A la semana siguiente, “Stern” se hace eco de otra carta abierta publicada en el diario “Athens Plus”, esta vez escrita por un ciudadano griego llamado Georgios Psomás, en contestación a la de Wuellenweber y sus “amigos alemanes”.
Carta de un alemán a un griego.
"Alemania ha tenido que salvar a los Bancos, ahora debe salvar también a Grecia. Los griegos, que primero hicieron alquimias con el Euro, ahora en vez de hacer economías, hacen huelgas. Queridos griegos: desde 1981 pertenecemos a la misma familia. Nosotros, los alemanes, hemos aportado como ningún otro al Fondo común, cerca de 200.000.000.000 euros, mientras que Grecia ha recibido cerca de 100 mil millones de esa suma, o sea, la mayor ayuda per cápita de todos los países de la UE. Jamás en la historia, ningún pueblo ayudó voluntariamente hasta este grado a otro y por tanto tiempo. Son Uds. sinceramente, los amigos más caros que tenemos. El caso es que no solo Uds. se engañan a sí mismos, sino que también a nosotros. En esencia, Uds. nunca demostraron ser merecedores de nuestro Euro.
Desde la incorporación de Grecia a la moneda común, nunca lograron cumplir con los criterios de estabilidad. Dentro de la U.E. son el pueblo que gasta las mayores sumas en bienes de consumo. Uds. descubrieron la Democracia, entonces deben conocer que se gobierna a través de la voluntad del pueblo, quien finalmente tiene la responsabilidad. No digan entonces, que solo los políticos son responsables del desastre. Nadie los obligó a evadir durante años impuestos, oponerse a cada política coherente para reducir el gasto público y nadie los obligó a elegir los gobernantes que han tenido y tienen. Los griegos son quienes nos han mostrado el camino de la Democracia, de la Filosofía y de los primeros conocimientos de Economía Nacional. Pero ahora nos muestran un camino equivocado. ¡Y donde Uds. ya han llegado, no va más allá!"
Carta de un griego en respuesta a la del alemán.
"Querido Walter, me llamo Georgios Psomás. Soy funcionario público y no "empleado público" como despectivamente, se refieren a nosotros mis compatriotas y tus compatriotas. Mi sueldo es de 1.000 euros. (Por mes ¿eh?) No vayas a pensar que son por día, como te quieren hacer creer en tu país. Fíjate que gano una cifra que ni siquiera es inferior en 1.000 euros a la tuya sino que lo es en varios miles.
Desde 1981, tienes razón, pertenecemos a la misma familia, sólo que nosotros les hemos concedido en exclusividad a Uds. un montón de privilegios, como ser nuestros principales proveedores de tecnología, armas, infraestructura (2 autopistas y dos grandes aeropuertos internacionales), telecomunicaciones, productos de consumo, automóviles, etc. Si me olvido de algo perdóname, pero te señalo que dentro de la UE somos los mayores importadores de productos de consumo que elaboran las fábricas alemanas.
La verdad es que no hacemos responsables solo a nuestros políticos por el desastre de Grecia. Contribuyeron mucho algunas grandes empresas alemanas, las que pagaron enormes comisiones a nuestros políticos para asegurarse los contratos, para vendernos de todo, y unos cuantos submarinos fuera de servicio, que por cierto, puestos en el mar, quedaron tumbados de costado.
Yo sé que aún no das crédito a lo que escribo. Ten paciencia, espera, lee toda la carta y si no llego a convencerte, te autorizo a que me eches de la Eurozona, ese lugar de la VERDAD, de la PROSPERIDAD, de la JUSTICIA y de lo CORRECTO.
Estimado Walter, pasó más de medio siglo desde que la 2ª Guerra Mundial terminó, ES DECIR MÁS DE 50 AÑOS, desde la época en que Alemania debería haber saldado sus obligaciones con Grecia. Estas deudas, QUE SOLO ALEMANIA hasta ahora se resiste a saldar con este país, (Bulgaria y Rumania ya han pagado las indemnizaciones estipuladas) La cuenta pendiente asciende a:
1. Una deuda de 80.000.000 de marcos alemanes por indemnizaciones, que quedó impagada desde la Primera Guerra Mundial
2. Deudas por diferencias de clearing, en el período entreguerras, que asciende hoy en 593.873.000 dólares USA.
3. Los préstamos obligados que contrajo el III Reich a nombre de Grecia durante la ocupación alemana, que ascendieron en 3,5 mil millones de dólares durante todo el período de ocupación.
4. Las reparaciones que debe Alemania a Grecia , por las confiscaciones , persecuciones, ejecuciones y destrucciones de pueblos enteros, rutas, puentes, líneas ferroviarias, puertos, que produjo el III Reich,y que según lo dictaminado por los tribunales aliados, asciende a 7,1 mil millones de dólares, de los cuales Grecia no vió un billete aún.
