Siempre creí que sería con un golpe de estado... pero no... será con más de eso que ellos llaman "democracia".
Estaba seguro de que esta apretada maraña de corrupción político-económica conocida como "estado español" no permanecería impasible cuando sus centros de poder fueran amenazados... cuando corrieran peligro de cambiar de manos.
El momento ha llegado...
Los principales ayuntamientos están bajo la seria amenaza de ser tomados por sus legítimos dueños... los ciudadanos... ciudadanos sin tasas pendientes... ciudadanos sin banderas, ni himnos, ni libros de cantos dorados, ni cuentos de calleja.
Por evitar una catástrofe que bien podría significar el fin de este infierno en la tierra, y el principio de otro modo de gobernanza, andan nuestros sociópatas electos enfrascados en aplazar lo inevitable. Por aplacar la corriente que durante los últimos meses promete la debacle electoral de los partidos al uso, han comprado banderitas, y camisetas de colores, y globos para los niños, y encuestas para todos los gustos, y titulares de periódicos, y programas de radio y televisión, y especialistas en historia, y ministros enloquecidos, y legionarios dispuestos para el combate, y mentiras, y locura... toneladas de mentiras y locura.
Y lo malo no es que ellos las compren... lo malo es que nosotros se las quitamos de las manos.
De repente, personas sensatas e informadas creen a pies juntillas que por designio divino, no sólo son dueños del suelo que pisan, sino que gracias al mismo milagro, este deja de pertenecer a los demás... dueños por tanto de la lluvia, dueños del aire que respiran... dueños de todo cuanto se halle en ese lado de la línea que sin existir, todos juran ver.
De repente, y siguiendo el rastro de semejante absurdo, todas esas personas sensatas e informadas, comprenden además que les corresponde el sagrado derecho a decidir cómo, cuando, y dónde ha de ser trazada una línea que separe en dos partes lo que antes era una (no demasiado grande, y no demasiado libre)
Y de repente, a eso, a la capacidad de perder el seso, lo llaman democracia...
Como ya pasó antes, esa rara clase de democracia se revela de nuevo como la mejor arma contra todo cambio significativo en el sistema... porque si esa rara forma de democracia fomenta la ignorancia, el paro, la desigualdad, la corrupción y la impunidad... si prescinde de la más elemental separación de poderes... si no garantiza los derechos básicos de las personas... si bloquea por sistema toda intervención ciudadana en cuestiones de gobierno... si se muestra incapaz de combatir el abuso del poderoso sobre el débil... si esa rara forma de democracia parece mierda... si huele a mierda... si sabe a mierda... es que no es democracia.
Hagamos un referéndum en Tordesillas sobre sus arraigadas tradiciones... compremos el disco más escuchado (el de Paquirrín)... leamos el libro más vendido (el de Belén Esteban)... veamos el programa con más audiencia de la tele... compremos el periódico de mayor tirada... votemos al partido más votado... y con todo eso, hagamos una sopa. No hará falta más que una primera cucharada para llegar a la amarga conclusión de que todo resultado de toda consulta no puede ser más que el lógico producto de la suma de los ingredientes.
La democracia no es posible si los que la componen son simples esclavos, esclavos producto de un lucrativo negocio mal llamado educación... una educación que agoniza estrangulada por la religión y nacionalismo... una educación reglada y convertida en artículo de lujo en la que los indices de fracaso escolar hace tiempo que son secreto de estado.
La democracia es una chanza si en los libros de texto se les dice a nuestros hijos que "Machado se fue a Francia con su familia y Lorca falleció cerca de su pueblo". La democracia es una parodia si el 79% de los menores de veinte años no saben quién fue Francisco Franco. La democracia es pura burla si en los colegios públicos de Cataluña se repite que "los héroes del sitio de Barcelona lucharon por la independencia de Cataluña, y no contra Felipe V y sus aliados franceses". La democracia es imposible si en los colegios de Madrid nadie cuenta que Felipe V era francés, que ni siquiera sabía hablar español, que la guerra de sucesión y la codicia de aquél Borbón costó un millón de muertos, que se dejaba crecer las uñas de los pies hasta no poder ni andar, que sufría vapores melancólicos y violaba a su primera mujer moribunda, que por ese engendro morían los españoles.
