tres más allá. Das otros diez, y ella se aleja otros cien...
-¿Y entonces para qué sirve?
-Pues para eso, para caminar.
Vía: http://www.youtube.com/user/SubtUtiles
-Oye tú, ¿sabes qué coño es eso de la utopía?
El otro contesta:
-La utopía es una cosa que está en horizonte y que cuando das dos pasos, ella se aleja tres más allá. Das otros diez, y ella se aleja otros cien...
-¿Y entonces para qué sirve?
-Pues para eso, para caminar.
Vía: http://www.youtube.com/user/SubtUtiles
viernes, 4 de junio de 2010
BUEN ROLLITO
Definición: Ambiente cálido y relajado que ciertas personas transmiten sin apenas proponérselo.
Ejemplo:
Vía: Here II Here
Ejemplo:
Vía: Here II Here
SE MUEVE
El mío es un barrio de piedras
unas más viejas,
otras menos nuevas.
Un fortín de piel que es de nadie
antes lo defendían los serenos
pobres, murieron.
Ahora lo hacen las porteras,
perdón, y los porteros.
Lo habitan paseantes,
transportistas con prisas,
viejecillos de pensión
en pijama de traje de pana,
buscadores de carteras,
más que de carteras, de lana.
“Don Ramón no se suba usted a casa,
cuente otra vez las baldosas de la acera,
Doña Ramona no le ha hecho aún la cama”
Su fuente de agua gorda
que alimentaba como un caldo
hace tiempo se ha secado.
Ya ni corre el río,
ya ni pasan carros,
ya no nieva,
apenas llueve.
Menos barros.
Sus planetas ya no giran,
Ni siquiera son ya nueve,
su sol ya está apagado,
y sin embargo... se mueve.
Imagen: Galería de carlos_ar2000
unas más viejas,
otras menos nuevas.
Un fortín de piel que es de nadie
antes lo defendían los serenos
pobres, murieron.
Ahora lo hacen las porteras,
perdón, y los porteros.
Lo habitan paseantes,
transportistas con prisas,
viejecillos de pensión
en pijama de traje de pana,
buscadores de carteras,
más que de carteras, de lana.
“Don Ramón no se suba usted a casa,
cuente otra vez las baldosas de la acera,
Doña Ramona no le ha hecho aún la cama”
Su fuente de agua gorda
que alimentaba como un caldo
hace tiempo se ha secado.
Ya ni corre el río,
ya ni pasan carros,
ya no nieva,
apenas llueve.
Menos barros.
Sus planetas ya no giran,
Ni siquiera son ya nueve,
su sol ya está apagado,
y sin embargo... se mueve.
Imagen: Galería de carlos_ar2000
miércoles, 2 de junio de 2010
EPIDEMIA
-¡No! ¡No podemos seguir así! ¿No os dais cuenta? Por favor... prestadme atención, es preciso que comprendáis... tenéis que escuchar lo que he de deciros... ¡He dicho que me escuchéis! ¿Es que no os dais cuenta? No podemos hacer esto... ¡Nunca más...!
-¿Qué le pasa a ese?
-Vete a saber, entró hace un rato, se sentó en una mesa, pidió un café con no sé qué, ni lo ha tocado. Miraba a todo el mundo de una manera muy rara, y de pronto ha empezado a dar voces... será un chalado.
- Pues sí... ya me había fijado. Desde luego que no parecía muy cuerdo. Mira, ya vuelve uno de los camareros, el que ha salido a la calle... viene con dos policías... a este se lo llevan seguro, aunque sea a rastras. ¿A qué vendrá tanto grito? En fin... se me hace tarde. Hay un montón de trabajo esperándome en la oficina. Todos serán asuntos urgentes que no podrán esperar y tendré que quedarme otra vez hasta las tantas... pero de hoy no pasa... voy a hablar con el jefe para que me suba el sueldo... el muy cabrón me lo prometió hace meses... seguro que con los demás ha cumplido su palabra, pero claro, lo mío tendrá que esperar a que la cosa mejore, como siempre. Eso es lo peor de todo... que me toma por gilipollas... seguro que hasta el último mono del departamento habrá mejorado su nómina, pero allí nadie dice esta boca es mía.