5. Las inconmensurables reparaciones de Alemania por la muerte de 1.125.960 griegos (38.960 ejecutados, 12.000 muertos como daño colateral, 70.000 muertos en combate, 105.000 muertos en los campos de concentración en Alemania, 600.000 muertos de hambre, etc. etc.)
6. La tremenda e inconmensurable ofensa moral ocasionada al pueblo griego y a los ideales humanísticos de la cultura griega.
Sé amigo Walter, que no te debe gustar nada lo que te escribo. Lo lamento. Pero más me molesta lo que Alemania quiere hacer conmigo y con mis compatriotas. Amigo Walter: en Grecia operan 130 empresas alemanas, dentro de las cuales se incluyen todos los colosos de la industria de tu país, los que tienen ganancias medias anuales de 6,5 mil millones de euros. Muy pronto Walter, si la cosa sigue así, no podré comprar más productos alemanes, porque cada vez tengo menos dinero. Yo y mis compatriotas crecimos siempre con privaciones, lo vamos aguantar, no te preocupes. Podemos vivir sin BMW, sin Mercedes, sin Opel, sin Skoda. Dejaremos de comprar productos de Lidl, de Praktiker, pero Uds., Walter, ¿cómo se las van a arreglar con los desempleados que dejará esta situación? ¿qué harán para mantener su alto nivel de vida, sus autos lujosos, sus vacaciones en el Mediterráneo, o sus excursiones sexuales a Tailandia? Ustedes (alemanes, suecos, holandeses, y restantes "compatriotas" de UE) pretenden que nos vayamos de Europa, de la Eurozona y no sé también de donde más, y yo creo firmemente que debemos hacerlo, pero no por Uds., sino para salvarnos de una Unión que es una banda de especuladores financieros, un equipo en el cual jugamos si consumimos los productos que Uds. ofrecen: préstamos, bienes industriales, bienes de consumo, obras faraónicas, etc.
Y finalmente querido Walter, debemos "arreglar" otro tema importante, ya que tu también, eres deudor de Grecia: ¡¡¡EXIGIMOS QUE NOS DEVOLVÁIS LA CIVILIZACIÓN QUE NOS ROBÁSTEIS!!! Queremos de vuelta a Grecia las inmortales obras de nuestros antepasados, que guardan en los museos de Berlín, de Munich, de París, de Roma y de Londres. ¡¡Y EXIJO QUE SEA AHORA!! Ya que si me muero de hambre, me quiero morir al lado de las obras de mis antepasados
Cordialmente Georgios Psomás"
La que sigue es otra carta abierta, la carta de un ciudadano español. Es una respuesta, una sola, para el alemán y el griego, una carta que muy posiblemente no será publicada por ningún diario.
"Queridos Walter y Georgios, mi nombre es Pelayo Martín, y me decido a escribiros consciente de que nunca leeréis estas líneas. Pero no importa, alguien lo hará por vosotros, y hasta es posible que tras hacerlo, saque alguna que otra conclusión.
Lo primero que quisiera señalar es la extrañeza que me producen vuestras palabras, ver como os referís constantemente el uno al otro en términos extraños y sin demasiado sentido. ¿Griegos? ¿Alemanes? ¿Suecos? ¿Búlgaros? ¿Holandeses? ¿Es en eso en lo que se divide vuestro mundo? ¿Es eso, después de todo lo que está ocurriendo, lo que mejor os define?
Tengo malas noticias para todos... en especial para Walter y para Georgios.
Grecia no existe. Alemania no existe. Nunca existieron.
Todos los “Walter”, todos los “Georgios”, y todos los “Pelayo” del mundo nos levantamos cada mañana, nos vestimos, desayunamos, trabajamos, volvemos a casa, nos metemos otra vez en la cama… queremos lo mejor para nuestros hijos, una vida digna para nuestros padres, que nadie carezca de lo indispensable… rechazamos la injusticia, la violencia, el racismo… abominamos de las guerras y las terribles hambrunas que asolan el tercer mundo… y aún así parecéis empeñados en demostrar que estamos separados por un muro invisible.
Las diferencias y supuestas agresiones entre países, fueron, son, y serán, una falacia utilizada para enfrentar entre sí a personas que nunca hicieron mal a nadie, personas que al igual que vosotros, nunca especularon con la desgracia de otros. La inmensa mayoría de las guerras a que esas mentiras abocaron, nunca persiguieron la defensa de unos ideales, sino otra manera de hacer negocio cuando el entramado económico no daba más de sí, siempre fueron la vía alternativa para expoliar recursos, territorios, y patrimonio cultural que la “legalidad convencional” no permitía asaltar.