La ignorancia, siendo lo mismo, es menos cruel...
Sin hombres lo suficientemente libres e informados la democracia no es más que una cáscara vacía, una dictadura por otros medios, un inmenso rebaño de voluntades sometidas por siempre a los intereses de los amos... y no parecen estos que corren, tiempos propicios para la tarea de sembrar libertad... sembrar verdadera cultura.
¿La esperanza? Que no siempre fuimos así... que hubo hombres antes que nosotros que imaginaron un mundo muy distinto... que pelearon por él... y que tal vez sepamos imitarles.
Durante la Segunda República Española se llevó a cabo un proyecto de solidaridad cultural, al frente del cuál, Manuel Bartolomé Cossío reclutó a más de 500 voluntarios, maestros, profesores, artistas, jóvenes estudiantes e intelectuales. Aquellos hombres y mujeres llegaron a cerca de 7000 pueblos y aldeas para librarles de la esclavitud congénita de la ignorancia. Les llevaron el teatro, la literatura, el cine... todo lo que pudieran necesitar para romper las cadenas... y lo hicieron sin religión, sin nacionalismo, sin maniqueísmos, sin prejuicios, sin buscar más beneficio que hacer el bien por el bien mismo. Todo aquél milagro duró hasta el final de la guerra civil, hasta que los abuelos de nuestros amos decidieron ponerle fin.
Hoy las cosas son bien distintas... distintas para mucho peor... pero para los nietos de los chiquillos que se arremolinaban desconfiados ante la llegada de aquellos autobuses cargados de verdadera democracia... todavía quedan las palabras... las que pronunciaban los héroes antes de comenzar "su batalla".
"Es natural que queráis saber antes de empezar, quienes somos y a qué hemos venido, no tengáis miedo, no vamos a pediros nada, al contrario, venimos a daros de balde algunas cosas. Somos una escuela ambulante donde no hay libros ni matrícula, donde no hay que aprender con lágrimas, donde no se pondrá a nadie de rodillas. El gobierno de la República que nos envía, nos ha dicho que vengamos ante todo a las aldeas, a las más pobres, a las más abandonadas, y que vengamos a enseñaros algo, algo de lo que no sabéis por estar siempre tan solos y tan lejos de donde otros lo aprenden, pero que vengamos también, y lo primero, a divertiros..."
Manuel Bartolomé Cossio, diciembre de 1931.
VER VÍDEO: https://www.youtube.com/watch?v=JRTgQ9kjRnY
Por evitar una catástrofe que bien podría significar el fin de este infierno en la tierra, y el principio de otro modo de gobernanza, andan nuestros sociópatas electos enfrascados en aplazar lo inevitable. Por aplacar la corriente que durante los últimos meses promete la debacle electoral de los partidos al uso, han comprado banderitas, y camisetas de colores, y globos para los niños, y encuestas para todos los gustos, y titulares de periódicos, y programas de radio y televisión, y especialistas en historia, y ministros enloquecidos, y legionarios dispuestos para el combate, y mentiras, y locura... toneladas de mentiras y locura.
Y lo malo no es que ellos las compren... lo malo es que nosotros se las quitamos de las manos.
De repente, personas sensatas e informadas creen a pies juntillas que por designio divino, no sólo son dueños del suelo que pisan, sino que gracias al mismo milagro, este deja de pertenecer a los demás... dueños por tanto de la lluvia, dueños del aire que respiran... dueños de todo cuanto se halle en ese lado de la línea que sin existir, todos juran ver.
De repente, y siguiendo el rastro de semejante absurdo, todas esas personas sensatas e informadas, comprenden además que les corresponde el sagrado derecho a decidir cómo, cuando, y dónde ha de ser trazada una línea que separe en dos partes lo que antes era una (no demasiado grande, y no demasiado libre)
Y de repente, a eso, a la capacidad de perder el seso, lo llaman democracia...
