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viernes, 13 de diciembre de 2013

SOCIÓPATAS ELECTOS


La sociopatía, también conocida como trastorno de personalidad antisocial (TPA), es una patología de índole psíquico que deriva en que las personas que la padecen pierden la noción de la importancia de las normas sociales, como son las leyes y los derechos individuales.

Los sociópatas son personas que padecen un mal de índole psiquiátrico, un grave cuadro de personalidad antisocial que les hace rehuir a las normas preestablecidas; no saben o no pueden adaptarse a ellas. Por esto que, a pesar de que saben que están haciendo un mal, actúan por impulso para alcanzar lo que desean, cometiendo en muchos casos delitos graves.

Entre las características más comunes del TPA se encuentran la ausencia de empatía y remordimiento, también una visión de la autoestima distorsionada, la deshumanización de la víctima o la falta de preocupación ante las consecuencias de sus desmanes. El egocentrismo, la megalomanía, la falta de responsabilidad, la extroversión, el exceso de hedonismo, altos niveles de impulsividad, o la motivación por experimentar sensaciones de control y poder también son muy comunes.











“Los dos partidos que se han concordado para turnarse pacíficamente en el Poder son dos manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el presupuesto. Carecen de ideales, ningún fin elevado los mueve; no mejorarán en lo más mínimo las condiciones de vida de esta infeliz raza, pobrísima y analfabeta. Pasarán unos tras otros dejando todo como hoy se halla, y llevarán a España a un estado de consunción que, de fijo, ha de acabar en muerte. No acometerán ni el problema religioso, ni el económico, ni el educativo; no harán más que burocracia pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones, favores a los amigotes, legislar sin ninguna eficacia práctica, y adelante con los farolitos... Si nada se puede esperar de las turbas monárquicas, tampoco debemos tener fe en la grey revolucionaria (...) Han de pasar años, tal vez lustros, antes de que este Régimen, atacado de tuberculosis ética, sea sustituido por otro que traiga nueva sangre y nuevos focos de lumbre mental”

Fragmento del libro de Benito Pérez-Galdós "La fe nacional y otros escritos sobre España" publicado en 1912


Propina:

Todo este estado de cosas, incluido nuestro estado de ánimo, podría resolverse, o al menos aliviarse, de manera sencilla y económica. Con cierto objeto que incluso podríamos encontrar tirado en cualquier parte... una cuerda, una cuerda utilizada correctamente y con destreza... una simple y única cuerda. Otros ya lo hicieron... y no les fue peor que a nosotros... que el comer, rascar, colgar, y cantar... todo es empezar.



lunes, 9 de diciembre de 2013

LAS PILARES DE LA TIERRA


Esta vez no soy yo... o quizá no tanto...

Esta vez... es como si fuera yo cuando estoy con otro que es como yo mismo... mucho mejor que yo mismo... mejor incluso que yo mismo cuando soy el mejor de todos mis "yos"...

(Con la barbilla en alto) 

Es un artículo de mi amigo Óscar Sánchez... una de esas personas que no son infierno... uno de esos que te hacen sentir bien sin tener que tenerlo al lado (con solo saber que anda cerca basta)... uno de esos a los que se quiere sin necesidad de saber por qué se les quiere... uno de esos sin los que no se quiere vivir... ni aunque se pudiera.


LAS PILARES DE LA TIERRA

"El hombre nunca sabe para quién padece y espera. Padece y espera y trabaja para gentes que nunca conocerá, y que a su vez padecerán y esperarán y trabajarán para otros que tampoco serán felices, pues el hombre ansía siempre una felicidad situada más allá de la porción que le es otorgada. Pero la grandeza del hombre está precisamente en querer mejorar lo que es. En imponerse Tareas. En el Reino de los Cielos no hay grandeza que conquistar, puesto que allá todo es jerarquía establecida, incógnita despejada, existir sin término, imposibilidad de sacrificio, reposo y deleite. Por ello, agobiado de penas y de Tareas, hermosos dentro de su miseria, capaz de amar en medio de las plagas, el hombre sólo puede hallar su grandeza, su máxima medida, en el Reino de este Mundo." 
                                                       
Alejo Carpentier. El reino de este mundo.


"Pronto se harán tatoos y lucirán piercings, las señoras. Pertenecen a ese estrato social, más aún: lo han fundado ellas forzadas por sus maridos. Ellos siguen con sus tirantes, sus cuatro pelos, su fútbol total y su mala leche, en cambio ellas, sus señoras, se tiñen las crestas de todos los colores de la selva virgen y han sustituido el negro por vestidos alegres sin ser chillones -bueno, algunos son chillones… 

Pero qué sabemos de las señoras, de las ”marujas”, que aquí vamos a rebautizar como las Pilares”, para no ofender, ya que nuestro propósito es simplemente resaltar. Pues poco, sabemos poco, y de esto que sabemos todo es tópico y velo que nos las oculta, como cuando en Mayo del ´68 se escribía en las paredes que la Gioconda ha muerto por indigestión de miradas prefabricadas. 