La historia, tal y como nos ha sido presentada, sólo es un refrito de medias verdades y páginas arrancadas a la realidad, una burda leyenda que siempre fue escrita por los vencedores, y la de Grecia o Alemania no es una excepción. Nosotros, los que morimos en sus batallas, los que encendemos los fuegos en las fábricas, los que alzamos el cierre de los comercios, los que hoy vivimos a sólo unos cuantos sueldos de la ruina, los que al fin, vemos pasar la historia sobre nuestras cabezas… nosotros no somos los culpables.
Yo no soy culpable de la “crisis” griega, Walter no es el responsable de la corrupción política en España, y puedo casi asegurar que Georgios no tiene 200.000.000.000 de euros guardados en el desván. No somos nosotros los que ponemos en peligro la estabilidad de Alemania, nosotros no especulamos con la deuda griega, y por lo tanto, no tiene sentido enfrentarnos a los que con nosotros sufren por la codicia de las grandes corporaciones, de los bancos, de los que no distinguen naciones ni patrias.
Si ellos, “los mercados”, no abrazan bandera alguna, si su único Dios habita en su caja fuerte… ¿por qué nosotros, los que padecemos sus desmanes, hemos de arroparnos con sus banderas? El temporal que nos acecha es demasiado fuerte y su viento demasiado frio como para que una simple tela nos libre de morir congelados.
Alguien dijo una vez que si existió Auschwitz es que Dios no existe, y yo digo que si el bien de la patria pasa por la desdicha y la muerte de sus hijos, es que la patria tampoco existe.
¿Queréis culpables? ¿Os preguntais quienes son los responsables, y principales beneficiados de esta “crisis”? Estáis de suerte, pues por primera vez, los nombres están a la vista de todos, por ahora.
Rothschild, Rockefeller, Soros, Brzezinski, Yttdish, Giscard, Lazard Frères & Co, Barclays, Goldman Sachs, Deutsche Bank, Société Générale de Bélgique, UBS y Warbur, Unilever, Fiat, Daimler, Xerox, Lafargue, Elf, Shell, BP…
Tened muy en cuenta que quien os escribe es español, ciudadano de un país muchas veces destrozado por ese mal sueño del nacionalismo, testigo de mil y una reyertas como la vuestra, ilógicas disputas que nunca conducen a nada.
A poco que contemos con los dedos descubriremos que desde principios a mediados del siglo XX hubo dos guerras mundiales, (ambas enlazadas a sus respectivas crisis económicas). Al final de ese mismo siglo le habría correspondido la tercera, un tercer conflicto que dada la evolución armamentística partiría en pedazos el planeta y que por lo tanto precisó de otras formas.
¿Es que los amos del mundo desaparecieron en el aire? ¿Renunciaron a la guerra por el bien de la humanidad? ¿Cuál es entonces el nuevo modo de arrebatar los recursos y riquezas de otros? Nada mejor que una situación de crisis extrema para que dejemos de ver el asalto al que estamos siendo sometidos, nada mejor que el miedo y la desconfianza del vecino para convertir lo innegociable en necesario, y de ese modo, conseguir que seamos nosotros mismos los que exijamos que se rebajen nuestros derechos.
Este es el momento en el que se promueven los oportunos mensajes de recelo entre ciudadanos de distintos países. Hoy es el 1913 de este siglo, hoy también se intenta que la palabra “Alemania” signifique agresión, hoy es 1939, hoy también se buscan “esos lejanos culpables de nuestras desgracias”.
Todas las guerras empiezan con una gran mentira, y todas las dictaduras con un cerrado aplauso.
Hace 20 años, discurso de apertura del congreso Bilderberg en Baden-Baden, Alemania, en junio de 1991:
Palabra de David Rockefeller:
"Nuestro más profundo agradecimiento para el Washington Post, The New York Times, Time Magazine y otras grandes publicaciones cuyos directores han asistido a nuestras reuniones y respetado sus promesas de discreción por casi 40 años. Habría sido imposible para nosotros desarrollar nuestro plan para el mundo si hubiésemos estado expuestos a la opinión pública durante esos años. Ahora el mundo está más predispuesto y preparado para avanzar hacia un gobierno mundial. La soberanía supranacional de una élite intelectual y de banqueros mundiales es sin duda preferible a la autodeterminación nacional practicada en siglos pasados"
Si caemos de nuevo en la trampa eterna de creer que Alemania es una cueva de 70.000.000 de ladrones, que Grecia es un páramo somnoliento de 11.000.000 de vagos, si continuamos en la absurda creencia de que siempre ganaron los más justos, es que no hemos ido a ninguna parte, es que continuamos abrazados a esa rama desde la que despreciar todo lo que esté más allá de la próxima colina... alguien sabrá como sacar partido de nuestra estupidez."
"Ellos saquean, masacran y roban, y lo llaman imperio; producen desolación y lo llaman paz"
Cornelio Tácito (55 – 120 dc)