Como ya pasó antes, esa rara clase de democracia se revela de nuevo como la mejor arma contra todo cambio significativo en el sistema... porque si esa rara forma de democracia fomenta la ignorancia, el paro, la desigualdad, la corrupción y la impunidad... si prescinde de la más elemental separación de poderes... si no garantiza los derechos básicos de las personas... si bloquea por sistema toda intervención ciudadana en cuestiones de gobierno... si se muestra incapaz de combatir el abuso del poderoso sobre el débil... si esa rara forma de democracia parece mierda... si huele a mierda... si sabe a mierda... es que no es democracia.
La democracia no es posible si los que la componen son simples esclavos, esclavos producto de un lucrativo negocio mal llamado educación... una educación que agoniza estrangulada por la religión y nacionalismo... una educación reglada y convertida en artículo de lujo en la que los indices de fracaso escolar hace tiempo que son secreto de estado.
La democracia es una chanza si en los libros de texto se les dice a nuestros hijos que "Machado se fue a Francia con su familia y Lorca falleció cerca de su pueblo". La democracia es una parodia si el 79% de los menores de veinte años no saben quién fue Francisco Franco. La democracia es pura burla si en los colegios públicos de Cataluña se repite que "los héroes del sitio de Barcelona lucharon por la independencia de Cataluña, y no contra Felipe V y sus aliados franceses". La democracia es imposible si en los colegios de Madrid nadie cuenta que Felipe V era francés, que ni siquiera sabía hablar español, que la guerra de sucesión y la codicia de aquél Borbón costó un millón de muertos, que se dejaba crecer las uñas de los pies hasta no poder ni andar, que sufría vapores melancólicos y violaba a su primera mujer moribunda, que por ese engendro morían los españoles.
Sin hombres lo suficientemente libres e informados la democracia no es más que una cáscara vacía, una dictadura por otros medios, un inmenso rebaño de voluntades sometidas por siempre a los intereses de los amos... y no parecen estos que corren, tiempos propicios para la tarea de sembrar libertad... sembrar verdadera cultura.
¿La esperanza? Que no siempre fuimos así... que hubo hombres antes que nosotros que imaginaron un mundo muy distinto... que pelearon por él... y que tal vez sepamos imitarles.
Durante la Segunda República Española se llevó a cabo un proyecto de solidaridad cultural, al frente del cuál, Manuel Bartolomé Cossío reclutó a más de 500 voluntarios, maestros, profesores, artistas, jóvenes estudiantes e intelectuales. Aquellos hombres y mujeres llegaron a cerca de 7000 pueblos y aldeas para librarles de la esclavitud congénita de la ignorancia. Les llevaron el teatro, la literatura, el cine... todo lo que pudieran necesitar para romper las cadenas... y lo hicieron sin religión, sin nacionalismo, sin maniqueísmos, sin prejuicios, sin buscar más beneficio que hacer el bien por el bien mismo. Todo aquél milagro duró hasta el final de la guerra civil, hasta que los abuelos de nuestros amos decidieron ponerle fin.
Hoy las cosas son bien distintas... distintas para mucho peor... pero para los nietos de los chiquillos que se arremolinaban desconfiados ante la llegada de aquellos autobuses cargados de verdadera democracia... todavía quedan las palabras... las que pronunciaban los héroes antes de comenzar "su batalla".
"Es natural que queráis saber antes de empezar, quienes somos y a qué hemos venido, no tengáis miedo, no vamos a pediros nada, al contrario, venimos a daros de balde algunas cosas. Somos una escuela ambulante donde no hay libros ni matrícula, donde no hay que aprender con lágrimas, donde no se pondrá a nadie de rodillas. El gobierno de la República que nos envía, nos ha dicho que vengamos ante todo a las aldeas, a las más pobres, a las más abandonadas, y que vengamos a enseñaros algo, algo de lo que no sabéis por estar siempre tan solos y tan lejos de donde otros lo aprenden, pero que vengamos también, y lo primero, a divertiros..."
Manuel Bartolomé Cossio, diciembre de 1931.
VER VÍDEO: https://www.youtube.com/watch?v=JRTgQ9kjRnY
VER VÍDEO: https://www.youtube.com/watch?v=FN7r0Rr1Qyc