Está claro que sólo arrojamos sobre ellas “miradas prefabricadas”, aunque, aquí, que la Gioconda nos parece una Choni con pretensiones, vamos a romper una lanza por ellas, mientras respiran entre jadeo y jadeo de bolsas de la compra, hijos desnaturalizados y presentadoras de televisión absueltas (absueltas, provisionalmente, de la condición de trabajadoras familiares a tiempo completo, pero enteramente Maripilis en el fondo de su estiloso ser).

Que constituyen los pilares de la Tierra no lo han podido negar ni las Autoridades más ferozmente machistas y falocéntricas, como Aristóteles o Hegel. Ellas sostienen el Mundo y la Historia, como numerosos pies de un Atlas de espaldas encorvadas, y hasta que una anhelada revolución feminista cambie la distribución desigual de las cargas en este desdichado planeta, toda guerra, toda crisis, toda catástrofe y toda estafa político-social como la presente contará con ellas para sacarnos las castañas del fuego. Dios mismo tiene que estar casado, impepinablemente, o la pervivencia de su Creación tras miles de millones de años de erupciones volcánicas y diluvios perfectos es completamente inconcebible. (Y Jesús un fracasado escolar que se buscó la vida sumándose al 15-M de la época pero al que la policía enseguida vio flanqueado por el perro y la flauta como iluminado por un fulgor celestial: el resto es conocido…) 

Porque las señoras, por tener, tienen allá abajo, en la intrahistoria, hasta la sexualidad que les es negada, y, así, por ejemplo, comprenden perfectamente lo que debió sentir la infantita por el Urdanga, pese a que ahora le haya salido rana el mozo. Lo que pasa es que la vida nunca ha sido justa, y a Pilar le ha tocado Paco o Manolo que fue un piernas y ahora es un bruto. Para colmo, la muchachada ajena -¿tal vez también la propia?- gusta de reírse de ellas, como cuando los Siniestro Total popularizaron aquella camiseta que rezaba “Ante todo: cállese, señora”. O Serrat esa otra de la mamá que no le dejaba disfrutar poéticamente y no tan poéticamente de su hija favorita de clase alta. Desde luego, no hay derecho, y menos en España y otros países moros, que los moros están muy bien para construir la Alhambra, un primor, pero luego la adecenta la de siempre…

Decididamente, no hay nada más real ni más humano que una señora. Cualquier humanismo o humanitarismo que no se proponga entre sus principios básicos la emancipación de las señoras es de la cabeza a los pies falso y mero humo de paja. La Revolución Francesa incorporó a las mujeres: bien es verdad que después las dejó más o menos como estaban. 

Las parientas se levantan temprano, acarrean bolsas, cocinan, limpian, fijan y dan esplendor en todas las partes del mundo, conociendo por todo alivio la tele-cosa, el bingo, algún bar, la peluquería, echar un parrafito con el carnicero o la amiga, disertar sobre achaques y enfermedades y casi para de contar. Ahora, además, salen a trabajar, unas cuantas, y eso con suerte, ya que en las noticias no se ven más que otras señoras de por allí enfundadas en burkas como billetes malsanos de la Pantoja. ¿Para qué luchan los héroes, eternamente masculinos y sospechosamente más nítidos cuanto más lejanos del entorno directo de una? Si son héroes verdaderos, honestos, lucharán para seguir haciendo posible la lucha diaria de las señoras, la económica y la otra, pues son ellas las que los han parido y les dan de comer, de cobijar y de abrigar. 

Se cuenta que Hércules pasó la etapa más feliz de su vida escondido entre mujeres y vestido de mujer, aprendiendo a tejer y otras labores “impropias” de su sexo, sin hacer, por una vez, daño a nadie. Sin embargo, se lleva últimamente cachondearse de las pilares aprovechando las redes sociales,como si no tuvieran ya bastante, sin lograr por ello un solo atisbo de lo que no sabemos, esos goces y pesares secretos de esas mujeres mayores de las que tal vez algún día digamos que ya no son, que fueron, pero que fueron, ciertamente, las sólidas y fatigables conquistadoras y valedoras del Reino de este Mundo.

(-¡Ay, hijo, qué sagerao todo!)"







lunes, 2 de diciembre de 2013

LA ÚLTIMA MURALLA



Han venido a por todo... a por nuestra cultura, a por nuestra salud, a por nuestras pensiones, a por nuestro futuro... pero eso les parecerá poco... nos quieren a nosotros.

