Ya no me cabe duda. Mantener, incluso acentuar, el ya penoso estado del sistema educativo español nunca fue un fin, es un medio.
La inconsciente torpeza de los sucesivos gobiernos para hacer cumplir el derecho a una educación gratuita, laica, y de calidad, es un mito. Nunca hubo tal incapacidad, es el voluntario cumplimiento de una misión.
Siempre resultó más que conveniente el extender la idea de que la catástrofe educativa obedece a factores aislados, a un cúmulo de incompetentes, a una especie de desastre natural que no sigue ningún plan maestro... pero es que los rayos de esa tormenta que ya dura décadas, caen siempre en un mismo punto, en la madre de nuestro futuro, en la educación.
No hay otro modo de conseguir que un ciudadano sea verdaderamente libre si no es por medio de la educación, todos los tiranos del mundo lo han sabido muy bien, los que hoy pretenden (a través de los mercados) someternos sin disimulo, lo saben aún mejor que aquellos, y por lo tanto ponen las bases para destruir cualquier intento en su contra, y así construir esa sociedad que tanto anhelan:
Seres humanos convertidos en simples engranajes, minusválidos intelectuales a los que decir qué les conviene, súbditos dispuestos y maleables, sin capacidad crítica ni consciencia de sí mismos, repletos de sentimientos nacionalistas, xenófobos, clasistas, y de todo cuanto ayude a que permanezcan aislados para siempre en sus propias pesadillas.
Hoy en día sólo unos pocos países escapan de esta tendencia, Suecia o Finlandia son los que mejor representan la voluntad de los hombres por ser al fin libres. El caso de España es también todo un ejemplo... y justo en la dirección contraria, en esa que sólo conduce al desastre.
EL PLAN
Allá por 1985, a través del Parlamento, el Gobierno socialista promulga la Ley Orgánica del Derecho a la Educación (LODE). Una ley que posibilitaba el que colegios privados pudieran concertar sus enseñanzas con las Administraciones Públicas.
Se intentaba así liberar a la enseñanza pública de las elevadas ratios mientras se acometía la construcción de una nueva red de centros públicos.
Buenas intenciones que alguien transformó en malas con el paso del tiempo, cuando las transferencias educativas a las Comunidades Autónomas permitieron que el timón de la enseñanza pasara a manos de gobiernos locales que en el mejor de los casos utilizaban la educación como arma para perpetuarse, y que en el peor, estaban impregnados de ese “nacionalismo positivo” cuya única gloria reside en ser opuesto al español.
Comenzó entonces la debacle. Prosperaron en aquél entones los colegios donde se marginaba a todo aquél que no profesara determinada religión, no renunciara a hablar en determinado idioma, o no creyera a pies juntillas en la nueva historia de esa nueva patria que siempre exige reparación por afrentas pasadas.
Enormes cantidades de dinero público terminaron cayendo en manos de "negocios muy particulares", en centros privados que bajo la etiqueta de "concertados" se dispusieron a recoger las jugosas subvenciones con la mano izquierda, mientras que con la derecha se quitaban de encima a los alumnos menos convenientes para su imagen, imponían pagos por las más pintorescas actividades extra-escolares, o simplemente rechazaban a los que no creían en su dios.
A partir de ahí sólo ha habido vanos intentos por reconducir algunos aspectos de tan desastrosa situación.
En el 2006 y a través de la Ley Orgánica de Educación, se intentó equiparar las escandalosas desproporciones de alumnos inmigrantes entre centros públicos y concertados, el cobro de abusivas "donaciones para que mi niño no espere en el patio mientras los demás aprenden arte y confección", pero en todo este tiempo nada ha cambiado, las ilegalidades siguen produciéndose, y la estafa continua sin perder ritmo porque nadie parece querer darse por enterado... por que el plan sigue su marcha.
La imagen del gigantesco fraude en Quatro, antes de que Berlusconi y sus liberales la compraran.