- Lo mismo te digo. Que se me ha ido el santo al cielo y yo también llego tarde. Me termino el café y salgo pitando. En menos de una hora tendré a los de balances plantados frente a mi mesa pidiendo a gritos sus putos informes. Eso sí... una vez los tengan, no volverán a dirigirme la palabra hasta el mes que viene. En realidad es como esto... ya ha pasado el susto, los policías se han llevado al loco de los gritos y todos vuelven a esconderse tras sus periódicos. Cada uno a lo suyo. En cuanto vacíen sus tazas se marcharán... y no volveré a verles... a ninguno... el resto de mi vida... toda la eternidad. ¡Jamás! Joder... nunca lo había pensado. Es terrible despedirse para siempre. Ver a alguien sentado frente a uno durante unos minutos y se acabó... ni dentro de muchos años... ni después de la muerte... ni aunque pasen millones de años... ya no volverás a verle. Es tan... definitivo. Da miedo. No me gusta esta sensación. Vivir algo por última vez, y saberlo, es como morir... joder... y yo no quiero morir, no ahora, no cada pocos minutos, no cada día. Morir es para siempre, no reflexionamos sobre ello, no lo bastante. Caminamos por calles que nunca más pisaremos, vemos, olemos, saboreamos, acariciamos cosas que ya no volverán, y a pesar de ello seguimos adelante sin darles mayor importancia. ¿Cómo podemos ser así? Esto de la vida es más morir que vivir. Nadie lo piensa... parecemos ansiosos por llegar al final, dejarlo todo atrás, volvemos la cara ante cualquiera que nos sugiera la posibilidad de detenernos, de paladear cada instante de vida, y yo... yo como todos. Hasta ahora. Pero... ¿y si eso cambiara? Tampoco es tan difícil... No es más que proponérselo. Querer ver, tomar la decisión de querer ver, no echarse atrás, al menos no permitir que ese desconocido desaparezca sin saber quién es. No dejarse morir... esa es la clave.
- Bueno... que te tengo que dejar... pero tranquilízate. ¿No decías que llegabas tarde? Creo que deberías calmarte y no...
- El caso es que a partir de ya mismo las cosas van a cambiar... ya lo creo que cambiarán. Ya no fingiré más que no sé que el tiempo se acaba, que nada ni nadie me importa. Se acabó el hacer todo lo que se espera que haga. Me sentaré en un banco del parque durante todo un día. Saldré a la calle en medio de la lluvia, y pasearé descalzo por encima de los charcos. Haré lo que sea necesario para que ya no se me escape más vida entre los dedos. Mi familia lo comprenderá... si lo entienden en el trabajo, bien por ellos. Yo se lo explicaré... al fin y al cabo no tan es difícil de entender. Es algo tan sencillamente importante... qué demonios... es lo más importante. Averiguar quién es aquella chica que acaba de pedir la cuenta... podría ser el amor de mi vida... hablar con el hombre que sale por la puerta. ¿Y si fuera mi mejor amigo?
- Vale... yo me tengo que ir... te dejo...
¿Pero no lo ves? Este es el momento, no hay marcha atrás. Ahora puedo elegir... estoy a tiempo... sentir lo que siento durante unos pocos segundos más... o sentirlo para siempre... toda mi vida... lo que me queda de vida... depende de lo que decida en este instante. ¡Escuchadme todos! ¡Que nadie salga de aquí! ¡No os marchéis! ¡No debemos continuar con esta absurda farsa! ¡No somos así! ¡Unas palabras al menos, con eso bastará! ¡Escuchadme... por favor!
-¿Y ahora qué le pasa a este?
-No sé... Será otro pirado más. Menuda mañanita llevamos, con este ya van cinco... o seis. Una epidemia de chaladura... eso es lo que es.
Imagem: Deep blue
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