Su objetivo principal no es robar y destruir, bien saben que al poco de marcharse, volveríamos a construir lo destruido y a reponer lo robado... bien que lo hemos demostrado. Esa es la razón de hayan inventado esta nueva forma de destrozarnos, esta guerra sin bandos ni banderas, esta nueva forma de convertir el mundo en un lugar un poco más terrible y mucho menos habitable.

Lo que quieren en realidad es acabar con lo mejor de nosotros, derribar de una vez por todas ese último muro que nos separa de su humanidad soñada... porque si esa pared no cede, si la conquista no es total, todos sus planes podrían venirse al traste... si no cae la última muralla.

Hasta ahora van ganando... los arquitectos de esto que llaman crisis ya han conseguido mucho de lo que pretendían, han conseguido destruir los restos de la maltrecha democracia, han convertido en papel quemado el papel mojado de la Constitución, han cercenado los derechos de los trabajadores hasta convertirlos en modernos esclavos, han enriquecido aún más a unas oligarquías políticas y financieras cuya riqueza ya rallaba en lo obsceno, han vaciado las arcas públicas sobre un sistema financiero que año tras año ha declarado cifras récord de beneficios... han transformado (con nuestra ayuda) un país que apenas daba tumbos, en un cenagal.

Pero recordemos...

Nunca estuvo presente ninguno de "ellos" mientras construimos este infierno... aunque siguiendo sus directrices, esto lo hemos hecho nosotros mismos... nadie vio un solo propietario de ningún Banco mientras una familia era sacada a rastras de su casa... ningún ministro del interior estuvo presente durante las brutales agresiones a simples y pacíficos manifestantes... Nos hemos estafado entre nosotros, nos hemos apaleado entre nosotros, nos hemos mentido, nos hemos delatado, nos hemos desahuciado, nos hemos despedido... y no ha sido para nada, ni siquiera para quitarnos lo que es nuestro... ha sido para hacernos a su imagen y semejanza.

Los bancos de alimentos han vuelto a llenar sus almacenes de comida para los que ya nada tienen... y a diferencia de otras veces, los han llenado personas... de una en una... kilo a kilo... y mano a mano.

Hoy he visto a una mujer quitarse el abrigo para echarlo sobre los hombros de alguien que tiritaba tumbado en la acera... y no había nadie más que yo, nadie más que lo viera... no era una actuación... creo que tampoco era por mala conciencia.

Hace unas semanas descubrí a dos policías abriendo el portón trasero de su coche para sacar una gran cesta llena de bocadillos que repartieron entre los que les esperaban en una plaza... no era la primera vez que pasaba.

Me han contado que en cierta sucursal bancaria, los propios empleados se han encargado de poner en contacto a varios desahuciados con las plataformas sociales que pueden ayudarles en su desgracia... que incluso les han aconsejado acerca de los pasos a dar para posponer las ejecuciones.

El ser humano también es así, no es un monstruo perfecto... por mucho que insista en serlo... por mucho que "ellos" se empeñen. Es la ignorancia la que nos hace viles... es la escasez la que nos hace egoístas... es el miedo lo que nos hace brutales.

Por eso han venido, para sembrar esa cizaña que sólo crece en la sequía... Nos quieren rastreros, despreciables, asustados... siempre asustados. Desde muy niños nos enseñan que los grandes hombres fueron despiadados, implacables... que gracias a eso progresaron sus naciones... que solo sobrevive el más canalla. En "sus" libros de historia aparecen solo las matanzas, las conquistas, las eternas batallas... los héroes son más héroes cuantos más semejantes mataron. Ningún libro nos habla del que desertó por negarse a matar, nadie le califica de valiente... sino de cobarde.

Incluso allí... en lo más profundo, podremos rescatarnos a nosotros mismos, volver a ser como nunca debimos dejar de ser... bastará con unos minutos cada día, un pequeño sorbo será suficiente para convertirnos en seres invencibles, inatacables ante la envidia, ante la codicia, ante el miedo, ante la cobardía, y ante el resto de miserias que intentarán adherirse a los surcos que esta guerra va dejando en almas, pieles, y corazones.

Esto acabará... haremos que acabe... cuando comprendamos que nadie lo hará por nosotros... pero mientras tanto, desde lo alto de la última muralla, aún hambrientos y llenos de miedo, engordaremos respirando este aire sucio y negro... reiremos de frío... lloraremos de alegría... burlando sus miserias, afilando la ironía... para no dar tiempo al tiempo... para seguir recogiendo... para ser tal como fuimos... lo que les mata cada día.