Cabe suponer que no todos los centros concertados participan del fraude, pero también es evidente, que ante la falta de sanciones e inspección, la mayor parte de ellos caen tarde o temprano en la tentación de participar en este banquete de iniquidad.
Que nadie se extrañe si dentro de unos pocos años nos convertimos en los campeones del racismo, que nadie olvide lo que se siembra cada día en nuestros colegios e institutos.
700.000 alumnos extranjeros o con problemas de integración se hacinan en los centros públicos porque son rechazados en los concertados.
En muchos casos son tantos que superan a los autóctonos, y de ese modo las clases se convierten en una batalla imposible de ganar por mucho empeño que ponga el profesor.
Son cada vez más los padres, que queriendo alejar a sus hijos del desastre, caen en manos de la estafa concertada.
Centros concertados que al tiempo que imponen esas ilegales “donaciones” a los padres que huyen de la escuela pública, mantienen alejados de sus prósperos negocios a los padres inmigrantes.
Estafados que aún pagando un sobreprecio por algo que ya pagan con sus impuestos, participan en el mecanismo de la estafa... y nunca denunciarán la fechoría que contra ellos (contra todos) se comete. Y todo por no exigir sus derechos, y todo por no acudir a una comisaria para denunciar al que le chantajea con marginar a su hijo si no paga “la mordida escolar”, y todo por alejar a sus hijos del desastre y de los inadaptados...
La imparable y paulatina demolición de un sistema público de enseñanza que pronto dejará de existir y permitirá que la educación se convierta en otro gran y exclusivo negocio en manos de los de siempre.
Si esto no es un plan bien diseñado, que venga Dios (el vengativo) y lo vea.
...
El mal prospera, nada se le opone, nada desde dentro del propio sistema, porque el mismo sistema dispone de todos los recursos y de todos los medios para acallar a los pocos que protestan.
Las puertas están cerradas y así van a seguir para que nadie interrumpa el proceso. Las instituciones y los partidos hace tiempo que dejaron de ser la solución y ya forman parte del problema. Solamente nos queda la calle si queremos impedir que se cumplan los últimos objetivos y evitar lo que parece inevitable.
Un país habitado por seres adormecidos, por títeres sin capacidad de análisis crítico, marionetas sin herramientas propias para la aproximación a la verdad de las cosas, sin la comprensión verbal suficiente para entender lo que se escribe en un periódico.
El reino de los más oscuros y primarios instintos, en donde todo, medios de comunicación incluidos, habrá de adaptarse a la incapacidad de quien les lee y les escucha.
Nacionalismo, ignorancia... y odio.
Ese es el plan.
El objetivo final de la educación en España
Posdata:
Si alguien tuviera tiempo y ganas, bueno sería que llamase a uno de estos teléfonos para preguntar cuantos centros de la Comunidad de Madrid han sido multados en los últimos años por irregularidades como las que se ven en el video de Quatro.
Seguro que estarán encantados de atenderles.
Inspección Educativa. Distritos Madrid-Capital
Calle Isaac Peral, Nº 23 - 28040 - Madrid
Teléfonos centralita: 91 720 22 00
Faxes: 91 544 30 95 y 91 720 22 48
Información de los Distritos Educativos y Teléfonos.
Distrito Educativo
Tel. extensión
Fax
Fuencarral-El Pardo, Tetuán
22332 - 33
(91 544 30 95 - 91 720 22 48)
Hortaleza, Barajas
22317 - 38
(91 544 30 95 - 91 720 22 48)
Moncloa - Aravaca
22269 -77 -85
(91 544 30 95 - 91 720 22 48)
Chamartín, Retiro, Salamanca
22263 - 65
(91 544 30 95 - 91 720 22 48)
Usera, Villaverde
22216 - 22
(91 544 30 95 - 91 720 22 48)
Moratalaz, Puente de Vallecas, V. de Vallecas
22215 - 13
(91 544 30 95 - 91 720 22 48)
Carabanchel, Latina
22298 - 50
(91 544 30 95 - 91 720 22 48)