¿Y SI ME ALEGRO DE LO DE CIFUENTES?

Érase una vez cierto político norteaméricano ferviente defensor del derecho de todo ciudadano a poseer armas de fuego. El suyo era el típico caso del inveterado testarudo, conservador y de firmes convicciones. Se trataba de uno de esos bloques con forma de hombre en los que todo encaja a la perfección, cada principio y cada fin eran piezas remachadas con tornillos de acero... sin cabeza.

Y todo fue así hasta que un mal día, una de las armas que guardaba en casa terminó hiriendo gravemente a su propio hijo. Se trató de un casual y desgraciado accidente que a punto estuvo de costarle la vida del ser que más quería, pero aquello supuso un golpe de tal magnitud para nuestro hombre que todas sus convicciones saltaron por los aires, y al caer, quedaron en un orden bien distinto; de tal modo que su visión acerca de la conveniencia de vivir con un revolver colgando del cinturón quedó vuelta del revés. 

No fueron las espeluznantes listas de muertos por armas de fuego, ni las frías estadísticas, ni las sucesivas matanzas en los institutos... fue el sentir en carne propia el dolor que sus opiniones acarreaban sobre las vidas de los otros lo que le hizo cambiar su punto de vista y enfrentarse a sí mismo, a sus vecinos, a sus colegas de partido, y a cuantos le tacharon de traidor a sus antiguos ideales.

Teresa Gómez-Limón, diputada por el PP en la Asamblea de Madrid, era pasajera del tren que el 24 de julio descarriló a las afueras en Santiago, aquél en que fallecieron 79 personas, aquél que circulaba a una velocidad excesiva por no disponer de los más mínimos sistemas de seguridad, aquél que a no tardar, se va a convertir en una nueva prueba de la corrupción, incapacidad, y degradación que carcome cada pequeño rincón del estado Español.

Teresa resulto herida de cierta consideración en el "accidente", Teresa experimentó eso que hasta ahora solo conocía por los telediarios y los informes del partido, Teresa conoce ahora de primera mano lo que se siente cuando tu vida, y la de los otros 300 pasajeros, cuesta mucho menos que una simple baliza de control valorada en 3000 euros (IVA incluido)... Teresa ya es otra... Teresa ya no puede callar lo que sabe y acusa a su partido, y en concreto a Rafael Hernando (el del millón de muertos por culpa de la República), portavoz adjunto del PP en el Congreso, de venderse a los intereses de ADIF y RENFE.

"Lamento mucho, compañero Hernando, que hayas pasado de ser un representante de los ciudadanos a convertirte en un representante de los intereses de las compañías Adif y Renfe. Espero que, cuando llegue el momento, les pidas a ellos el voto"
(Extraído de la carta que Teresa Gómez-Limón ha dirigido a Rafael Hernando)

Pero Teresa no se para ahí... Teresa (cuál etarra antisistema) ha señalado a José Blanco (PSOE) y a Ana Pastor (PP), como los dos ministros de Fomento que deben asumir la responsabilidad política de la tragedia por haber ahorrado en la seguridad de una línea no preparada para la alta velocidad.

Teresa ha denunciado de palabra y por escrito el escandaloso estado de corrupción que presenta nuestra democracia, la incalificable actitud de todos los grupos del Congreso al no exigir la dimisión de los directores de ADIF y RENFE como máximos responsables de una negligencia que ha costado 79 muertos, el penúltimo y humillante sometimiento del poder político al poder financiero, pero sobre todo... la negativa de PP y PSOE a que se inicie una simple comisión de investigación sobre lo que es el más grave accidente ferroviario de este último medio siglo.

Teresa tiene un grave problema... Teresa ha visto con sus propios ojos... y ya no puede cerrarlos... Teresa sigue siendo una mujer de derechas... pero ahora la resulta imposible volver la cara ante la campante indignidad de los que la rodean.

Por eso ha pedido a Mariano Rajoy la lista completa de los que han recibido “sobres” de Bárcenas. Por eso afirma sin empacho que: 

“Muchos diputados y senadores no están de acuerdo con la partitocracia y saben que los tres que mandan en cada partido son los únicos que manejan el cotarro sin legitimidad alguna"

“Esto no es una democracia, el régimen que se impuso a la muerte de Franco se limita a ser un sistema de colocación de políticos que se parece al INEM, una mera agencia de colocación... es un escándalo que con una economía colapsada y 6 millones de parados sigan existiendo 8.000 ayuntamientos con 68.000 alcaldes y concejales que cobran entre 80.000 y 90.000 euros por cada primer edil, pero los partidos nunca tomarán cartas en el asunto”.

"Los políticos no nos representan y están obligados a votar, bajo pena de multa, lo que dice el aparato del partido mediante su portavoz, nunca lo que reclaman los ciudadanos... ¿eso es realmente una democracia? Nada cambia porque cuando llega el partido político de turno vuelve a hacer sus promesas que luego no se cumplen, porque el representante solo debe rendir cuentas a su partido y no a los ciudadanos"

Yo no deseo que una pistola dispare contra el hijo de un acérrimo defensor del derecho a portar armas... yo no deseo que una diputada del PP muera en un accidente de tren... ni siquiera que Cristina Cifuentes sea arrollada por un coche en pleno Paseo de la Castellana... hoy no soy así... pero me alegro de que una vez ocurrido, sirva siquiera como posibilidad de que esas personas cambien... que traguen esa sangre necesaria para que la letra entre... y entre hasta el fondo.

Así pues, que Doña Cristina Cifuentes padezca todo tipo de complicaciones en su recuperación, que precise de la asistencia y los cuidados que solo una sanidad pública y de calidad puede ofrecer, que algunos de los profesionales que la atienden sean los mismos a los que no hace mucho ordenó golpear... que aunque sea a través de la línea de guardaespaldas, descubra el efecto de los recortes presupuestarios, de las políticas asesinas que ella y su partido propugnan desde un cómodo despacho... que la siniestra paradoja de lo ocurrido la alcance... tal vez de ese modo comprenda a los que apalea por el simple hecho de defender eso que la ha de salvar la vida.

Mientras tanto... que duela Cristina... que duela, que sufras hasta lo indecible y recojas eso que, día sí y día también, sembráis con mano de hierro.

De tus víctimas, con todo corazón.